La crisis entre Trump y el departamento de Justicia sube en la escala Richter
El futuro del fiscal Rosenstein, decisivo en la investigaci¨®n de la trama rusa, est¨¢ en el alero
El n¨²mero dos del Departamento de Justicia de Estados Unidos, Rod Rosenstein, el responsable de supervisar la investigaci¨®n de la trama a rusa a cargo del fiscal especial Robert Mueller, camina por el alambre. M¨¢s que nunca y con todo lo que eso implica. Este lunes, durante unas horas, Washington se sumi¨® en uno de sus peculiares dramas: el fiscal general adjunto se dirig¨ªa hacia la Casa Blanca para reunirse con John Kelly, jefe de gabinete, y recibir algo similar a la carta de despido, lo que incendi¨® los medios y las redes sociales porque abr¨ªa una crisis de calado: supondr¨ªa el cese por parte del Gobierno del responsable de un proceso que trata de esclarecer si hubo connivencia entre el entorno de Donald Trump y el Kremlin en la injerencia electoral de 2016, unas pesquisas que el presidente tacha de ¡°caza de brujas¡±.
Durante el fin de semana hab¨ªan surgido informaciones seg¨²n las cuales Rosenstein habr¨ªa propuesto en 2017, en diferentes conversaciones con miembros del Departamento de Justicia y del FBI, grabar a Trump para mostrar su incapacidad como presidente y destituirle invocando la enmienda 25 de la Constituci¨®n. El vicefiscal hab¨ªa negado ese extremo desde el primer momento, avanzado en primer lugar por The New York Times el viernes, que citaba diferentes fuentes an¨®nimas. Pero en el actual clima pol¨ªtico de Washington muchos desmentidos caen en saco roto.
La imagen de Rosenstein y otros funcionarios del Departamento de Justicia y del FBI conspirando sobre Trump encaja con el panorama descrito a primeros de mes por un alto cargo en el ya famoso art¨ªculo an¨®nimo en el Times, en el que hablaba de una suerte de cuerpo de ¡°resistencia¡± interna que trabajaba secretamente en la Administraci¨®n para boicotear las ideas m¨¢s peligrosas del mandatario republicano. Aquel texto recog¨ªa tambi¨¦n que la idea de expulsar del cargo a Trump por la v¨ªa constitucional se hab¨ªa llegado a poner sobre la mesa. Y llov¨ªa sobre mojado: acababan de trascender algunos fragmentos del ¨²ltimo libro del periodista Bob Woodward, Fear, apuntando tambi¨¦n a una suerte de ¡°golpe de Estado administrativo¡±.
Con este caldo de cultivo, a primera hora del lunes, Axios, un portal de informaci¨®n pol¨ªtica, public¨® que el vicefiscal hab¨ªa presentado su dimisi¨®n ¡°verbalmente¡±. La mayor parte de medios relataron luego que se encaminaba hacia la Casa Blanca preparado para la destituci¨®n. Pero al final de la ma?ana, la portavoz, Sarah Sanders, apag¨® el fuego en un breve comunicado en el que se?alaba que ¡°a petici¨®n de Rod Rosenstein, ¨¦l y el presidente Trump tuvieron una extensa conversaci¨®n para discutir las recientes informaciones¡± y que ambos se reunir¨ªan de nuevo el jueves, cuando el mandatario regresara de Nueva York, donde se encuentra con motivo de la Asamblea de Naciones Unidas. La tormenta amainar¨¢ durante unas horas.
Pero la trifulca Trump-Rosenstein no ha arrancado hace dos d¨ªas a ra¨ªz de ning¨²n art¨ªculo. Hay que remontarse a m¨¢s de un a?o atr¨¢s, cuando el vicefiscal general decide poner la investigaci¨®n de la trama rusa en manos de un reputado jurista: Robert S. Mueller, algo que saca de quicio al presidente y que ha dado lugar a m¨¢s de un a?o de pesquisas sin, hasta ahora, visos de finalizar en breve. El caso consiste en una serie de ciberataques y campa?a de propaganda que EE UU atribuye a Mosc¨² con el fin de favorecer la victoria de Trump sobre Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de 2016, y la duda de si el c¨ªrculo del hoy presidente participaba de alg¨²n modo en esta estratagema. Rosenstein se hab¨ªa convertido en el m¨¢ximo responsable de esta investigaci¨®n en marzo, cuando su superior, el fiscal general, Jeff Sessions, se tuvo que inhibir del proceso por haber mentido en el Senado sobre unas reuniones con el embajador ruso en Washington. Las pesquisas segu¨ªan por entonces con el director del FBI, James Comey, como punta de lanza y con Trump cada vez m¨¢s disgustado.
El asunto dio un giro de ochenta grados en mayo de 2017. A primeros de ese mes, en una de esas decisiones incendiarias, el presidente despidi¨® a Comey. Precisamente, justific¨® la medida con un informe de Rosenstein, en el que el n¨²mero dos de Justicia cuestionaba c¨®mo el director de los federales hab¨ªa llevado y cerrado el caso de los correos de Clinton. La medida no pod¨ªa despertar m¨¢s suspicacias sobre la independencia del FBI: aunque argumentaba otros motivos, la imagen mostraba a un presidente de EE UU liquidando al jefe que lo investigaba.
'Hedor' en el Departamento de Justicia
Y entonces Rosenstein, un funcionario con casi tres d¨¦cadas de experiencia en el Departamento de Justicia, cercano a los republicanos pero respetado por los dem¨®cratas, cambi¨® el curso de esta historia nombrando a Mueller fiscal especial, lo que le otorga un amplio margen de maniobra para investigar, no solo asuntos relacionados con la trama rusa, sino cualquier otro presunto delito con que se tope en la investigaci¨®n. De esa labor parte, por ejemplo, el caso del pago a dos mujeres durante la campa?a electoral por callar sobre sus supuestas relaciones sexuales con el entonces candidato, lo que supone un delito de financiaci¨®n ilegal.
Trump ha bramado en mil ocasiones contra Sessions por su recusaci¨®n en el caso, origen del poder de Rosenstein en este asunto, y en general, contra el Departamento de Justicia. Las cr¨ªticas van a veces m¨¢s all¨¢ de la trama rusa. A primeros de mes, carg¨® contra el fiscal general por las acusaciones federales contra dos congresistas republicanos que se presentan a la reelecci¨®n en noviembre. ¡°Dos victorias f¨¢ciles ahora en duda porque no hay tiempo suficiente. Buen trabajo Jeff¡±, tuite¨®. El viernes, durante un mitin en Misuri, prometi¨® acabar con el ¡°hedor persistente¡± en el departamento de Justicia.
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