En busca de los padres perdidos
Rodrigo van Rutte, uno de los 5.500 colombianos adoptados en Holanda, recoge los testimonios de los que, como ¨¦l, tratan de conocer su origen
Hijos de la guerra y de la pobreza, en Holanda viven en la actualidad alrededor de 5.500 colombianos que comparten una zona de su biograf¨ªa: fueron adoptados en las ¨²ltimas d¨¦cadas por parejas holandesas y perdieron los lazos con su familia y su pa¨ªs de origen. En muchas ocasiones, la desconexi¨®n tuvo que ver con las dudosas circunstancias que envolvieron la adopci¨®n. Uno de ellos es Rodrigo van Rutte, de 37 a?os, que ha lanzado una iniciativa singular para tratar de ¡°poner rostro a una experiencia de la que los protagonistas no suelen hablar¡±.
Van Rutte, actor, modelo y presentador de televisi¨®n, trata de recopilar las historias de menores tra¨ªdos de Colombia y otros pa¨ªses, ¡°para que la gente comprenda la trascendencia de la adopci¨®n¡±. Ha empezado por una exposici¨®n de retratos de algunos de los adoptados, que estuvo abierta 12 d¨ªas en La Haya. Y estar¨¢ recogiendo los testimonios de los que como ¨¦l crecieron con otras familias en un pa¨ªs ajeno al menos hasta el 29 de mayo de 2020, d¨ªa del 25? aniversario de la convenci¨®n de La Haya para la adopci¨®n. Este acuerdo, ratificado por 96 Estados, se firm¨® para atajar los casos fraudulentos en las adopciones internacionales.
Seg¨²n Van Rutte, alguna persona puede, ¡°tras encontrar a sus padres biol¨®gicos, enterarse de que fue secuestrada de peque?a, se perdi¨® o bien fue robada en la calle. No todos los casos son sospechosos, pero en aquellos que s¨ª lo son, el Gobierno holand¨¦s debe hacerse responsable de haberlos permitido al no revisar el papeleo desde el principio. Y tambi¨¦n correr con los gastos de la b¨²squeda de las familias biol¨®gicas¡±, reclama. En Holanda viven 46.000 adoptados de 96 pa¨ªses, tres veces m¨¢s que los adoptados de origen holand¨¦s, seg¨²n cifras oficiales.
Van Rutte lleg¨® en 1980 a una familia con dos hijas. Ten¨ªa dos meses y medio cuando vino a Europa. Desde peque?o supo su condici¨®n. A los 28 a?os viaj¨® a Colombia con sus padres adoptivos y encontr¨® a su madre ¡°de nacimiento¡±. ¡°Figuraba como mi progenitora en los documentos, pero mi instinto me dec¨ªa que no pod¨ªa ser ella. Sus otros hijos eran m¨¢s altos y de tez m¨¢s blanca que yo¡±, recuerda. Pidi¨® pruebas de ADN de ella y de su supuesto padre biol¨®gico, al que tambi¨¦n localiz¨®, y ambas resultaron negativas.
¡°En el hospital de Colombia donde nac¨ª confundieron la documentaci¨®n con la de un ni?o que naci¨® al d¨ªa siguiente. Curiosamente ambos acabamos siendo adoptados en Holanda y ese ni?o result¨® ser el hijo de la que dec¨ªan que era mi madre. Al final encontr¨¦ a la m¨ªa. Trabajaba en el campo y se qued¨® encinta contra su voluntad. No pod¨ªa volver embarazada con su marido y por eso me entreg¨®. Ahora nos vemos en Colombia¡±.
Otros tuvieron menos suerte. Lo sabe bien Marcia Engel, que preside en Holanda la fundaci¨®n Plan ?ngel, dedicada a ayudar a encontrar familiares. ¡°En Colombia hay unos 60.000 padres que buscan el paradero de sus hijos¡±, dice. Financiada con donativos, ha ayudado ya a un centenar a reunirse. En 2017 empezaron a tomar muestras de ADN para poder cruzarlas, ¡°y en los pr¨®ximos cuatro a?os esperamos almacenar m¨¢s de un millar en el banco de datos gen¨¦ticos estadounidense Family Tree DNA¡±, donde ya hay miles de muestras de colombianos adoptados que viven en muchos pa¨ªses¡±.
Engel fue adoptada con dos a?os. A los 11 le contaron su historia y a los 12 estaba en la calle. ¡°Mi madre holandesa me ech¨® y estuve en hogares de acogida hasta la mayor¨ªa de edad¡±. Tiene tres hijos y cuando uno de ellos enferm¨® busc¨® a sus padres biol¨®gicos. Lo intent¨® sin ¨¦xito durante ocho a?os, hasta que una mujer de su antiguo orfanato ¡°se apiad¨® de ella¡±. ¡°En cuatro meses, y pagando, encontr¨¦ a mi madre colombiana. No me hab¨ªa abandonado. Me tuvo con 17 a?os y la chica que le ayudaba a cuidarme me llev¨® cuando no pudo pagarle. La visito, pero ha sufrido mucho y no es f¨¢cil. Colombia no hubiera podido facilitar tantas adopciones sin la connivencia holandesa¡±, se?ala.
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