Una bailarina er¨®tica deber¨¢ devolver una suma millonaria a su amante en Canad¨¢
Jeanette Fletcher tendr¨¢ que reembolsar a Michael Norkum 1,3 millones de d¨®lares canadienses obtenidos, seg¨²n un juez, por medio de oportunismo y falsas promesas de amor
La historia protagonizada por Jeanette Elvie Fletcher y Michael Alexander Norkum podr¨ªa inspirar a alg¨²n guionista de culebrones latinoamericanos peleado con sus musas. El pasado 1 de junio, un juez de la Columbia Brit¨¢nica emiti¨® su veredicto sobre una batalla legal iniciada en octubre de 2017: Fletcher deber¨¢ devolver a Norkum 1,3 millones de d¨®lares canadienses (unos 850.000 euros). ¡°El sexo por dinero, el oportunismo, el enga?o y las falsas expectativas conforman el tel¨®n de fondo de este litigio¡±, escribi¨® el juez Dev Dley en el documento de 18 p¨¢ginas del fallo.
Un d¨ªa de julio de 2007, Michael Alexander Norkum, un empresario de actualmente 65 a?os de edad, se dirig¨ªa al aeropuerto Pearson de Toronto. A mitad de camino, decidi¨® pasar por el Landing Strip, un famoso club de striptease cercano a la terminal a¨¦rea. Ah¨ª conoci¨® a Jeanette Elvie Fletcher (hoy de 43 a?os), una bailarina er¨®tica. Al poco tiempo, Norkum invit¨® a Fletcher a disfrutar unas vacaciones en Jamaica. El empresario acord¨® desembolsar 3.000 d¨®lares como compensaci¨®n por los ingresos que la bailarina dejar¨ªa de percibir en el club a ra¨ªz del viaje. Meses despu¨¦s, Norkum incluy¨® a Fletcher en la n¨®mina de su compa?¨ªa ¨CMAN Project Management, dedicada a proyectos energ¨¦ticos y de miner¨ªa en la provincia de Saskatchewan¨C con un salario mensual de 10.000 d¨®lares. La raz¨®n, de acuerdo al documento del litigio, es que Norkum quer¨ªa con ello asegurarse de la disponibilidad de Fletcher a toda hora.
La pareja realiz¨® un total de 49 viajes, entre hoteles fastuosos y asientos en primera clase. ¡°El se?or Norkum pag¨® todos los gastos y llen¨® de lujos a la se?ora Fletcher¡±, escribi¨® el juez. El empresario hizo otros regalos a la bailarina, por ejemplo, relojes valuados en 100.000 d¨®lares y autom¨®viles de alta gama. Fletcher hab¨ªa contado a Norkum su intenci¨®n de tener hijos por fecundaci¨®n in vitro gracias a la generosidad de un donante. Dio a luz a gemelos en 2009, se mud¨® a Vancouver ¡ªdonde adquiri¨® una casa¡ª y sigui¨® recibiendo el sueldo por parte de la compa?¨ªa de Norkum. Tambi¨¦n el empresario pag¨® distintos trabajos de renovaci¨®n en el inmueble y sac¨® la chequera para comprar una propiedad en la isla de Trinidad, lugar de nacimiento de Fletcher, registr¨¢ndola a nombre de la bailarina.
De acuerdo con el documento judicial, la relaci¨®n lleg¨® a su fin en 2016, cuando Norkum se enter¨® de que Fletcher ve¨ªa a otro hombre desde 2006. De hecho, el individuo es el padre biol¨®gico de los hijos de Fletcher. El empresario se present¨® un a?o despu¨¦s ante los tribunales. El juez Dley dictamin¨® que a pesar de que Fletcher ten¨ªa ciertos sentimientos rom¨¢nticos hacia Norkum, ella consideraba la relaci¨®n ante todo como un negocio. ¡°La se?ora Fletcher ve¨ªa al se?or Norkum como una billetera o como un sugar daddy ¡±, escribi¨® Dley. El t¨¦rmino en ingl¨¦s ¡°sugar daddy¡± se emplea para definir a un hombre maduro que ofrece regalos o dinero a mujeres m¨¢s j¨®venes a cambio de compa?¨ªa o favores sexuales.
El juez dictamin¨® que Fletcher deber¨¢ devolver a Norkum 1,3 millones de d¨®lares, monto que incluye tanto los trabajos de renovaci¨®n en la casa de Vancouver como el valor de la propiedad en la isla de Trinidad. No obstante, Dley precis¨® que los 650.000 d¨®lares adicionales que exig¨ªa el empresario quedar¨¢n de lado. Esta cantidad correspond¨ªa a viajes, joyas y autom¨®viles, considerados por el juez como regalos que no tienen que devolverse. Tras ser contactados por el diario Vancouver Sun, los abogados de Fletcher declinaron hacer comentarios; tampoco se sabe si apelar¨¢n el fallo.
S¨ªguenos en Twitter y en Flipboard
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.