3.000 ni?os en el limbo de Trump
El caos administrativo atasca en EE UU la reagrupaci¨®n ordenada por un juez de los ni?os separados de sus padres inmigrantes bajo la pol¨ªtica de tolerancia cero
"Es un momento muy triste para EE UU". Dale Robertson, 64 a?os y su visera calada con el s¨ªmbolo de Superman, se lamentaba este domingo en la ciudad fronteriza de McAllen (Texas) por la crisis creada tras la separaci¨®n de miles de padres inmigrantes indocumentados de sus hijos menores de edad. Hab¨ªa acudido a un centro religioso de ayuda a inmigrantes para saber c¨®mo podr¨ªa echar una mano. Ten¨ªa en mente llevar perritos calientes para amenizar las pr¨®ximas semifinales del Mundial de f¨²tbol. "Es indecente lo que han hecho a los ni?os. Mi pa¨ªs no eso", protest¨®.
Mientras tanto, la administraci¨®n de EE UU buscaba a marchas forzadas la manera de enmendar el desaguisado provocado por la pol¨ªtica de tolerancia cero de Trump. La aplicaci¨®n de la directriz de apartar a padres e hijos inmigrantes y la posterior marcha atr¨¢s del gobierno ante la avalancha de cr¨ªticas que provoc¨® ha metido a la administraci¨®n federal en un v¨®rtice de caos a la hora de reagruparlos. Un juez de San Diego orden¨® que todos los menores de cinco a?os estuviesen con sus progenitores ma?ana, 10 de julio, y hoy el Departamento de Justicia le inform¨® de que solo se podr¨ªa cumplir ese objetivo con la mitad del centenar de ni?os de esas edades que fueron apartados de sus familias en mayo y junio. El juez acept¨® la petici¨®n del gobierno de extender el plazo para reunir a los menores de cinco a?os con sus padres. La fecha l¨ªmite para reagrupar a los menores de edad que superan los cinco a?os es el 26 de julio. Seg¨²n datos del Gobierno de EE UU, la cifra total de menores separados de sus padres ronda los 3.000.
Por todo el pa¨ªs, abogados voluntarios trabajan a marchas forzadas para tratar de acelerar los reagrupamientos, perplejos por la falta de claridad de la situaci¨®n, con los funcionarios en algunos casos improvisando pruebas de ADN para confirmar la relaci¨®n entre padres e hijos. "Supongo que la polic¨ªa fronteriza separ¨® a las familias sin registrar sus relaciones. Los padres, como adultos, por un lado, y los ni?os por otro, como se ven¨ªa haciendo con los menores que llegaban sin compa?¨ªa. Pero estos ni?os s¨ª llegaron en familia. Creo que es un problema de desorden administrativo creado por una orden imprevista. No estaban preparados para hacerlo, no ten¨ªan un plan", dice por tel¨¦fono desde San Antonio (Texas) el abogado Manoj Govindaiah, de la ONG Ra¨ªces, que da asistencia gratuita a los migrantes.
"El presidente dio la orden de un d¨ªa para otro y se inici¨® un proceso de separaci¨®n para el que las distintas agencias de la administraci¨®n involucradas no estaban listas. Se ha creado de la nada una situaci¨®n de emergencia", afirma desde Nueva York el abogado Jos¨¦ Xavier Orochena, que lleva el caso de la guatemalteca Yeni Gonz¨¢lez, separada de sus tres hijos de 11, nueve y seis a?os y que permanecen con una familia de acogida.
"No me da miedo Trump. Me da miedo mi pa¨ªs, Honduras"
"En su caso", detalla, "hemos podido saber d¨®nde estaban sus hijos porque Yeni, al ver que iban a separarlos, le dijo al mayor que memorizase en tel¨¦fono de un t¨ªo que est¨¢ en Carolina del Norte. Si no, no s¨¦ c¨®mo habr¨ªamos descubierto donde estaban". Gonz¨¢lez estaba presa en un centro de detenci¨®n en Eloy (Arizona). Un grupo de madres estadounidenses que supo de su situaci¨®n reuni¨® los 7.500 d¨®lares de su fianza y organiz¨® una caravana de relevos para llevarla en coche desde all¨ª hasta Nueva York, a unos 4.000 kil¨®metros de distancia.
La abogada Ofelia Calder¨®n, desde el estado de Virginia, representa a otra madre detenida en un centro de Texas cuyo nombre mantiene en el anonimato. Trata de reunirla con su hija de cinco a?os, que est¨¢ con una familia de acogida. "En el ¨²ltimo mes ha podido hablar con ella por tel¨¦fono cinco veces. Dice que se frustra porque no es capaz de explicarle qu¨¦ pasa a la ni?a. La peque?a solo llora al otro lado del tel¨¦fono. No entiene nada. No hab¨ªa un plan detr¨¢s de la pol¨ªtica de tolerancia cero. El ¨²nico plan era castigar a la inmigraci¨®n".
La doctora Marsha Griffin, de la Academia Americana de Pediatras, advierte a este peri¨®dico de los riesgos de esta situaci¨®n para los ni?os: "Las separaciones liberan una carga de estr¨¦s desacostumbrada en sus cuerpos en desarrollo y puede causar alteraciones en su estructura cerebral con da?os a largo plazo. Y todo ello por obra del Gobierno. Es muy preocupante el trauma que se est¨¢ causando a miles de ni?os".
El caos administrativo ha conducido a situaciones kafkianas. En un juzgado de Phoenix (Arizona) fue presentado la semana pasada ante un juez un ni?o hondure?o de un a?o que hab¨ªa sido separado de su padre. Seg¨²n la agencia Associated Press, el juez hizo constar que que estaba "avergonzado" por la escena.
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