Los mexicanos: individualistas y salvajes
El mexicano hoy es un individuo enojado con lo p¨²blico, abandonado por sus gobiernos y centrado en vivir su privacidad
Los mexicanos siempre podremos encontrar refugio en la familia, la diversi¨®n y la comida. Yo a?adir¨ªa: y cuando juega la selecci¨®n mexicana de futbol. M¨¢s all¨¢ de ello somos unos liberales salvajes.
Pre¨¢mbulo: en M¨¦xico tenemos una obsesi¨®n por revisarnos y pensarnos, por encontrar ¡°nuestra excepcionalidad¡±. A¨²n recuerdo el fervor del profesor que impart¨ªa Pensamiento Filos¨®fico del M¨¦xico Actual; lo hac¨ªa con redenci¨®n soberanista. Luego entiendes que pensarnos es obligado para encontrar sentido a tanta realidad desbocada: la violencia que convive con la solidaridad que se debate con la democracia que aspira a futuro a sabiendas de vivir un presente eterno sin olvidar el pasado de glorias prehisp¨¢nicas y protomodernas. O algo as¨ª, pero pensarnos pareciera tener vocaci¨®n de urgencia reiterada.
Regreso a los liberales salvajes cuando reviso los resultados de un espl¨¦ndido estudio sobre el mexicano hoy, coordinado por dos empresas de investigaci¨®n (GAUSSC y LEXIA) y que cont¨® con la asesor¨ªa de universidades y especialistas de diferentes entornos profesionales. Un estudio que es continuidad de otro muy similar (y, por lo tanto, comparable) llevado a cabo hace siete a?os, y que concluye con la descolocante afirmaci¨®n de que el mexicano hoy es igual de liberal que hace siete a?os, pero m¨¢s salvaje.
Vamos por partes.
?Qu¨¦ nos dice la palabra ¡°M¨¦xico¡± y c¨®mo la articulamos frente a un Estados Unidos acosador?
Seg¨²n los resultados de este estudio, el mexicano hoy vive un profundo individualismo (creyendo m¨¢s en s¨ª mismo que en su pa¨ªs), con la confianza quebrada frente a un gobierno que lo abandon¨®, recela del otro (que puede ser desde el vecino hasta el colectivo que le es indiferente), se centra en su familia que es su verdadera patria (o matria) y reconoce que vivir¨¢ peor que sus abuelos y mejor que sus hijos (la principal preocupaci¨®n es la precariedad laboral). Al mismo tiempo, este mexicano que se vive brutalmente individualista, presume del poder que tiene para cambiar sus propias circunstancias por s¨ª mismo y reclama que M¨¦xico le ha quedado a deber a sus ciudadanos: es un pa¨ªs rico, muy rico, que no distribuye equitativamente lo que tiene. Aumentan en n¨²mero tambi¨¦n los que saben que han hecho lo que se les dijo: estudiar, cumplir, trabajar; mientras ni la sociedad y ni el pa¨ªs hacen lo que les corresponde.
El mexicano hoy es, entonces, un individuo enojado con lo p¨²blico, abandonado por sus gobiernos y centrado en vivir su privacidad. ?C¨®mo? Resuelve tu vida como puedas. El bienestar de tu familia (que es tu ¨²nico colectivo) y el de tus inmediatos est¨¢ antes que cualquier otra cosa. Somos liberales porque creemos en nuestra libertad extrema; somos salvajes porque buscamos la satisfacci¨®n a costa de todo y de todos. As¨ª las cosas. Imaginemos ahora, en este contexto, negociar el sentido de lo nacional, por ejemplo, o solo de lo colectivo. Suena complicado, ?no? Aunque, claro, siempre podremos encontrar refugio en la familia, la diversi¨®n y la comida. Y cuando juega la selecci¨®n mexicana de futbol.
Fascinantes datos los que revela el estudio que comento para los tiempos que corren. ?Qu¨¦ M¨¦xico imaginamos y c¨®mo lo espejeamos con los candidatos a todos los niveles de gobierno actualmente en juego? ?Qu¨¦ nos dice la palabra ¡°M¨¦xico¡± y c¨®mo la articulamos frente a un Estados Unidos acosador, una Am¨¦rica Latina que dejamos de ver y un resto del mundo que tambi¨¦n nos considera solo en su propio ¡°resto del mundo¡±? ?C¨®mo entender momentos de abierta solidaridad colectiva a pesar del salvaje individualismo ya tan enraizado?
El pasado 19 de septiembre, mientras un sismo azotaba una parte importante del pa¨ªs, los mexicanos salimos a la calle y dejamos, por un rato, de ser individuos para integrarnos en un nosotros colectivo. Ayudamos, nos encontramos, nos tocamos, fuimos solidarios. Ah¨ª estuvimos, al pie del ca?¨®n. Luego esa flama se volvi¨® a apagar. Volvimos a refugiarnos en un nosotros privado. Queda para un siguiente estudio entender qu¨¦ hace que, a veces, los mexicanos dejemos de ser individuos y nos olvidemos de ser salvajes. Pero, por mientras, revisen ¨¦ste que aqu¨ª rese?o. Y formulen sus propias preguntas. Vale la pena.?@warkentin?
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