El nuevo rostro de la violencia en Ciudad de M¨¦xico
El Betito, l¨ªder de Uni¨®n Tepito, impuso una nueva y violenta forma de operar hasta que fue detenido el mes pasado
En los ¨²ltimos a?os, mientras M¨¦xico se desangraba en un goteo de asesinatos que dejan m¨¢s de 25.000 muertos anuales, la capital, Ciudad de M¨¦xico, antes Distrito Federal, viv¨ªa ajena a lo que se coc¨ªa en el resto del pa¨ªs y disfrutaba de una tasa de homicidios diez veces m¨¢s baja que algunos Estados vecinos.
Atr¨¢s hab¨ªan quedado las d¨¦cadas de los ochenta y noventa donde la ciudad se convirti¨® en referente mundial de la violencia urbana, cuando era temerario tomar un taxi en la calle y se inventaron t¨¦rminos como secuestro expr¨¦s o carrusel de cajeros. Sin embargo, en los ¨²ltimos meses han reaparecido las matanzas y venganzas entre capos, que revelan la llegada de una violencia con nuevo rostro. En concreto, el ¨²ltimo, vestido de mariachi. Los cinco sicarios disfrazados de m¨²sicos que abrieron fuego en la plaza Garibaldi la semana pasada y masacraron a 13 personas.
El discurso oficial en la capital mexicana, que insiste en que la elevada violencia se debe a un enfrentamiento entre bandas rivales, se resquebraja. La detenci¨®n el 8 de agosto de Roberto Moyado Esparza, alias El Betito, indica que Uni¨®n Tepito, la organizaci¨®n que dirig¨ªa, tanto por el volumen, los rubros que maneja, el tama?o que abarca y la violencia con la que manejan su negocio, m¨¢s que una banda, es un cartel liderado por un capo con alias de adolescente.
En el mundo del gran crimen El Betito era un reci¨¦n llegado que, sin embargo, imit¨® las maneras de los grandes nombres del narcotr¨¢fico. Se oper¨®, adelgaz¨® y se injert¨® de pelo para evitar ser identificado. Se mov¨ªa de casa en casa para no ser detectado y se hac¨ªa pasar por un honorable due?o de bares y cantinas.
Con ¨¦l al frente, La Uni¨®n Tepito ha arrastrado a Ciudad de M¨¦xico a su etapa de mayor violencia en ¨¦pocas recientes mientras extend¨ªa su poder. Su organizaci¨®n criminal controla la venta de droga a peque?a escala en 12 de las 16 delegaciones de la capital y las extorsiones en cantinas, restaurantes, y hasta tiendas de trajes de 15 a?os, del Centro Hist¨®rico, la Roma, la Condesa, Santa Fe, San ?ngel o Polanco, algunos de los barrios m¨¢s pudientes de la capital.
En los ¨²ltimos a?os Uni¨®n Tepito ha impuesto su sangriento manual que incluye descuartizamientos y ejecuciones a los que parec¨ªa ajena la capital.
Seg¨²n los expertos consultados el dise?o actual de carteles tiene dos puntos de inflexi¨®n recientes. El primero fue la masacre en 2013 en la discoteca de Heavens. La Ciudad de M¨¦xico vivi¨® la mayor matanza del narco que se recuerda con el secuestro y asesinato de 13 j¨®venes a pocas cuadras del eje financiero y urbano de la capital. Tres meses despu¨¦s, todos ellos aparecieron mutilados en una fosa com¨²n de un bosque de las afueras. Todav¨ªa hoy las familias esperan respuestas, nombres¡algo. Hasta el momento hay siete hombres sentenciados por secuestrar y asesinar a los j¨®venes, pero no aparece el autor intelectual del crimen. Tras aquella matanza fue la primera vez que se oy¨® hablar de El Betito, ten¨ªa 32 a?os y varios kilos de m¨¢s.
El segundo punto ¨¢lgido lleg¨® cinco a?os despu¨¦s, el pasado 16 de junio, cuando dos cuerpos fueron arrojados en trozos en la avenida Insurgentes, una de las principales calles de la ciudad. Uni¨®n Tepito cumpl¨ªa su venganza tras la muerte de El Pulga uno de los hombres m¨¢s cercanos a El Betito. Fue el ep¨ªlogo de varias matanzas dispersas a las que nadie prest¨® mucha atenci¨®n. Sin embargo, al arrojar los cad¨¢veres desmembrados en una de las avenidas m¨¢s transitadas ¡°cruzaron la raya¡±, explica un alto cargo de la Delegaci¨®n [distrito] Cuauht¨¦moc, que prefiere hablar en condici¨®n de anonimato.
Con 33 colonias, la delegaci¨®n Cuauht¨¦moc -donde fueron arrojados los cuerpos desmembrados- es una entidad con traje de miniciudad a la que cada d¨ªa llegan casi dos millones de personas y donde se produce el 4,5% del PIB nacional. Entre sus calles, que abarcan el Centro Hist¨®rico, el m¨¢s grande de Am¨¦rica, la Avenida Reforma o las populares Condesa o La Roma, hay m¨¢s 70 museos y decenas de teatros, m¨¢s que todos los pa¨ªses de Centroam¨¦rica juntos.
La ¨²ltima matanza en esta delegaci¨®n rompi¨® todos los esquemas de violencia antes vistos en la capital mexicana. Cinco sicarios disfrazados de mariachi acribillaron a 13 personas en la plaza Garibaldi, una de las m¨¢s concurridas y famosas del pa¨ªs. El tiroteo dur¨® apenas seis segundos, pero se detonaron 60 cartuchos y murieron seis personas. La Uni¨®n iba a por Sergio Flores Concha El Tortas, l¨ªder del grupo Fuerza Antiuni¨®n, que se separ¨® del cartel de El Betito hace cuatro a?os.
El Betito, encarcelado desde agosto, est¨¢ se?alado por ordenar al menos 50 ejecuciones durante los diez a?os que oper¨® en cargos inferiores en Ciudad de M¨¦xico. La polic¨ªa Federal lo persegu¨ªa desde hace un a?o cuando comenzaron a repuntar los homicidios. En el mes de abril fue localizado en el exclusivo barrio de Polanco pero hasta agosto la Marina de M¨¦xico no logr¨® su detenci¨®n
Durante el poco tiempo que estuvo al frente del cartel, Roberto Moyado, El Betito, se realiz¨® pr¨®tesis capilar y bypass g¨¢strico, con lo que baj¨® m¨¢s de 30 kilos, para modificar su apariencia f¨ªsica y no ser identificado. A pesar de manejar a m¨¢s de un centenar de personas, se mov¨ªa sin guardaespaldas, y solo su hermano manejaba la camioneta Tahoe en la que fueron detenidos.
¡°Considero que es un cartel, aunque casi se trata de una discusi¨®n etimol¨®gica. Tradicionalmente se considera as¨ª a aquellas organizaciones que controlan toda la cadena desde la producci¨®n, al transporte y la distribuci¨®n final, cosa que todav¨ªa no hace Uni¨®n Tepito. Pero por el volumen de ingresos, la gente que mueve y los comerciantes a los que logra extorsionar a cambio de supuesta protecci¨®n, tiene el tama?o de un cartel peque?o. Ser¨ªa una potente organizaci¨®n criminal en un pa¨ªs peque?o de Europa¡±, dice Gabriel Regino, experto en seguridad y exfuncionario del gobierno de la Ciudad de Mexico.
En las primeras declaraciones del Betito ante el Ministerio P¨²blico confes¨® que ten¨ªa en su n¨®mina a miembros de la Secretar¨ªa de Seguridad P¨²blica (SSP) como de la Procuradur¨ªa General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de M¨¦xico, lo que le permiti¨® trabajar sin problemas o que le avisaron varias a veces con el tiempo suficiente para escapar.
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