Indonesia busca contra el reloj a v¨ªctimas de la cat¨¢strofe
El Gobierno indonesio pide ayuda internacional tras la tragedia que sacudi¨® el viernes la isla de C¨¦lebes, que ha causado al menos 844 muertos
Nabella Salsabilla llevaba cuatro d¨ªas esperando una llamada esperanzadora desde Palu. Ha ocurrido este lunes por la noche, cuando su hermana le confirm¨® finalmente que ella y toda su familia est¨¢n a salvo del potente terremoto y el tsunami que azot¨® esta localizad situada en la zona central de la isla indonesia de C¨¦lebes el pasado viernes y que ha causado, seg¨²n el balance oficial, 844 muertos. Aunque la cifra de v¨ªctimas oficial apenas ha variado en las ¨²ltimas horas, las perspectivas son sombr¨ªas: centenares de personas siguen atrapadas bajo los escombros, los equipos de rescate operan con enormes dificultades y el pa¨ªs ha pedido ayuda humanitaria para hacer frente al desastre.
Dudas sobre el sistema de alerta de tsunamis
Persisten las dudas entre la opini¨®n p¨²blica sobre la eficacia del sistema de alerta de tsunamis en el desastre. Las autoridades sostienen que el aviso se envi¨® a los tel¨¦fonos m¨®viles de la poblaci¨®n residente en las zonas de riesgo, pero fue desactivado apenas 30 minutos despu¨¦s y no logr¨® detectar la virulencia del maremoto, que en algunos puntos trajo olas de hasta seis metros.
Las autoridades han reconocido que el error fue no tener sistemas de detecci¨®n de oleaje cerca de Palu. La boya m¨¢s cercana que rinde cuentas de los cambios s¨²bitos de la marea se sit¨²a a unos 200 kil¨®metros de la ciudad y registr¨® una variaci¨®n insignificante del nivel del agua tras el terremoto. Tambi¨¦n se especula con que el sistema basado en mensajes de aviso no habr¨ªa funcionado porque el se¨ªsmo habr¨ªa da?ado las comunicaciones, con lo que la alerta nunca habr¨ªa llegado a los tel¨¦fonos. Las costas de la zona tampoco contaban con sirenas de aviso.
Salsabilla, estudiante de 20 a?os, ha permanecido d¨ªa y noche junto a su madre durante m¨¢s 72 horas en una mezquita cercana a la base a¨¦rea de Makassar, la capital de la isla indonesia de C¨¦lebes (Sulawesi en indonesio). Buscan sitio en alguno de aviones militares de transporte H¨¦rcules que viaja entre esta instalaci¨®n y el maltrecho aeropuerto de Palu, la ¨²nica oportunidad para estar con sus familias a corto plazo. Probablemente este martes a primera hora consigan el esperado hueco, o eso conf¨ªan. ¡°Entendemos que hay que dar prioridad a la ayuda humanitaria, como alimentos y medicinas. Nuestra familia nos ha contado que la casa est¨¢ muy da?ada, pero tuvieron suerte de que el tsunami no les alcanz¨® porque el edificio est¨¢ a un kil¨®metros adentro¡±, explica. Ambas saben al menos que sus seres queridos est¨¢n a salvo; otros en el mismo recinto no pueden decir lo mismo.
La situaci¨®n en Palu, ciudad de unos 350.000 habitantes en la costa occidental de la isla de C¨¦lebes, es cr¨ªtica. La ayuda humanitaria entra principalmente a trav¨¦s del aeropuerto porque el acceso por tierra es dif¨ªcil debido a los corrimientos de tierra. Las comunicaciones y el suministro de luz son intermitentes y los equipos de rescate usan sus propias manos para buscar a los posibles supervivientes enterrados bajo las ruinas ante la imposibilidad de que llegue la maquinaria pesada. Indonesia, a trav¨¦s del presidente Joko Widodo, ha autorizado formalmente la apertura de la zona a la ayuda humanitaria internacional. Naciones Unidas calcula que unas 191.000 personas requieren de esta ayuda de forma urgente. La organizaci¨®n Oxfam prev¨¦ aportar ayuda a 100.000 personas, fundamentalmente alimentos, equipos de purificaci¨®n de agua y de tiendas, ha indicado Ancilla Bere, responsable de esa ONG en Indonesia.
El portavoz de la Agencia Nacional de Gesti¨®n de Desastres, Sutopo Purwo Nugroho, ha asegurado desde Yakarta que el n¨²mero de v¨ªctimas asciende a 844, una cifra similar a la declarada el domingo, mientras que m¨¢s de 59.000 residentes han sido desplazados y est¨¢n pendientes de v¨ªveres que escasean. El Equipo de Intervenci¨®n R¨¢pida, citado por la agencia Antara, aumenta la cifra de fallecidos hasta los 1.203. Apenas hay noticias a¨²n sobre los da?os en la regi¨®n de Donggala, una franja de costa de 300 kil¨®metros de largo al noroeste con una poblaci¨®n de 300.000 habitantes m¨¢s cercana al epicentro del se¨ªsmo de magnitud 7,5 a la que no se ha podido acceder.
Una de las zonas m¨¢s afectadas en los alrededores de Palu, seg¨²n las autoridades, es el pueblo de Petobo, donde decenas de viviendas han sido parcial o totalmente engullidas por el barro. ¡°Calculamos que solamente all¨ª hay cientos de personas sepultadas¡±, ha afirmado el portavoz de la citada agencia.
Prueba de que las autoridades esperan encontrar m¨¢s cuerpos es que se ha comenzado a cavar una fosa com¨²n cerca de Palu con una capacidad para 1.300 personas. En un principio se hab¨ªa optado por colocar los cuerpos en morgues improvisadas para facilitar su identificaci¨®n, pero finalmente la opci¨®n fue descartada ante el riesgo de enfermedades.
Mientras Nabella y su madre se preparan para volar este martes por la ma?ana hasta Palu, otros miles de personas esperan hacer el recorrido contrario cuanto antes tras haberse quedado sin nada. Los H¨¦rcules han trasladado ya a cientos de personas de vuelta hasta Makassar ¨Caunque muchas siguen agolpadas en el aeropuerto- y las autoridades han fletado un barco crucero, con una capacidad para entre 3.000 y 5.000 personas, que deber¨ªa facilitar esta tarea, seg¨²n informa la agencia nacional Antara. La prioridad es evacuar primero a los heridos que pueden ser desplazados.
¡°Hemos tenido mucha suerte¡±, dice Nabella. Sabe que volar hacia Palu en ruinas puede dejarla a ella y a su madre varadas como m¨ªnimo durante varios d¨ªas. ¡°No me preocupa. Lo ¨²nico que queremos es dar un abrazo a toda la familia¡±.
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