La di¨¢spora coreana conf¨ªa en Trump para hablar con Corea del Norte, pero ve imposible la reunificaci¨®n
La mayor comunidad de emigrantes coreanos, en Los ?ngeles, no cree que salga nada concreto de la cumbre de Singapur, pero s¨ª que pueda ser un principio para desactivar a Pyongyang
El futuro de la pen¨ªnsula de Corea puede tener un antes y un despu¨¦s este martes en Singapur con una cumbre sin precedentes entre el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-Un, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Al otro lado del Pac¨ªfico, en Los ?ngeles, la poblaci¨®n de emigrantes coreanos m¨¢s grande del mundo ve con escepticismo la cita. El barrio de Koreatown, el centro de una di¨¢spora estimada en un cuarto de mill¨®n de personas en el Sur de California, sue?a con la reunificaci¨®n, pero le basta un paso hacia la paz.
La iglesia Arise Mission Church es un local en el segundo piso de un antiguo edificio de Koreatown. Es una congregaci¨®n protestante, de la corriente de los Nazarenos, que se dirige especialmente a los norcoreanos refugiados en Los ?ngeles. El domingo a las 10.30 de la ma?ana, comenzaba una misa dirigida por el pastor Jong Whan Lee y su familia, con canciones y lectura de una carta de San Pablo a los Corintios. Entre el p¨²blico, 20 personas, hab¨ªa al menos cuatro norcoreanos, seg¨²n indicaci¨®n del pastor.
Son una poblaci¨®n min¨²scula, de unas cien personas, indistinguibles de sus vecinos del Sur m¨¢s que por un ligero acento. Al acabar la misa no quieren ni o¨ªr hablar de entrevistas. Salen, literalmente, corriendo. ¡°Incluso entre coreanos no se hacen fotos, no dan sus nombres, ni siquiera dicen que son norcoreanos¡±, explica Michael Kim, hijo de refugiados norcoreanos y miembro de esta congregaci¨®n. ¡°Pueden matar a toda su familia en Corea del Norte¡±.
En esta peque?a iglesia ya se ha producido en cierta forma una reunificaci¨®n de las coreas. El pastor Lee explica que esa es la gran aspiraci¨®n de una mayor¨ªa de coreanos, volver a vivir en un solo pa¨ªs. Pero reconoce que ¡°la desaparici¨®n del r¨¦gimen del Norte es imposible¡±. Lo que quiere Kim ¡°es que se le reconozca¡±. Solo entonces habr¨¢ paz, dice. ¡°El Norte y el Sur son muy diferentes, no se pueden mezclar¡±.
¡°Creo que la reuni¨®n del martes ser¨¢ un ¨¦xito, o al menos ser¨¢ presentada como un ¨¦xito¡±, opina Moon K. Park, profesor de ciencia pol¨ªtica de una academia de negocios de Koreatown llamada California International University. ¡°Por razones pol¨ªticas, unos y otros va a aparentar que ha sido un gran avance¡±. ¡°Lo m¨¢s importante es que a partir del martes sigan las negociaciones en temas donde la distancia sigue siendo enorme¡±, explica Park. ¡°Soy optimista y quiero que haya paz. Yo todav¨ªa sue?o con la reunificaci¨®n, pero no creo que llegue en el futuro cercano. Tengo 70 a?os. No lo ver¨¦¡±.
Park comparte la opini¨®n general de que Trump est¨¢ haciendo lo correcto al buscar esta reuni¨®n. ¡°Incluso con los riesgos, buscar la paz es lo correcto. Una guerra ser¨ªa una cat¨¢strofe. Est¨¢bamos preocupados de que Trump pod¨ªa atacar Corea del Norte de forma preventiva ?Y ahora estamos hablando de paz!¡±. Cree que es una opini¨®n compartida por la mayor¨ªa de la comunidad migrante, ¡°aunque hay algunos ultraderechistas¡±.
La extrema derecha a la que se refiere el profesor estaba representada el s¨¢bado por la ma?ana en una esquina de Koreatown por una veintena de personas que se hacen llamar Asociaci¨®n de Compatriotas Lealistas Coreanos. Desplegaban pancartas contra el presidente surcoreano, Moon Jae-In, al que acusaban de comunista. ¡°Apoyamos todo lo que haga Trump, al 100%¡±, dec¨ªa James Kwon, de 52 a?os, sobre la cumbre. Sin embargo, al mismo tiempo exig¨ªa ¡°que se vaya el dictador de Corea del Norte¡± y la ¡°libertad de Corea del Norte¡±. ¡°Kim hace promesas vac¨ªas. Tenemos 70 a?os de experiencia oyendo sus mentiras¡±, dec¨ªa Kwon.
Los reunidos all¨ª dec¨ªan apoyar la soluci¨®n militar contra Corea del Norte, un ataque preventivo de Estados Unidos. ¡°Kim dice que va a atacar California. Pues no queremos morir. Hay que atacarle antes¡±, insist¨ªa Kwon. A su lado, Tae Kim Incheon, de 51 a?os, asent¨ªa y opinaba que ¡°no va a salir nada de la cumbre, es un espect¨¢culo para el resto del mundo¡±. Especulando con la reuni¨®n, Kwon opinaba que ¡°si fracasa, ser¨¢ algo bueno, porque as¨ª empezar¨¢n los movimientos militares¡±.
No son en absoluto las opiniones mayoritarias en Koreatown, pero s¨ª un reflejo de las contradicciones del debate sobre la pen¨ªnsula de Corea. Para lograr la paz entre los dos pa¨ªses, el r¨¦gimen del Norte exige reconocimiento y garant¨ªas de que no va a ser removido. Al mismo tiempo, dejar blindado a un r¨¦gimen comunista en la mitad del territorio significa renunciar a la reunificaci¨®n. Los coreanos tienen que elegir una cosa o la otra.
En una ciudad con tantas comunidades migrantes como Los ?ngeles, Koreatown es una envidia por su tama?o, su personalidad y el fiero mantenimiento de la cultura y costumbres de origen. Los coreanos pueden disfrutar de cine coreano o librer¨ªas coreanas. Una de las mas grandes es Bandi Books. Kun Soo Chung, due?o de Bandi, ense?a el libro del desertor norcoreano Thae Yong-Ho, publicado este a?o y uno de los m¨¢s reclamados en su secci¨®n de actualidad. ¡°La reunificaci¨®n y la paz son dos cosas distintas. La primera es imposible, pero la segunda s¨ª es posible y la cumbre es un buen paso hacia la paz¡±, dice Chung.
Chung tiene 57 a?os, emigr¨® a Los ?ngeles con 40 y nunca ha visto a un norcoreano. Fue al colegio en los a?os sesenta, una d¨¦cada despu¨¦s de la guerra. Nunca le ense?aron nada sobre el pa¨ªs de al lado. ¡°Nos dec¨ªan que eran demonios con cuernos¡±. As¨ª es la divisi¨®n actual entre los dos pa¨ªses. Hay ya dos o tres generaciones desconocen por completo el Norte, y otra, los que vivieron la guerra, que a¨²n guarda odio y para la que cualquier concesi¨®n es una traici¨®n a la libertad.
Caroline Cho, due?a desde hace 20 a?os del Dan Sung Sa, uno de los restaurantes m¨¢s aut¨¦nticos de Koreatown. Recuerda c¨®mo de peque?a les dec¨ªan que una forma de reconocer esp¨ªas norcoreanos era que utilizaban aparatos de radio por la noche. ¡°Si ve¨ªas a tu vecino hablando por radio por la noche ?deb¨ªas llamar a la polic¨ªa!¡±. Creci¨® haciendo dibujos anticomunistas en el colegio. Sin embargo, hoy cree que Corea del Norte est¨¢ abriendo canales de comunicaci¨®n. Le hace gracia Kim. ¡°El tipo tiene un par de huevos. Si esto fuera una partida de p¨®quer, ?se ha sentado a la misma mesa que Estados Unidos y encima est¨¢ jugando de farol!¡±. Cree que algo positivo saldr¨¢ de la reuni¨®n.
Pero al mismo tiempo, reconoce que hay una generaci¨®n a la que no puede impresionar nada. La guerra acab¨® en 1953. ¡°Tienen que pasar entre 75 y 100 a?os para que desaparezca toda la generaci¨®n de la guerra¡±. Su padre fue ¡°un ni?o hambriento de la posguerra que vend¨ªa chocolatinas a los soldados americanos¡±. ¡°Para ellos, la destrucci¨®n de su pa¨ªs y su familia es imperdonable. Siempre odiar¨¢n¡±. Para sus hijos y sus nietos, que apoyan estas conversaciones de paz, ¡°el comunismo es solo una palabra¡±.
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