Despido masivo en las aulas rebeldes de Nicaragua

Por los pasillos del campus de la Universidad Nacional Aut¨®noma de Nicaragua (UNAN) no se escuchan por estos d¨ªas las voces de los j¨®venes en el ajetreo de las clases o el estr¨¦s de los ex¨¢menes. Desde el pasado abril este centro de estudios superiores sufri¨® un cambio radical: decenas de estudiantes tomaron la universidad y se atrincheraron en ella como respuesta a la represi¨®n que el presidente Daniel Ortega desat¨® contra las manifestaciones pac¨ªficas que exigen el fin de su mandato. Durante dos meses la UNAN fue el basti¨®n de la resistencia estudiantil, hasta que Ortega lanz¨® el 14 de julio un feroz ataque que dej¨® dos estudiantes muertos y decenas de heridos. Ahora, el Gobierno toma represalias contra quienes apoyaron a los j¨®venes atrincherados: m¨¢s de cuarenta acad¨¦micos, trabajadores administrativos y m¨¢s de 80 universitarios han sido expulsados.

Josvell Saintclair recibi¨® su carta de despido el 2 de agosto, tras ocho a?os trabajando en la UNAN como docente de F¨ªsica y coordinador de la maestr¨ªa en Ense?anza de la Ciencia. Cuenta con una maestr¨ªa en Investigaci¨®n Did¨¢ctica por la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y un m¨¢ster en Educaci¨®n e Intervenci¨®n Social por la misma UNAN y asegura que con su expulsi¨®n ¡°quien m¨¢s pierde es el pueblo de Nicaragua¡±. Saintclair afirma apesadumbrado: ¡°Me gustaba la UNAN y ten¨ªa el fin social de trabajar en la universidad, porque trabajas para el pueblo, para la educaci¨®n de aquellos que no tienen para pagar una educaci¨®n de calidad¡±.

Este hombre alto, de pecho amplio y de hablar decidido asegura que su despido se debe al apoyo que dio a los estudiantes mientras manten¨ªan su atrincheramiento en el campus. Como decenas de nicarag¨¹enses que se solidarizaron con la protesta estudiantil, Saintclair entreg¨® ropa, alimentos, medicinas a unos 200 j¨®venes que manten¨ªan cerrada la universidad. ¡°Varios de mis estudiantes estaban atrincherados y nos dec¨ªan lo que necesitaban. Uno no puede mirar a otro lado con toda esa necesitad. Ese tipo de situaciones creo que me hacen ser un candidato id¨®neo para el despido. Por eso creo que estoy en la primera ola de despidos¡±, asegura el f¨ªsico.

Anielka Montoya trabajaba en la Facultad de Medicina de la UNAN. Como enfermera tuvo que atender a los heridos en las protestas, un ¡°delito¡± en un pa¨ªs donde el Estado es se?alado de ordenar al personal sanitario cerrar las puertas de los hospitales a los manifestantes heridos en las protestas, seg¨²n recoge un informe de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que despleg¨® una misi¨®n en Nicaragua para constatar las violaciones de derechos humanos registradas en el marco de la crisis que ya deja m¨¢s de 320 muertos. A Montoya la despidieron sin darle explicaciones, pero asegura que es una represalia por su apoyo a los estudiantes. "Uno no puede mantenerse callado o insensible frente a la represi¨®n contra los estudiantes. Todos los despedidos participamos de alguna manera en las protestas y nos pronunciamos contra los atropellos contra la autonom¨ªa en las universidades", explic¨® la enfermera. "Cada uno de nosotros, ahora m¨¢s que nunca, sabemos lo que es la autonom¨ªa. Una compa?era de trabajo solo p¨²blico en su biograf¨ªa de Facebook una bandera azul y blanco (la bandera de Nicaragua) y por eso la despidieron¡±, agreg¨® Montoya.

Los despidos incluyen a destacados acad¨¦micos como el doctor Allan Pernudy, a cargo de un laboratorio de Biotecnolog¨ªa M¨¦dica ¨Ccon equipo valorado en 100.000 euros¨C, en el que adem¨¢s se practicaban ex¨¢menes a personas con leucemia. O Freddy Quezada, maestro del curso de Comunicaci¨®n para el Desarrollo quien fue despedido el 30 de julio. Quezada public¨® en su perfil de Facebook que el despido es una ¡°flagrante violaci¨®n a mis derechos de trabajador y docente y clara represalia por ejercer mi libertad de expresi¨®n y pensamiento, desde las redes sociales, y que debiera garantizar toda autonom¨ªa real y efectiva de una universidad p¨²blica como la UNAN, cuyas autoridades superiores han comprometido su imagen ante los cruentos sucesos acaecidos en nuestra casa de estudio¡±.

Las autoridades universitarias no se han pronunciado sobre estos despidos. EL PA?S intent¨® entrevistar a la rectora Ramona Rodr¨ªguez, pero no atendi¨® a las solicitudes de este peri¨®dico. A los acad¨¦micos despedidos se unen 82 estudiantes que fueron expulsados de la UNAN por haberse atrincherado en el recinto universitario. Las autoridades universitarias conformaron una comisi¨®n especial ¡°para averiguar y determinar responsabilidades en lo referido a la destrucci¨®n de la UNAN¡±. Esa comisi¨®n catalog¨® como ¡°faltas muy graves¡± las acciones de los estudiantes y decidi¨® su expulsi¨®n definitiva, aprobada el 20 de agosto, pero hecha p¨²blica el viernes. En una carta firmada por Luis Alfredo Lobato, secretario general de la universidad, se adjuntan los nombres de los estudiantes expulsados, las carreras que cursaban y las facultades a las que pertenec¨ªan.

Entre los expulsados est¨¢ Jonathan L¨®pez, de 20 a?os y estudiante de Ciencias Econ¨®micas. L¨®pez particip¨® en la toma de la UNAN y estuvo atrincherado en la universidad, adem¨¢s de ser una de los voceros del movimiento estudiantil que planta cara a Ortega. L¨®pez lamenta el despido de sus maestros y la decisi¨®n de las autoridades de expulsar a decenas de estudiantes. ¡°Nos duele y nos llena de rencor, porque no es posible que personas que deber¨ªan defender nuestros derechos, nos est¨¢n atacando. Seg¨²n la ley de autonom¨ªa y sus estatutos, el protestar no solo es un derecho sino un deber del estudiante, porque como futuro del pa¨ªs tenemos el deber c¨ªvico de salir y exigir que se respete la autonom¨ªa o los derechos humanos en general¡±, dijo L¨®pez. Las autoridades de la UNAN planean reanudar las clases en septiembre, pero los estudiantes se han declarado en desobediencia estudiantil. ¡°No nos podemos presentar a clases porque nos pueden apresar¡±, dijo L¨®pez. ¡°Intentar reanudar las clases es una falta de respeto a nuestros compa?eros muertos¡±, agreg¨® el joven, que el viernes participaba en una manifestaci¨®n en Managua.