Un obrero encuentra escondida bajo el tejado de una catedral una carta escrita por su abuelo 88 a?os antes
El trabajador estaba reparando la techumbre, la tarea que hac¨ªa su abuelo cuando decidi¨® esconder en el lugar la botella que conten¨ªa el mensaje
La inflaci¨®n y el enorme paro que asolaban Alemania a principios de los a?os 30 llevaron a Willi Brandt, un joven de 18 a?os que a duras penas se ganaba la vida reparando el tejado de una catedral, a dejar por escrito un lamento y una esperanza: "Hemos dejado atr¨¢s duros tiempos de guerra (...) Esperamos que vengan tiempos mejores". Nada de particular tendr¨ªa este mensaje, que Willi y sus tres compa?eros de faena escribieron a m¨¢quina, si no fuera porque lo metieron dentro de una botella de cristal, lo escondieron bajo el tejado de la catedral y ahora, 88 a?os despu¨¦s, ha sido su nieto?quien lo ha encontrado en?Goslar (Alemania).?
Adem¨¢s, el mensaje ha salido a la luz cuando Peter andaba metido en la misma faena que su abuelo: reparar el tejado de la catedral. "Ha sido un hallazgo emocionante", expres¨® Peter Brandt, de 52 a?os, techador como el abuelo Willi. Al ver el mensaje guardado en la botella, reconoci¨® la firma de su familiar. En el texto daba detalles de las duras condiciones laborales de la Alemania que, solo tres a?os despu¨¦s, tendr¨ªa a Adolf Hitler como canciller. "Hemos trabajado una semana entera por una libra de mantequilla y una pieza de pan", se lamentaba aquella cuadrilla de obreros.
Willi y Peter coincidieron en el tejado cuando el nieto ten¨ªa 12 a?os y disfrutaba de sus vacaciones escolares, pero su abuelo nunca le habl¨® de la botella escondida ni del mensaje. "Era muy reacio y cerrado", recuerda Peter. El deseo de esperanza por el futuro que hab¨ªa firmado Willi se vio truncado pronto: soldado del ej¨¦rcito alem¨¢n en la II Guerra Mundial, cay¨® preso de los rusos. Termin¨® volviendo a Goslar para retomar su trabajo de techador, pero nunca le habl¨® a su nieto de su experiencia en la guerra. La curiosa aparici¨®n del mensaje aparece recogida en el diario The Washington Post y el digital The Local, que cita a la agencia DPA.
Este mes el alcalde de Goslar, Peter Brandt, y vecinos de la peque?a ciudad, de 43.000 habitantes, han devuelto la botella al lugar donde fue encontrada, pero el mensaje no. En su lugar han depositado una copia y han a?adido un documento nuevo, cuyo contenido el regidor prefiere mantener secreto. El texto original del 26 de marzo 1930 quedar¨¢ custodiado en los archivos municipales. Parte del peculiar mensaje en botella que nunca vio el mar se ha cumplido: "[Que] nuestros descendientes encuentren esta carta en tiempos mejores".
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