Los venezolanos creen vivir en el pa¨ªs m¨¢s peligroso del mundo
Un estudio de Gallup sit¨²a a Venezuela, azotada por la violencia, en ¨²ltimo lugar por detr¨¢s de Afganist¨¢n en seguridad ciudadana
Los venezolanos perciben vivir en el pa¨ªs m¨¢s peligroso del mundo. Esta es la principal conclusi¨®n del estudio sobre percepci¨®n ciudadana que elabora anualmente la firma estadounidense Gallup. Al desastre econ¨®mico del r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro se suman desde hace a?os unas estad¨ªsticas m¨¢s propias de un territorio en conflicto. En 2017 hubo casi 27.000 asesinatos, de los que m¨¢s de 5.000 se produjeron por resistencia a las fuerzas de seguridad, y el 20% de la poblaci¨®n fue v¨ªctima de la delincuencia, seg¨²n el Observatorio Venezolano de Violencia. Gallup sit¨²a al pa¨ªs caribe?o a la cola de los ¨ªndices de seguridad incluso por detr¨¢s de Afganist¨¢n, que vive una precaria posguerra y que el a?o pasado registr¨® el peor dato de v¨ªctimas civiles en atentados, seg¨²n Naciones Unidas.
Solo el 17% de los venezolanos creen que pueden salir solos por la noche sin correr riesgos frente, por ejemplo, al 20% de los afganos, al 40% de los mexicanos, el 42% de los colombianos y al 93% de los noruegos. Esa impresi¨®n ha empeorado radicalmente en la ¨²ltima d¨¦cada. En 2007, el 44% de los ciudadanos compart¨ªan esa sensaci¨®n. El porcentaje de quienes conf¨ªan en las fuerzas de seguridad, la Polic¨ªa o la Guardia Nacional Bolivariana, es del 24%, cuando la media de Am¨¦rica Latina es del 42% y la europea del 80%. Estas cifras se enmarcan en un contexto en el que los casos de microcorrupci¨®n o extorsi¨®n, alimentados por una hiperinflaci¨®n insoportable, y el hostigamiento a los cr¨ªticos con el chavismo se han convertido en una rutina.
Hay m¨¢s datos que dibujan un panorama desalentador. El 42% sufri¨® un robo en los ¨²ltimos 12 meses, un ¨ªndice solo superado en este caso por Afganist¨¢n, Uganda y Sud¨¢n, y un 23% una agresi¨®n. El informe de Gallup, conocido este jueves, se elabora a partir de una encuesta realizada en 140 pa¨ªses (entre los que no figura, por ejemplo, Siria). La lista est¨¢ encabezada por Singapur, Noruega e Islandia, mientras que Venezuela, que afronta una crisis sin precedentes, vuelve a cerrarla, por debajo de Afganist¨¢n, Sud¨¢n, Gab¨®n y Liberia. Espa?a ocupa el puesto n¨²mero 26.
M¨¦xico es el segundo pa¨ªs latinoamericano de esta clasificaci¨®n. Le siguen Rep¨²blica Dominicana, Bolivia, Argentina, Per¨², Brasil y Colombia, que acaba de salir de un conflicto armado de m¨¢s de medio siglo con las FARC pero sobre todo en las zonas rurales sigue sufriendo la violencia de disidencias, grupos insurgentes menores y carteles de narcotraficantes. La desmovilizaci¨®n de la guerrilla ha generado un vac¨ªo de poder en algunos territorios que durante d¨¦cadas estuvieron bajo su influencia y que ahora se han convertido en un objetivo de las mafias. Eso puede haber contribuido a aumentar la percepci¨®n de inseguridad, aunque los hechos, como se?ala el ¨²ltimo estudio de la Fundaci¨®n Paz y Reconciliaci¨®n, demuestran que desde la firma de los acuerdos, en noviembre de 2016, han disminuido los asesinatos y los desplazamientos.
En cualquier caso, los pa¨ªses de la regi¨®n quedan en este ranking muy lejos de Venezuela, donde las estad¨ªsticas sobre la percepci¨®n de inseguridad de sus habitantes son fruto de una deriva generalizada de las instituciones. Caracas, su capital, obtiene peri¨®dicamente las peores puntuaciones del mundo. De las 50 urbes m¨¢s violentas, seg¨²n el ¨²ltimo an¨¢lisis del Consejo Ciudadano para la Seguridad P¨²blica y Justicia Penal, 42 se encuentran en Am¨¦rica Latina. Pero la grave crisis que azota al pa¨ªs andino dificulta todav¨ªa m¨¢s la recopilaci¨®n de datos. Las cifras oficiales a menudo no existen, y las que proporciona el Gobierno chocan con las que recaban las ONG o las plataformas opositoras.
La realidad es que, a partir de las seis y media de la tarde, cuando se pone el sol, Caracas se convierte en una especie de ciudad fantasma. Incluso en los barrios residenciales tradicionalmente m¨¢s seguros, como los que lindan con la plaza de Altamira, en el municipio de Chacao, es inusual cruzarse con alguien, salvo quiz¨¢ en las puertas de los hoteles o de alg¨²n restaurante. Esta es la sensaci¨®n habitual, que suele empeorar, cuando se producen movilizaciones y protestas, por la represi¨®n de las fuerzas de seguridad. El a?o pasado, entre abril y julio, m¨¢s de 120 personas murieron en las manifestaciones contra el r¨¦gimen de Maduro y la convocatoria de unas elecciones constituyentes.
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