La extrema derecha solo logra movilizar a una treintena de personas en el primer aniversario de Charlottesville
La Polic¨ªa evita incidentes en la manifestaci¨®n de miles de personas en Washington contra la min¨²scula concentraci¨®n de supremacistas blancos
Varios miles de manifestantes tomaron este domingo por la tarde el centro de Washington para protestar contra la concentraci¨®n de supremacistas blancos, que apenas llegaron a treinta personas, en la ciudad en el primer aniversario de los disturbios racistas de Charlottesville (Virginia), en los que una mujer muri¨® atropellada por un neonazi. En los alrededores de la Casa Blanca, un fuerte dispositivo de seguridad logr¨® mantener separados a ambos grupos y evitar choques violentos como los vividos hace un a?o en Virginia. Los manifestantes racistas dec¨ªan defender los "derechos civiles blancos" y algunos llevaban s¨ªmbolos del presidente Donald Trump, que estaba fuera de la ciudad.
Ampar¨¢ndose en la libertad de expresi¨®n, las autoridades hab¨ªan permitido una concentraci¨®n de hasta 400 supremacistas blancos en un parque frente a la Casa Blanca, pero al final solo protestaron unos treinta, protegidos en todo momento por un ampl¨ªsimo despliegue de seguridad. Los manifestantes de extrema derecha llegaron a Washington en metro. Algunos iban vestidos con traje, otros llevaban camisetas o gorras de Trump, y los hab¨ªa tambi¨¦n con m¨¢scaras y cascos. No se vieron, en aparencia, a miembros del Ku Klux Klan o a skinheads como hace un a?o en Charlottesville. Agentes de polic¨ªa les escoltaron mientras andaban hacia la Casa Blanca, en medio de gritos de contramanifestantes. Algunos de ellos les lanzaron botellas de pl¨¢stico vac¨ªas.
Frente a la residencia presidencial, estuvieron protestando poco menos de dos horas bajo el lema Unir a la derecha 2. Un cord¨®n policial les aislaba de los miles de contramanifestantes antirracistas que, en un ambiente festivo y pac¨ªfico, vociferaban continuamente consignas como ¡°Iros a casa nazis¡±, "No a Trump. No al KKK. No a un EE UU fascista" o ¡°Esta es nuestra ciudad¡±. Cuando empez¨® a llover con fuerza, la concentraci¨®n termin¨® y la polic¨ªa se llev¨® a los supremacistas blancos en furgonetas para evitar choques a su salida del parque. Algunos de los contramanifestantes iban equipados con palos y m¨¢scaras, aparentemente preparados para una hipot¨¦tica confrontaci¨®n con los supremacistas o la polic¨ªa. De hecho, cuando la concentraci¨®n racista ya hab¨ªa terminado, hubo algunos choques entre los agentes y miembros del grupo de extrema izquierda Antifa, que encendieron petardos, causaron algunos da?os urbanos y lanzaron huevos a edificios.
Los alrededores de la Casa Blanca atrajeron a una amalgama de grupos que protestaban por la presencia de la extrema derecha en una de las ciudades m¨¢s progresistas y con mayor poblaci¨®n negra de Estados Unidos. Hab¨ªa manifestantes de grupos afroamericanos, jud¨ªos, veganos, homosexuales¡ Muchos llevaban pancartas contra Trump y el ¡°odio¡±. Japharii Jones, negro de 33 a?os e integrante de la organizaci¨®n Black Lives Matter, consideraba que la extrema derecha hab¨ªa sufrido un ¡°enorme fracaso¡± al atraer a tan poca gente a Washington. ¡°Trump quiere dividirnos pero como puedes ver estamos m¨¢s unidos¡±, dec¨ªa y alentaba a que esta ¡°fuerza¡± de protesta aparezca en las elecciones legislativas de noviembre, en las que se renueva el Congreso y decenas de gobiernos estatales.
El objetivo de las autoridades de Washington era que no se repitieran las escenas esperp¨¦nticas del 12 de agosto de 2017 en Charlottesville cuando decenas de supremacistas blancos, algunos con capuchas del Ku Klux Klan y equipados con rifles, gritaron consignas antisemitas y racistas, y se enfrentaron violentamente a grupos antifascistas ante la pasividad policial. En la v¨ªspera de esos choques, los supremacistas ya se hab¨ªan paseado con antorchas de fuego por un campus universitario de la ciudad al grito de ¡°Los jud¨ªos no nos reemplazar¨¢n¡±.
El papel de Trump
El primer aniversario de los disturbios de Charlottesville coloca a Estados Unidos ante el inc¨®modo espejo del racismo. El panorama es pesimista. Hace un a?o, Trump desat¨® una tormenta pol¨ªtica al no condenar claramente a la extrema derecha cuando culp¨® a ¡°ambos lados¡± de los choques entre supremacistas blancos y contramanifestantes en Virginia, que acabaron con una mujer muerta por un neonazi. Deliberadamente equidistante, el republicano lleg¨® a decir que hab¨ªa ¡°gente muy buena¡± entre los racistas, incluidos miembros del Ku Klux Klan, que protestaban en esa ciudad contra la retirada de la estatua de un general de la Confederaci¨®n durante la Guerra Civil. En los doce meses transcurridos desde entonces, Trump no ha hecho ning¨²n esfuerzo por curar la herida racial sino que la ha avivado ante el silencio, en general, c¨®mplice de su partido.
Un 57% de estadounidenses cree que las relaciones raciales han empeorado con Trump en la Casa Blanca y solo un 15% que han mejorado, seg¨²n una encuesta de Reuters/Ipsos elaborada para el primer aniversario de los choques violentos de Charlottesville. Durante la presidencia de Barack Obama, el primer mandatario negro de EE UU, un 38% cre¨ªa que las relaciones hab¨ªan progresado y un 37% que hab¨ªan ido a peor. El sondeo tambi¨¦n revela que, comparado con septiembre de 2017, ha subido ligeramente el apoyo a grupos neonazis y a la defensa del legado europeo blanco en EE UU.
En la v¨ªspera del aniversario de la muerte de Heather Heyer, una mujer de 32 a?os que protestaba contra la concentraci¨®n de extrema derecha en Charlottesville cuando fue atropellada intencionadamente por un supremacista blanco, el mandatario public¨® el s¨¢bado un mensaje en Twitter. Lament¨® que los disturbios resultaran en una ¡°muerte sin sentido y en divisi¨®n¡±. ¡°Debemos unirnos como naci¨®n. Condeno todos los tipos de racismo y actos de violencia. Paz para todos los estadounidenses¡±, escribi¨®. El mensaje era una invitaci¨®n a la calma ante las concentraciones opuestas de este domingo en Washington.
Los republicanos conf¨ªan en movilizar en las legislativas de noviembre a los electores que dieron la victoria a Trump en 2016 tras su campa?a antiinmigraci¨®n, proteccionista y populista. El multimillonario neoyorquino anunci¨® su candidatura electoral llamando "violadores" a los mexicanos y, cuando recibi¨® el apoyo de supremacistas blancos, tard¨® en condenarlo.
Camuflado en ocasiones por un lenguaje pol¨ªticamente incorrecto, patriotismo y el desd¨¦n a sus cr¨ªticos, Trump acumula un largo historial de ataques impl¨ªcitos a los negros. Hace una semana llam¨® el ¡°hombre m¨¢s est¨²pido en televisi¨®n¡± a Don Lemon, presentador afroamericano de CNN. Recientemente tambi¨¦n ha cuestionado el coeficiente intelectual de otros negros famosos, como la estrella del baloncesto Lebron James o la congresista dem¨®crata Maxine Waters. Considerar poco inteligentes a los afroamericanos era una estrategia habitual de los racistas blancos durante los a?os de segregaci¨®n. En enero, Trump llam¨® ¡°pa¨ªses de mierda¡± a varias naciones africanas. Y antes de entrar en pol¨ªtica, ya jug¨® la carta racial cuando cuestion¨® si Obama hab¨ªa nacido en EE UU, como as¨ª fue, o en ?frica como sosten¨ªan teor¨ªas conspirativas.
Como presidente, Trump no ha impulsado ninguna iniciativa concreta para la comunidad negra y ha enterrado los esfuerzos de Obama para rebajar la tensi¨®n por la muerte de afroamericanos desarmados a manos de la polic¨ªa. En un libro que sale a la venta en los pr¨®ximos d¨ªas, Omarosa Manigault Newman, que era la principal asesora negra de Trump en la Casa Blanca hasta su despido el pasado diciembre, llama ¡°racista¡± al republicano y especula sobre la existencia de grabaciones de Trump, antes de ser mandatario, en las que usa repetidamente la palabra peyorativa nigger(negrata). La Casa Blanca ha calificado de falsas las acusaciones de Newman y el presidente la llam¨® el s¨¢bado ¡°escoria¡±.
En su informe anual sobre grupos de odio en EE UU, el Southern Poverty Law Center, la instituci¨®n de referencia en ese asunto, subraya que Charlottesville ha causado ¡°p¨¦rdidas t¨¢cticas¡± a la extrema derecha pero advierte de que las ¡°llamas xen¨®fobas¡± de Trump y los cambios demogr¨¢ficos, con el descenso de la poblaci¨®n blanca, siguen alentando un ¡°contragolpe del nacionalismo blanco en los pr¨®ximos a?os¡±.
Ofensiva contra los jugadores de f¨²tbol negros
Pese a su mensaje el s¨¢bado, Trump es la ant¨ªtesis de la reconciliaci¨®n y la empat¨ªa. Vive de la divisi¨®n y agitaci¨®n constante, tambi¨¦n en torno a la raza. Solo 24 horas antes de ese tuit, public¨® otro en el que reanudaba sus ataquesa los jugadores negros de f¨²tbol americano que no se levantan ante el himno nacional como protesta contra la violencia policial y la disparidad racial. El presidente asegur¨® que muchos no saben por qu¨¦ se quejan, cuando han dejado muy claros sus motivos, y record¨® que son millonarios.
Trump inici¨® sus ataques a los jugadores en septiembre de 2017, un mes despu¨¦s de los disturbios de Charlottesville. En un mitin en Alabama, un Estado emblem¨¢tico de la segregaci¨®n legal de los negros hasta los a?os sesenta, llam¨® "hijo de puta" al jugador afroamericano que empez¨® las protestas y pidi¨® que se le despidiera. Desde entonces, ha mantenido su ofensiva y ha reconocido a su entorno, seg¨²n medios estadounidenses, que le ayuda electoralmente porque agrada a su base de votantes blancos m¨¢s radical.
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