El suicidio ingl¨¦s
Dos a?os despu¨¦s del Brexit, Londres no tiene ni propuesta digna para la salida ni negociadores para plantearla
Tres d¨ªas despu¨¦s de que Theresa May anunciara el respaldo de su Gobierno a una abstrusa f¨®rmula para el Brexit, las dimisiones del negociador David Davis y del ministro Boris Johnson demuestran que, como todo el mundo sab¨ªa, el supuesto consenso era un espejismo y que Reino Unido galopa hacia un suicidio en diferido. Dos a?os despu¨¦s del refer¨¦ndum ganado con mentiras por los euroesc¨¦pticos, Londres no tiene ni propuesta digna para la salida ni negociadores para plantearla. Por no tener, tampoco tiene tiempo para validarla a solo nueve meses de la fecha oficial de salida. Ahora se dispone a no tener ni siquiera Gobierno.
Davis y Johnson han sido al menos consecuentes al encabezar la rebeli¨®n contra la primera ministra, cuya continuidad se presenta inviable. Era imposible que el negociador, reconocido eur¨®fobo y famoso por su escasa tenacidad, defendiera ante Bruselas un Brexit no solo blando, sino imposible de llevar a la pr¨¢ctica.
No existe ese jerogl¨ªfico que May endos¨® el viernes a sus ministros, seg¨²n el cual Reino Unido seguir¨¢ aplicando las reglas del mercado ¨²nico para los bienes, pero no para los servicios ni para el libre movimiento de personas. Eso s¨ª, sin frontera entre las dos Irlandas.
No, eso no existe, pero, adem¨¢s, ?no consist¨ªa el Brexit en recuperar la soberan¨ªa total frente a la UE? Hace dos a?os que Londres se hace trampas al solitario mientras deja v¨ªctimas en el camino. Por eso, tiene raz¨®n ¡°el recluta¡± Davis, como se define en la carta de dimisi¨®n, cuando dice que la propuesta de May mantiene una gran parte de la econom¨ªa brit¨¢nica bajo las reglas de la UE, que el control de Westminster ser¨¢ ¡°ilusorio¡± y que, adem¨¢s, sit¨²a a Londres en una posici¨®n negociadora muy d¨¦bil.
La deserci¨®n de Davis hac¨ªa impensable la permanencia en el Gobierno del antidiplom¨¢tico ministro de Exteriores, Boris Johnson, que ha dado todo un ejemplo de deslealtad e hipocres¨ªa mientras llevaba a la otrora prestigiosa diplomacia brit¨¢nica a los niveles m¨¢s bajos de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Van ya siete dimisiones en el Gobierno en los ¨²ltimos ocho meses, sin contar los que siguen boicoteando el proceso desde dentro. La batalla final, sin embargo, ser¨¢ la que arroje mayor n¨²mero de v¨ªctimas y de mayor calibre. Octubre es el l¨ªmite para que Londres y Bruselas cierren un acuerdo, de modo que el Parlamento brit¨¢nico y el europeo tengan tiempo para ratificarlo antes del 29 de marzo, el d¨ªa D de la salida de la UE.
Las deshonrosas fugas de Davis y Johnson disparan las apuestas a favor de un Brexit sin acuerdo. De una cat¨¢strofe para los brit¨¢nicos, las verdaderas v¨ªctimas de tanta irresponsabilidad. Mientras, los culpables se van de rositas. ?D¨®nde est¨¢n los ultraderechistas y xen¨®fobos que encabezaron el s¨ª al Brexit y llevaron a sus conciudadanos al precipicio? Dos m¨¢s, el recluta Davis y el farsante Johnson, acaban de saltar del barco.
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