May logra el consenso de su Gobierno en torno a un plan para un ¡®Brexit¡¯ suave
Dos a?os despu¨¦s del refer¨¦ndum, Londres tiene una postura sobre la relaci¨®n comercial que quiere con la UE y la primera ministra logra evitar una rebeli¨®n de los euroesc¨¦pticos
Una veintena de miembros del Gobierno, divididos en dos bandos abiertamente enfrentados, encerrados casi doce horas en la residencia de campo de Theresa May. En la mesa, un documento que esboza un plan para la relaci¨®n comercial futura de Reino Unido con la UE, que no satisface plenamente a ninguno de los dos bandos. La primera ministra brit¨¢nica ha escenificado este viernes un ultim¨¢tum para acordar una postura que implica un Brexit m¨¢s suave y que busca desbloquear las negociaciones con Bruselas. Y ha ganado: a ¨²ltima hora de la tarde se ha alcanzado un acuerdo. Dos a?os despu¨¦s del refer¨¦ndum, el Gobierno brit¨¢nico tiene una postura consensuada sobre la relaci¨®n comercial que desea tener con la UE tras el Brexit.
El resumen del documento aprobado este viernes, a falta de que el Gobierno lo publique en detalle la semana que viene, sobrepasa de largo las l¨ªneas rojas marcadas por los m¨¢s euroesc¨¦pticos. Es un plan para una ¡°zona de libre comercio entre Reino Unido y la UE¡± con un ¡°modelo aduanero amable para los negocios¡±, y que habla incluso de que ¡°los ciudadanos brit¨¢nicos y de la UE podr¨¢n continuar viajando a los territorios de uno y otro para pedir estudiar o trabajar¡±.
En la recta final de las negociaciones del Brexit, Theresa May tiene ante s¨ª una ardua tarea: desmontar la utop¨ªa construida por los euroesc¨¦pticos y reconocer que la salida de la UE nunca podr¨¢ producirse en los t¨¦rminos et¨¦reos y fantasiosos en que se vendi¨® al electorado. Esa es la v¨ªa, como se ha encargado de recordar en las ¨²ltimas semanas el mundo empresarial de manera ins¨®litamente un¨¢nime, para evitar un importante da?o econ¨®mico al pa¨ªs. El coste ¡ªde ah¨ª el paralizante juego de equilibrios que viene protagonizando May desde que perdi¨® la mayor¨ªa absoluta el a?o pasado¡ª es la posibilidad de romper su Gobierno y su partido.
Este viernes, en una reuni¨®n crucial con su Gabinete para ¡°acordar la forma de la futura relaci¨®n con la UE¡± que se ha prolongado hasta ¨²ltima hora de la tarde, la primera ministra ha librado su ¨²ltimo pulso contra la guardia pretoriana del Brexit. Y ha ganado. ¡°Hoy, tras un debate detallado, el Gobierno ha acordado su posici¨®n colectiva para el futuro de nuestras negociaciones con la UE¡±, ha dicho la primera ministra al t¨¦rmino de la reuni¨®n. Ha ganado en casa, cabe matizar. Pues el texto acordado este viernes no deja de ser la postura de una de las partes de la negociaci¨®n, que ahora tendr¨¢ que valorar Bruselas.
Ning¨²n ministro ha salido por su propio pie de la residencia campestre de la primera ministra en Chequers (Buckinghamshire), lo que indica que no ha habido dimisiones que dejaran a los asistentes sin coche oficial. Los miembros del Gabinete, una veintena larga, fueron obligados a abandonar sus tel¨¦fonos m¨®viles y relojes inteligentes para evitar filtraciones. Queda por saber qu¨¦ concesiones reclamar¨¢ haber logrado el sector duro, porque el borrador mostrado esta tarde no difiere mucho del que llev¨® May por la ma?ana a la reuni¨®n.
Tras dos a?os de negociaciones escasamente fruct¨ªferas, la primera ministra al fin ha consensuado un plan que considera que proporcionar¨ªa el Brexit, evitar¨ªa un severo perjuicio econ¨®mico para el pa¨ªs y respetar¨ªa el principal compromiso que ha adquirido May hasta la fecha: que no habr¨¢ una frontera f¨ªsica entre la Rep¨²blica de Irlanda e Irlanda del Norte. En cuanto recibi¨® el borrador, el sector duro, representado en el Gabinete de May por una minor¨ªa de media docena de ministros, tard¨® poco en tacharlo, en palabras del radical e influyente diputado Jacob Rees-Mogg, de un plan que convertir¨ªa al pa¨ªs en ¡°un estado vasallo encadenado¡±. La maquinar¨ªa burocr¨¢tica de Londres se ha mantenido activada todo el d¨ªa para proceder al limado de asperezas sem¨¢nticas que permitiera a los dos bandos salvar la cara.
La guerra interna de los tories obliga a contorsiones ling¨¹¨ªsticas como la que da nombre al plan que se ha aprobado hoy: ¡°Acuerdo de aduanas facilitadas¡±. La uni¨®n aduanera con la UE es una l¨ªnea roja clar¨ªsima de los euroesc¨¦pticos, pues impedir¨ªa a Reino Unido firmar acuerdos comerciales con terceros pa¨ªses. Pero un alineamiento regulatorio es necesario, entre otras cosas, para no romper la promesa de evitar una frontera en Irlanda. Y un traje a medida para Irlanda del Norte est¨¢ descartado porque alienar¨ªa a los unionistas norirlandeses, que mantienen vivo al Gobierno de May tras perder la mayor¨ªa absoluta en las elecciones del a?o pasado.
El nuevo plan de May se vende como una tercera v¨ªa o, de manera a¨²n m¨¢s optimista, como ¡°lo mejor de los dos mundos¡±, en la medida en que combina el comercio sin barreras con la UE con la libertad de Reino Unido para fijar sus propios aranceles. La idea es que a los bienes que lleguen a Reino Unido se les aplicar¨¢ el arancel que fije Londres. Y a las mercanc¨ªas que pasen por Reino Unido pero cuyo destino sea la UE, se les aplicar¨¢ el arancel europeo, potencialmente mayor, que ser¨¢ remitido a Bruselas. El funcionamiento del plan, reconoce el Gobierno, requiere una tecnolog¨ªa que a¨²n no existe o no ha sido probada.
Lo esencial de la propuesta de May es que perseguir¨ªa un ¨¢rea de libre comercio con la UE en bienes (en servicios el plan est¨¢ a¨²n menos maduro), en la que Reino Unido continuar¨ªa totalmente alineado con la normativa europea para evitar controles fronterizos. Pero eso implicar¨ªa que el Parlamento brit¨¢nico b¨¢sicamente copiar¨ªa la normativa europea a la suya propia, sin haber participado en su elaboraci¨®n. Algo que, claro, no tiene mucho que ver con el plan que los defensores del Brexit vendieron a sus votantes.
He ah¨ª el dilema al que se enfrentaba este viernes el sector duro: aceptarlo y continuar la lucha desde dentro, o rebelarse y tratar de derribar a May sin ninguna garant¨ªa de ¨¦xito. La cita en Chequers estuvo precedida por los rituales previos ya habituales, incluida una carta a May de David Davis ¡°filtrada¡± al conservador The Daily Telegraph, en la que el titular del Brexit le advierte a la primera ministra de que pierde el tiempo, porque Bruselas nunca aceptar¨¢ su propuesta.
Pero esta vez el sector duro hab¨ªa ido todav¨ªa m¨¢s lejos. Boris Johnson, ministro de Exteriores, convoc¨® el jueves en el Foreign Office a siete ministros de su bando para discutir sobre sus preocupaciones y su estrategia para la reuni¨®n.
Al final, el sector duro ha renunciado a la rebeli¨®n. Pero el mensaje del Gobierno concluye con una advertencia a Bruselas. ¡°Sigue siendo nuestra firme visi¨®n que a las dos partes nos interesa llegar a un acuerdo sobre una buena y sostenible relaci¨®n futura¡±, asegura. ¡°Pero tambi¨¦n hemos concluido que es responsable continuar con las preparaciones para un abanico de resultados potenciales, incluida la posibilidad de que no haya un acuerdo¡±.
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