Un crimen en su laberinto
La condena a Nahir Galarza por el asesinato de Fernando Pastorizzo evidencia la complejidad de un caso atravesado por el debate de la violencia de g¨¦nero en Argentina
En Argentina existen el "caso ?ngeles Rawson¡±, el "caso Melina Romero¡±, el "caso Luc¨ªa P¨¦rez¡±, el ¡°caso Candela¡±. En todos ellos, la atribuci¨®n dada por la prensa corresponde al nombre de la v¨ªctima, una mujer, en ocasiones una ni?a, asesinada por un hombre. Nahir Galarza mat¨® de dos disparos a Fernando Pastorizzo, pero en Argentina no se habla del ¡°caso Pastorizzo". El crimen lleva el nombre de una mujer, como los otros, pero en este caso el de una mujer que mat¨®. Desde la noche de aquel 29 de diciembre en que se produjo el crimen, los argentinos conocieron todos los detalles posibles de la causa, en medio de un lodazal de informaci¨®n que dijo mucho sobre c¨®mo la sociedad ha asumido los cr¨ªmenes de g¨¦nero.
El ¡°caso Galarza¡± se contamin¨® por el debate social, en un pa¨ªs donde se registra un feminicidio cada 30 horas. S¨®lo unos pocos llegan a los medios, impulsados por la violencia inusitada de los hechos o por alguna otra particularidad que los hace ¡°diferentes¡±. La muerte de Pastorizzo fue diferente. Una joven de 19 a?os de clase media y rostro angelical, estudiante universitaria en una apacible ciudad del interior del pa¨ªs, Gualeguaych¨², mata de dos disparos a su novio, de 20 a?os. Luego regresa a pie a su casa, postea en Instagram una foto junto a su v¨ªctima con la leyenda ¡°te amo para siempre, mi ¨¢ngel¡±, duerme pl¨¢cidamente y, al d¨ªa siguiente, confiesa el crimen a la polic¨ªa. Imposible no caer rendidos a la seducci¨®n informativa de semejante caso.
Pero algo no funcionaba bien. Las agrupaciones feministas, muy activas en Argentina desde las movilizaciones de Ni Una Menos? y el debate parlamentario de una ley de aborto legal, denunciaron enseguida que llamar ¡°caso Galarza¡± al asunto escond¨ªa una lectura machista.
Pocas veces el p¨²blico supo tanto de una detenida. Como si se tratara de cr¨®nicas de prensa rosa, los argentinos se enteraron por los diarios de cada movimiento de la joven Nahir en prisi¨®n, qu¨¦ com¨ªa, cu¨¢les eran sus lecturas, si lloraba en soledad o si, en cambio, se mostraba fr¨ªa y distante ante la tragedia que hab¨ªa provocado. En las redes circularon entonces mensajes de revancha: los hombres encontraron a su victimaria, ejemplo de que las mujeres tambi¨¦n matan.
Las quejas feministas circularon como p¨®lvora y se acrecentaron apenas se conoci¨® la condena a cadena perpetua contra Galarza. El tono de los mensajes en Twitter puede resumirse con la lectura de s¨®lo dos ejemplos: ¡°Pod¨¦s decirme, sin googlear, el nombre del feminicida de Melina Romero? ?Y el de Candela? ?No? ?Sabes qui¨¦n mat¨® a Pastorizzo? ?Viste? Se llama patriarcado¡±; ¡°Ojal¨¢ los juicios por femicidios tuvieran la rapidez, la visibilidad y los resultados del juicio a Nahir Galarza. Y ojal¨¢ se los conociera con el nombre del victimario, no de la v¨ªctima¡±.
La defensa de Galarza estuvo atenta a estos debates y construy¨® la segunda pata de la pol¨¦mica. Ante los jueces, los abogados argumentaron que Galarza asesin¨® porque viv¨ªa bajo el acoso de Pastorizzo, al que describieron como maltratador y violento. Ante la prensa, un pol¨¦mico manager de figuras ¡°medi¨¢ticas¡± llamado Jorge Zonzoni, contratado por los Galarza, trabaj¨® para limpiar la imagen de la joven mediante recursos poco convencionales.
Zonzoni difundi¨® entre los periodistas decenas de fotos y v¨ªdeos que mostraban a Nahir como una adolescente como cualquier otra, atormentada por un hombre malvado. La familia Galarza y sus abogados intentaron as¨ª aprovecharse de la tragedia de cientos de mujeres maltratadas o asesinadas por sus parejas. Pero no pudieron convencer al tribunal. En su fallo, los jueces dijeron que no encontraron en pruebas y testimonios indicio alguno de violencia de g¨¦nero. Y Galarza, agregaron, no mat¨® por accidente, como dijeron sus abogados, sino que planific¨® el crimen en todos los detalles.
En las redes, grupos feministas propusieron recordar los nombres de los feminicidas de los casos m¨¢s medi¨¢ticos. ?Qui¨¦n mat¨® por empalamiento a Luc¨ªa P¨¦rez, de 16 a?os, el 8 de octubre del a?o pasado? Hay tres detenidos, pero nadie sabe sus nombres. ?Y c¨®mo se llama el asesino de Melina Romero, violada y estrangulada en 2014 en las afueras de Buenos Aires? Hay que buscar en internet para saber que se llama Joel Fern¨¢ndez y que fue condenado a 13 a?os de c¨¢rcel en diciembre pasado. De Nahir Galarza nadie se olvidar¨¢.
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