La disminuida legi¨®n de Nicol¨¢s Maduro

Pedro Guerra, de 33 a?os, admite con desd¨¦n una transformaci¨®n del chavismo. Cerca de un centro de votaci¨®n del barrio caraque?o de Petare y bebiendo un trago de licor celebraba por anticipado la reelecci¨®n presidencial. ¡°Hay que darle una oportunidad a Nicol¨¢s Maduro, aunque ya no sea lo mismo de antes. Siempre se le echa la culpa a ¨¦l, pero no es as¨ª¡±, asegur¨® el domingo.

Su pariente, Jos¨¦ Guerra, est¨¢ m¨¢s entregado a la militancia. Frente al colegio electoral Rafael Napole¨®n Baute, en el intrincado barrio de Petare (este de Caracas), hac¨ªa un sondeo el domingo de las elecciones que indicaba que solo 2.500 de 9.000 votantes hab¨ªa sufragado. ¡°Estos son otros tiempos pol¨ªticos y econ¨®micos. Nuestro pueblo fue doblegado porque le dieron en el est¨®mago, pero el pueblo no va a perder con la revoluci¨®n¡±, dice.

Su vestimenta no deja dudas de su afiliaci¨®n pol¨ªtica: cachucha y franela con el logo de la campa?a del socialista. Representa a un 30,7 % del padr¨®n electoral que respaldaron una reelecci¨®n de Maduro. Su l¨ªder ha perdido seguidores, aunque est¨¦ atornillado al poder.

Los creyentes de Maduro identifican a tres culpables de la desgracia econ¨®mica: Estados Unidos, la oposici¨®n y algunas veces a la corrupci¨®n. ¡°Le doy un voto de confianza a Maduro, porque ya aprendi¨®. Cuando lleg¨® no sab¨ªa y todos estamos aprendiendo un nuevo sistema de vida. Ahora el presidente va a hacer una nueva econom¨ªa y debe limpiar el gabinete¡±, explica Carlos Flores, un pensionista de 62 a?os residenciado en el centro de Caracas.

Los seguidores del mandatario afirman que existe democracia, pese a la persecuci¨®n contra pol¨ªticos opositores y est¨¦ comprometida la independencia de los poderes p¨²blicos. Su discurso es parecido al repetido en el canal gubernamental Venezolana de Televisi¨®n o por el Ejecutivo. Ninguno se atreve a darle una cuota de credibilidad a la oposici¨®n.

Adem¨¢s de ofrecer un voto a Maduro, muchos de los fieles a su pol¨ªtica se movilizaron el pasado domingo para enfrentar la abstenci¨®n convocada por la alianza Mesa de la Unidad Democr¨¢tica, pero que tambi¨¦n toc¨® sus filas. Jos¨¦ Guerra, por ejemplo, estaba en los escuadrones de la Unidad de Batalla Hugo Ch¨¢vez (UBCH) del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que se encarga de conseguir votos.

¡°Maduro no es Ch¨¢vez¡±

Cuando Hugo Ch¨¢vez asumi¨® como presidente de Venezuela, en 1999, Giovanni Jim¨¦nez ten¨ªa 11 a?os de edad. No recuerda algo distinto del denominado socialismo del siglo XXI, tampoco quiere un cambio de Gobierno. ¡°El PSUV lo ha hecho bien. Siempre he dado mi voto a la revoluci¨®n porque hemos recibido muchos beneficios: antenas satelitales de CANTV (Compa?¨ªa An¨®nima Nacional Tel¨¦fonos de Venezuela), ayudas de los consejos comunales y todo ha mejorado con el tiempo¡±, asegur¨® el domingo en el barrio caraque?o de Petare. Su madre, Vielma Mart¨ªnez, atribuye el desmadre econ¨®mico de su pa¨ªs a una conspiraci¨®n internacional para derrocar al chavismo. Los dos admiten que el salario es insuficiente, aunque afirman que es culpa de la oposici¨®n. Pero ambos han ofrecido un voto por la reelecci¨®n de Maduro.

El heredero pol¨ªtico de Ch¨¢vez nunca ha movido a las masas. En abril de 2013, Maduro derrot¨® a su contrincante, Henrique Capriles Radonski, en las elecciones presidenciales con una estrecha ventaja: 7.587.579 frente a 7.363.980 votos. El opositor hab¨ªa denunciado un fraude, pero el Consejo Nacional Electoral descart¨® las acusaciones. Cinco a?os despu¨¦s Maduro ha sacado 6.157.185 votos, seg¨²n el CNE, en unos comicios boicoteados por la opacidad del ¨¢rbitro. Ha sido la votaci¨®n presidencial con la m¨¢s alta abstenci¨®n (46,2%) en este pa¨ªs; a¨²n as¨ª Maduro se ha vanagloriado de haber sacado el 68% de los votos. En sufragios, sin embargo, el n¨²mero se aleja de la vara de 8,1 millones de votos que puso Hugo Ch¨¢vez en su ¨²ltima elecci¨®n en 2012 con una participaci¨®n del 80%, de las m¨¢s altas en un pa¨ªs donde no es obligatorio votar.

Cinco a?os despu¨¦s ha sacado 6.157.185 votos, seg¨²n el CNE, en unos comicios boicoteados por la opacidad del arbitrio. Su proclamaci¨®n como mandatario hasta 2025 ha provocado un rechazo de la comunidad internacional, los 14 pa¨ªses que integran el Grupo de Lima han llamado a consulta a sus embajadores. Pero Maduro no se muestra inquieto. ¡°?Cu¨¢nto me han subestimado!¡±, dijo tras saber su reelecci¨®n.

Su gobierno radicaliz¨® las pol¨ªticas del expresidente Ch¨¢vez y deton¨® una crisis econ¨®mica sin precedentes. Muchos han repetido como un mantra que ¡°Maduro no es Ch¨¢vez¡±. Ana Garc¨ªa, de 31 a?os, no ha visto mejor¨ªas en los ¨²ltimos cinco a?os. No puede costear los gastos de su hija, menos para ella. Pero no deja de pensar que la soluci¨®n est¨¢ en poner ¡°mano dura¡± contra la corrupci¨®n. ¡°?C¨®mo es posible que en Catia vendan la leche del CLAP [Comit¨¦s Locales de Abastecimiento y Producci¨®n] en un mill¨®n de bol¨ªvares? Siempre he sido chavista, pero no madurista. Si Ch¨¢vez estuviera vivo esto no estar¨ªa pasando. Pero prefiero votar por Maduro¡±, argumenta.