Merkel afronta ahora el pulso de la disidencia interna
La derrota del aliado de la canciller en el grupo parlamentario saca a la luz la insatisfacci¨®n en su bloque
¡°?Ralph qu¨¦?¡±. As¨ª arrancaba este mi¨¦rcoles la prensa alemana despu¨¦s de que la tarde anterior un terremoto pol¨ªtico sacudiera los mism¨ªsimos cimientos del Ejecutivo de Berl¨ªn. Ralph Brinkhaus, pr¨¢cticamente desconocido m¨¢s all¨¢ de los c¨ªrculos parlamentarios, logr¨® desbancar al candidato y leal colaborador de Angela Merkel, al frente del bloque conservador (CDU/CSU) en el Bundestag. La intervenci¨®n esa misma tarde de la canciller dejaba poco lugar a dudas de la magnitud del da?o. ¡°Es una derrota y no hace falta embellecerla¡±.
El mi¨¦rcoles su portavoz descart¨® con un rotundo ¡°no¡± que Merkel se fuera a someter a un voto de confianza en el Parlamento, como corri¨® a exigir la oposici¨®n. Brinkhaus quiso calmar los ¨¢nimos y asegur¨® que no es ning¨²n rebelde que planee ninguna revuelta contra la canciller, que su prop¨®sito es ¡°apoyar a la canciller y a su trabajo en el Gobierno¡±.?
La votaci¨®n, que en las ¨²ltimas d¨¦cadas ha sido un tr¨¢mite puramente formal, cobra ahora un profundo significado, en un momento en el que la autoridad de la canciller est¨¢ crecientemente cuestionada y en el que la gran coalici¨®n en el Gobierno salta de una crisis a la siguiente. Los diputados conservadores votaron divididos, pero lo cierto es que 125 diputados (frente a 112) se opusieron al candidato para el que Merkel hab¨ªa pedido abiertamente el apoyo. Es decir, desobedecieron la consigna de la eterna canciller y rompieron el cord¨®n umbilical que les un¨ªa a la l¨ªder y a Volker Kauder, el derrotado que llevaba en su puesto los mismos 13 a?os que Merkel, en los que ha ejercido de inquebrantable correa de transmisi¨®n de la canciller.
La autoridad de Merkel dentro y fuera del partido qued¨® seriamente menoscabada en cuesti¨®n de segundos y la prensa alemana, que lleva a?os anunciando el inicio del fin de la era Merkel redobl¨® el mi¨¦rcoles la intensidad de sus pron¨®sticos. ¡°?Es capaz Merkel de ser todav¨ªa canciller?¡±, se preguntaba en su primera p¨¢gina el sensacionalista Bild, el m¨¢s vendido de Alemania. Mientras, el conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung se refer¨ªa en su primera a la canciller como ¡°un pato cojo¡±.
El peligro es probablemente m¨¢s hipot¨¦tico que real. Merkel sabe que por ahora ni a su partido ni a los conservadores b¨¢varos y mucho menos a los socialdem¨®cratas, los tres socios del gobierno, les convendr¨ªan unas elecciones anticipadas. Las encuestas muestran un creciente desapego de los electores y ninguno de los partidos tiene a un candidato capaz de triunfar en las urnas a estas alturas. Se le suma adem¨¢s, el temor de los partidos a que la extrema derecha, Alternativa para Alemania, sea capaz de capitalizar el descontento ciudadano ante la interminable gresca pol¨ªtica que consume a la gran coalici¨®n. Los l¨ªderes ultras se frotaban las manos tras el batacazo de la canciller.
El polit¨®logo Thorsten Faas de la Universidad Libre de Berl¨ªn advierte de que no todo tiene que ver con la posici¨®n de Merkel en el partido. Que no hay que olvidar que en estos 13 a?os Kauder, el jefe del grupo parlamentario saliente, no solo ha hecho amigos, sino que tambi¨¦n ha sufrido un desgaste que ha quedado reflejado en la votaci¨®n. ¡°Pero que alguien [Brinkhaus] pase a la ofensiva y se presente como alternativa, eso es un s¨ªntoma de insatisfacci¨®n con la canciller. Eso es realmente algo nuevo¡±.
M¨¢s all¨¢ de las r¨¦plicas de mayor o menor intensidad que vaya a originar el temblor de la tarde del martes, lo cierto es que Brinkhaus ha ejercido como poco de v¨¢lvula de escape para muchos miembros de la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) y de su partido hermano b¨¢varo, la Uni¨®n Social Cristiana (CSU). La frustraci¨®n anida en el bloque conservador ante la merma de apoyos en las encuestas y en plena de resaca de la pen¨²ltima crisis, la provocada por el cese del jefe de los servicios secretos internos.
La gesti¨®n de la salida del jefe del espionaje y la b¨²squeda de un nuevo acomodo para el defenestrado fue tan cuestionada, que Merkel compareci¨® ante la prensa para entonar un inusual mea culpa y reconocer que no hab¨ªa sabido escuchar las preocupaciones de los ciudadanos, que el olfato le hab¨ªa fallado. El martes, volvi¨® a fallarle. La victoria de Brinkhaus y el hast¨ªo con Kauder fue una absoluta sorpresa que nadie, tampoco la canciller vio venir. ¡°Mantener en pie la coalici¨®n exige muchos recursos¡±, piensa Faas. ¡°Obviamente la relaci¨®n con el exterior, pero tambi¨¦n con el partido sufre¡±.
Peter Matuschek, analista de la casa de sondeos Forsa, explica que a los ciudadanos no les interesa d¨®nde van a colocar al jefe de los esp¨ªas defenestrado, que tienen la sensaci¨®n de que los pol¨ªticos no se ocupan de los asuntos importantes. En las ¨²ltimas encuestas, la CDU ha ca¨ªdo por debajo del 30%, perdiendo casi cinco puntos porcentuales respecto al resultado electoral de septiembre del a?o pasado. Pero destaca sobre todo la subida de los abstencionistas que ahora rozan el 31%, convirti¨¦ndose en el mayor grupo en el electorado. ¡°Es un reflejo claro del descontento tanto con los dem¨®cratas cristianos como con los socialdem¨®cratas¡±.
A la frustraci¨®n de los conservadores se le suman los temores. Los conservadores se enfrentan a dos citas electorales cruciales en las pueden sufrir serias p¨¦rdidas. El 14 de octubre en Baviera, en el sur y a finales de mes en Hesse, en el centro del pa¨ªs. Sendas citas, sobre todo la b¨¢vara, en la que la CSU se juega su tradicional mayor¨ªa absoluta, marcar¨¢n seg¨²n los analistas el tono del curso pol¨ªtico en los pr¨®ximos meses y hasta la viabilidad del cuarto mandato de la canciller Angela Merkel.
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