Thorvald Stoltenberg, ¡®El abuelo de Noruega¡¯

Nunca lleg¨® a ocupar el puesto de primer ministro, como lo har¨ªa su hijo Jens, actual secretario general de la OTAN. Pero pocas personalidades de la pol¨ªtica noruega han logrado la popularidad, dentro y fuera de su pa¨ªs, del diplom¨¢tico Thorvald Stoltenberg (Oslo 1931-2018), fallecido el pasado viernes a los 87 a?os. Ese prestigio y su compromiso con la acci¨®n p¨²blica y las relaciones internacionales le valieron el sobrenombre de El abuelo de Noruega o El padre de la naci¨®n, como han destacado diversos medios del pa¨ªs escandinavo al conocer la noticia de su muerte.

La biograf¨ªa de Stoltenberg es, sin exageraci¨®n, el reflejo de la evoluci¨®n de la Noruega que super¨® el trauma de la II Guerra Mundial para convertirse en uno de los puntales de la socialdemocracia europea y del Estado del bienestar. Hijo de un ama de casa y de un oficial del Ej¨¦rcito, a los 11 a?os vivi¨® el arresto de su padre, que fue enviado durante la ocupaci¨®n nazi a un campo de concentraci¨®n de Alemania. Cuando ten¨ªa 19 a?os, ¨¦l mismo fue destinado a la zona de ocupaci¨®n brit¨¢nica en Alemania como miembro de la Brigada Noruega Independiente.

Al poco de completar sus estudios de Derecho tras un periplo formativo por Austria, Suiza, Estados Unidos y Finlandia, ingres¨® en las filas del Partido Laborista, cuyo Comit¨¦ Internacional dirigir¨ªa a?os despu¨¦s. Una de las experiencias que marcar¨ªa su juventud fue su apoyo a la revoluci¨®n h¨²ngara de 1956, reprimida por el Kremlin. El periodista americano Barry Farber coincidi¨® con Stoltenberg en el rescate de un grupo de refugiados que intentaba cruzar el canal Einser, entre el pa¨ªs magiar y Austria, y relat¨® la valent¨ªa de aquel joven noruego de 25 a?os que salv¨® la vida de una veintena de personas al impulsar con sus propias manos la balsa en la que hu¨ªan de la invasi¨®n sovi¨¦tica. A?os despu¨¦s, en 1990, ese mismo joven dirigir¨ªa el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Su extenso curr¨ªculo en puestos de responsabilidad pol¨ªtica empez¨® en 1958, cuando fue designado secretario sustituto temporal en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega. Despu¨¦s, le fueron encomendados dos destinos diplom¨¢ticos, el Consulado de San Francisco, en Estados Unidos, y la Embajada de Belgrado. Tras ejercer distintos cargos en la Confederaci¨®n Noruega de Sindicatos (LO) y en diferentes departamentos ministeriales, llev¨® la cartera de Defensa de su pa¨ªs entre 1979 y 1981, en el gabinete laborista de Oddvar Nordli. Despu¨¦s, fue ministro de Exteriores en otros dos periodos, de 1987 a 1989 y de 1990 a 1993, en dos de los tres Gobiernos de Gro Harlem Brundtland, tambi¨¦n laborista. Brundtland fue luego directora general de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.

Mediador internacional de la ONU en la guerra de Bosnia (1992-1995), el nombre de Stoltenberg estuvo entre los candidatos a convertirse en secretario general de la ONU a finales de 1991 para sustituir al peruano Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar. El cargo fue finalmente ocupado por el diplom¨¢tico egipcio Butros Butros-Gali.

Brundtland, que lo conoc¨ªa desde su juventud, ha destacado su calidez y su extraordinaria habilidad para llegar a las personas con las que trabajaba. ¡°Siempre le gust¨® compartir, viajar, inspirar y pertenecer a una gran comunidad social en muchos pa¨ªses¡±, evocaba la ex primera ministra de Noruega. Casado con la genetista y feminista Karin Heiberg, que fuera secretaria de Estado del Ministerio de Comercio y Transporte, fue padre de tres hijos.

Preocupado por las personas, no por el poder. As¨ª resumen muchos de los que han despedido a esta figura del laborismo noruego que dedic¨® los ¨²ltimos a?os de su actividad p¨²blica a los m¨¢s d¨¦biles. Presidi¨® la Cruz Roja de Noruega y colabor¨® en campa?as para reducir las pol¨ªticas punitivas contra los narc¨®ticos, marcado por la experiencia de su hija Nini, presentadora de televisi¨®n fallecida en 2014 y conocida por su adicci¨®n a las drogas.