Florence causa estragos y al menos cinco muertos en su primer contacto con la costa este de EE UU
Los meteor¨®logos aseguran que el principal peligro no es el viento, sino las lluvias
Se acab¨® la tensa espera. El hurac¨¢n Florence, convertido ahora en una tormenta tropical, toc¨® a primera hora de este viernes la costa sureste de Estados Unidos causando estragos: casas inundadas, techos arrancados, ¨¢rboles desprendidos y m¨¢s de medio mill¨®n de personas sin electricidad. Cientos de miles de personas han tenido que dejar sus hogares. Hasta ahora ha habido al menos cinco v¨ªctimas mortales. El cicl¨®n, que qued¨® rebajado a tormenta tropical, se abalanz¨® a m¨¢s 140 kil¨®metros por hora sobre la costa de Carolina del Norte y Carolina del Sur. Los meteor¨®logos aseguran que el principal peligro no es el viento, sino las lluvias.
Diego Coello, oriundo de Zaragoza, y su esposa tuvieron que evacuar su apartamento en New Bern. ¡°Nos enteramos a trav¨¦s de Facebook que est¨¢ toda la ciudad sin luz, que se han ca¨ªdo ¨¢rboles y que todas las casas de la orilla del r¨ªo est¨¢n encharcadas¡±, cuenta desde Nueva York. Puede que pasen semanas hasta que no regrese a su hogar en la ciudad que ha sido protagonista de las peores escenas del cicl¨®n Florence. ¡°Mi preocupaci¨®n particular es que las ventanas del piso exploten y que el agua se lleve mi coche. La general es saber c¨®mo va a quedar la ciudad¡±.
Se espera que el cicl¨®n, que este viernes se debilit¨® hasta llegar a la categor¨ªa 1 sobre 5? y que posteriormente fue rebajado a tormenta tropical, atraviese las dos Carolinas a lo largo del fin de semana. Los meteor¨®logos prev¨¦n ¡°inundaciones catastr¨®ficas¡± y desbordamientos del agua de los r¨ªos en un territorio con numerosas marismas y pantanos. En los pr¨®ximos d¨ªas, Florence se adentrar¨¢ en el interior y se deslizar¨¢ por el oeste. Hasta 10 millones de personas residen en zonas que est¨¢n en alerta por el hurac¨¢n. El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, confirm¨® que el cicl¨®n estaba ¡°causando estragos¡± en la costa y podr¨ªa arrasar comunidades enteras. La tormenta arrojar¨¢ el agua suficiente para llenar 65.000 edificios como el Empire State, seg¨²n los expertos.
El panorama en las calles costeras en las Carolinas era preocupante. El agua del espumosa del oc¨¦ano se desplegaba por las avenidas con pedazos de edificios que hab¨ªan sido arrancados por los fuertes vientos.
V¨ªctimas mortales
Seg¨²n los medios locales, los escasos coches que circulaban por la calle principal de Wilmington, una de las ciudades m¨¢s afectadas de Carolina del Norte, tuvieron que esquivar ¨¢rboles ca¨ªdos, restos de metal y cables el¨¦ctricos. Los sem¨¢foros fuera de servicio se balanceaban seg¨²n las rachas del viento racheado. El aeropuerto de la ciudad fue sacudido por una r¨¢faga de viento de 169 kil¨®metros por hora, la m¨¢s alta desde el hurac¨¢n Helene en 1958. Las dos primeras v¨ªctimas mortales de Florence eran de esta ciudad costera. Una madre y su hijo perdieron la vida al caer un ¨¢rbol sobre su casa. Despu¨¦s se sum¨® una mujer que muri¨® de un ataque al coraz¨®n en Hampstead y otras dos en el condado de Lenoir: la primera, falleci¨® al enchufar un generador de electricidad bajo la lluvia; la segunda, fue arrastrada por el viento cuando sali¨® al patio a amarrar a sus perros. Todas las muertes han tenido lugar en Carolina del Norte.
Para las personas que viven en el interior de las Carolinas, el momento de m¨¢ximo riesgo va a llegar en los pr¨®ximos d¨ªas por el desborde de los r¨ªos y el deslizamiento del lodo. En Carolina del Norte hay 157 refugios abiertos y 20.000 personas est¨¢n alojadas en ellos. La situaci¨®n en Charlotte, una de las ciudades del interior que se han convertido en una guarida para los evacuados, se complica hoy. Jack Raisanen, de la Cruz Roja Americana, afirma que ser¨¢ "la peor tormenta" que haya visto la localidad. Durante toda la semana han llegado personas desalojadas de la costa en busca de mayor seguridad. Ya sea en los hoteles, o en una pista de carreras de coches. Cualquier sitio puede convertirse en un refugio. Los colegios p¨²blicos suspendieron sus clases y habilitaron los gimnasios para que la gente se pudiera proteger en ellos. No piden DNI ni confirman la direcci¨®n.
Los que buscan protecci¨®n lo hacen porque han vivido un hurac¨¢n y saben de lo que va. Tambi¨¦n se da el caso contrario: personas que nunca han experimentado una situaci¨®n similar y no tienen idea a lo que se van a enfrentar. Hasta este viernes hab¨ªan llegado unas 150 personas a estos recintos. Al llegar, les asignan una camilla, dos mantas (una para usar de almohada porque no hay) y ¨²tiles de aseo.
Los refugiados tienen acceso a las duchas y a tres comidas por d¨ªas, donadas por los restaurantes del barrio. Yederka Zorilla, de 48 a?os, vive en Charleston, uno de los puntos negros en la ruta del hurac¨¢n por Carolina del Sur. Tiene miedo. Lo arrastra desde que fue v¨ªctima del hurac¨¢n Mar¨ªa cuando viv¨ªa en Puerto Rico.
El cicl¨®n que dej¨® el a?o pasado cerca de 3.000 muertos ¡ªseg¨²n las cifras oficiales negadas por el presidente Donald Trump¡ª destroz¨® todo el interior de su casa. Ense?a fotos con el m¨®vil donde todav¨ªa descansan los escombros en el sal¨®n y la cocina. ¡°El agua me llegaba hasta arriba de la cintura. Fue horrible, por eso prefiero estar aqu¨ª, donde me siento m¨¢s segura¡±, comenta.
Las r¨¢fagas de viento se debilitaban este viernes mientras avanzaba el d¨ªa, pero las autoridades insist¨ªan en que era ¡°una tormenta peligrosa¡±. El mayor riesgo es la crecida del agua que no deja de extender sus tent¨¢culos hacia el interior. Prepar¨¢ndose para lo peor, alrededor de 9.700 soldados y civiles de la Guardia Nacional est¨¢n desplegados en la costa con helic¨®pteros y barcos para salvar a personas que no hayan hecho caso a las ¨®rdenes de evacuaci¨®n.
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