La foto que inmortaliz¨® la resistencia contra Alfredo Stroessner, 32 a?os despu¨¦s
La protagonista y el autor recrean frente la Catedral de Asunci¨®n la escena que fue icono de la lucha contra la dictadura paraguaya

El 26 de abril de 1986, un centenar de personas cantaba tras celebrar una misa en la Catedral de Asunci¨®n. Era un pac¨ªfico acto religioso un domingo por la ma?ana, con el que estudiantes y activistas ped¨ªan la liberaci¨®n de cuatro m¨¦dicos detenidos injustamente. Los carros hidrantes de la Polic¨ªa esperaban en la explanada. Los j¨®venes daban la espalda a la fachada de la iglesia cuando comenzaron los disparos de agua mientras los antimotines se acercaban. Los estudiantes entonaban Patria Querida, un himno contra el gobierno de Alfredo Stroessner (1954-1989), la dictadura militar m¨¢s larga de Am¨¦rica del Sur. La resistencia de aquel d¨ªa contra la represi¨®n gener¨® una de las im¨¢genes m¨¢s ic¨®nicas de la lucha civil contra el dictador, recreada 32 a?os despu¨¦s como homenaje a sus protagonistas.
Con el agua en el aire y sol en el rostro, Liz Fern¨¢ndez Casabianca, de 27 a?os, con un vestido claro largo hasta la rodilla y el bolso en el brazo izquierdo, dio un paso adelante y plant¨® cara al pelot¨®n policial. Puso los brazos en cruz, el pecho y la frente arriba, y se qued¨® ah¨ª, desafiante, cantando y gritando ¡°?Fuera, Fuera! ?Patria querida, somos tu esperanza...!¡±. Cerca de la mujer, bajo los chorros de agua y los golpes, Jos¨¦ Moreno -fot¨®grafo del diario ?ltima Hora- inmortaliz¨® el gesto de Fern¨¢ndez con una lente 50mm y un carrete de 36 disparos del que solo uso 15. La foto sali¨® en ?ltima Hora y pronto se convirti¨® en emblema de la resistencia contra el dictador.

Aquella ma?ana, Fern¨¢ndez se empap¨®, pero el chorro de los camiones hidrantes no le dio de frente. Nadie cay¨®. Sus gritos detuvieron a la Polic¨ªa por un instante, suficiente para que todos pudieran abandonar la plaza sin recibir m¨¢s golpes. ¡°Se me eriza la piel cada vez que escucho Patria Querida. Me da una inyecci¨®n de vida para seguir luchando¡±, dice Jos¨¦ Moreno, que trabaj¨® para los principales diarios de Paraguay durante d¨¦cadas. A sus 63 a?os, sigue en activo como independiente, y el pasado jueves volvi¨® al lugar donde tom¨® la foto. Y conoci¨®, por fin, a la mujer protagonista de su foto m¨¢s ic¨®nica.
¡°Fue espectacular conocerla. Gracias a ella qued¨® plasmado el valor de la mujer paraguaya en la ¨¦poca de la dictadura, cuando en ese momento hasta por hablar fuerte te llevaban preso¡±, recuerda abrazo a ella en la explanada de la Catedral. Fern¨¢ndez, con elegante vestido negro, un pa?uelo rojo y anteojos oscuros, est¨¢ junto a Moreno para recrear la famosa escena, 32 a?os despu¨¦s, coincidiendo con el D¨ªa Internacional de las V¨ªctimas de las Desapariciones Forzadas. El evento dur¨® apenas 20 minutos.

Actores y voluntarios formaron el cord¨®n frente a las puertas enrejadas de la Catedral. No hubo polic¨ªa, un cami¨®n de bomberos tir¨® agua y Fern¨¢ndez se acerc¨® desafiante, como aquel d¨ªa. C¨¢maras de televisi¨®n transmitieron en directo el evento. ¡°Libertad, libertad ante todo. Era impensable que se derroque a Stroessner y con los granitos de arena que todos fuimos aportando se logr¨®¡±, dice la mujer emocionada. Su padre, Ignacio Fern¨¢ndez Casabianca vivi¨® casi toda su vida en la clandestinidad, perseguido por sus ideas progresistas. Ella, sin pretenderlo, se convirti¨® en una inspiraci¨®n para otras personas.
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