Florence provoca el caos con inundaciones y cortes masivos de electricidad
La tormenta tropical causa ya 11 muertes y deja cerca de 850.000 hogares sin servicio el¨¦ctrico
El p¨¢nico antes de que Florence tocara tierra ¡ªcuando era un hurac¨¢n de categor¨ªa cuatro sobre cinco¡ª era que abofeteara sin piedad la costa este estadounidense. Pero la que ahora es solo una tormenta tropical se ha convertido en una amenaza mortal por haber pr¨¢cticamente aparcado sobre Carolina del Norte y Carolina del Sur. El viento que choca en los rostros de los pocos transe¨²ntes que circulan por las zonas afectadas sopla a 75 kil¨®metros por hora, aunque la lluvia que arrastra ya ha inundado ciudades enteras y ha bloqueando el suministro el¨¦ctrico a casi un mill¨®n de hogares.
"Florence descarga cantidades ¨¦picas de lluvia", dijo Roy Cooper, el gobernador de Carolina del Norte, quien confirm¨® la muerte de cinco personas relacionadas con la tormenta, mientras que "varias m¨¢s" est¨¢n bajo investigaci¨®n. A ellas se suma el fallecimiento de una mujer que muri¨® el viernes por la noche en Carolina del Sur cuando el coche que conduc¨ªa choc¨® contra un ¨¢rbol derribado. A primera hora de la tarde se ha conocido el fallecimiento de otras cinco personas, que ha dejado el balance de fallecidos en once.
Charlotte y Asheville son las dos ciudades de Carolina del Norte que mayor riesgo corren en el recorrido de la tormenta hacia el interior y antes de que oscile hacia el norte sobre las monta?as Apalaches y el valle de Ohio.?Se estima que llegar¨¢ a las dos de la madrugada (hora local). Los vientos y lluvias que llegaron de avanzada dejaron sin luz a cerca de 11.000 hogares en Charlotte y volcaron algunos ¨¢rboles. "Esta ser¨¢ la peor tormenta que ha visto la ciudad. Ser¨¢ peor que Hugo (el hurac¨¢n de 1998 que dej¨® 34 muertos)¡±, advirti¨® Jack Raisanen, de la Cruz Roja Americana.
Los habitantes de Charlotte, una localidad que ha servido de refugio para cientos de evacuados de la costa, tienen la orden de permanecer en sus casas. Y la est¨¢n cumpliendo a cabalidad. Muy pocos se dejan ver por las calles h¨²medas de la ciudad, azotadas por fuertes vientos que remecen los enormes ¨¢rboles de las avenidas. ¡°Compr¨¦ comida y alcohol as¨ª que estoy preparada¡±, dice Jackie, de 30 a?os, mientras pasea a su perro bajo la lluvia. Aunque es su primera tormenta tropical importante, no tiene miedo. ¡°Si pasa, pasa. Es lo mismo que piensa mi abuela. Ella vive en la Costa de Carolina del Sur y no evacu¨®¡±, comenta.
Avisos puerta a puerta para evacuar
Las catastr¨®ficas inundaciones obligaron a los trabajadores de emergencia a ir este viernes puerta por puerta instando a la gente a huir de las crecientes aguas.?En New Bern, una ciudad costera atravesada por un r¨ªo desbordado, los rescatistas se pasearon en botes hinchables recogiendo a las personas que no siguieron la orden. M¨¢s de 360 personas han sido llevadas a un refugio desde el jueves por la noche. Helder Costa, de 39 a?os, no pudo evacuar su casa porque su esposa es enfermera y el personal de salud tiene el deber de quedarse en las zonas de emergencia. ¡°Es mi s¨¦ptimo hurac¨¢n. Si bien Charlie, en Florida, fue m¨¢s potente, este me ha dado m¨¢s miedo. El problema no es el viento, es el agua. Avanza tan lento que el r¨ªo no deja de crecer¡±, comenta desde su residencia ubicada en una zona alta de la costa, lo que le permite estar fuera de peligro por el momento.
Desde su ventana, Costa ve c¨®mo una peque?a edificaci¨®n de concreto que hab¨ªa construido su vecino est¨¢ destruida. Del otro lado de la casa ya no consigue ver el muelle que un¨ªa su patio con el r¨ªo. Su esposa no pudo ir a trabajar el jueves porque estaban totalmente aislados, pero s¨ª lo hizo el viernes. ¡°Me ha dicho que algunas personas han muerto encerrados en sus ¨¢ticos. Es informaci¨®n que todav¨ªa no han entregado¡±, afirma mientras aclara que no forman parte de las cifras oficiales.
Si bien Charlie, en Florida, fue m¨¢s potente, este me ha dado m¨¢s miedo. El problema no es el viento, es el agua Helder Costa, 39 a?os
El ¡°¨¦pico¡± diluvio tiene preocupadas a las ciudades del interior de la costa. La ruta de la tormenta tropical est¨¢ alimentando hasta reventar los r¨ªos y arroyos en las Carolinas. En el condado de Harnett, a unos 150 kil¨®metros tierra adentro, ordenaron evacuar a los residentes de unas 1.100 viviendas porque el r¨ªo Lower Little estaba subiendo a niveles r¨¦cord. "No regresen a casa hasta que pase la tormenta y obtengan el visto bueno de las autoridades", advirti¨® Cooper a los residentes. El Servicio Meteorol¨®gico Nacional pronostica que el r¨ªo alcanzar¨¢ 10 metros el lunes por la ma?ana. Se considera inundaci¨®n cuando alcanza los cinco metros y medio.
El director del Centro Nacional de Huracanes, Ken Graham, dijo que los indicadores de lluvia han registrado datos ¡°absolutamente asombrosos¡± con hasta 75 cent¨ªmetros de agua en algunas zonas. "A¨²n no hemos terminado", advirti¨® Graham. Algunas ¨¢reas afectadas podr¨ªan sumar 50 cent¨ªmetros m¨¢s debido al lento movimiento de la tormenta. La cifra de agua llovida rompi¨® el r¨¦cord de precipitaciones pluviales en una sola tormenta a nivel estatal.
Mientras los estragos contin¨²an en Carolina del Norte, en la del Sur hay zonas que se encaminan a la normalidad. El gobernador Henry McMaster levant¨® las ¨®rdenes de evacuaci¨®n en varios condados costeros del Estado, despejando el acceso a ciudades como Charleston, Berkeley y Dorchester. Muchos no se atreven a volver a¨²n.
El presidente Donald Trump emiti¨® una declaraci¨®n de desastre para Carolina del Norte e inform¨® de que pondr¨¢ dinero federal a disposici¨®n de los afectados en ocho condados. La ayuda puede incluir subvenciones para viviendas temporales y reparaciones del hogar, pr¨¦stamos a bajo costo para cubrir p¨¦rdidas de propiedades no aseguradas y otros programas para que los due?os de negocios se recuperen. Se prev¨¦ que el presidente viaje a las zonas afectadas por la tormenta entre principios y mediados de la pr¨®xima semana, cuando esta no entorpezca ¡°ning¨²n esfuerzo de rescate o recuperaci¨®n", inform¨® la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
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