No, secretaria Robles. La corrupci¨®n no tiene g¨¦nero

La estafa maestra ¡ªinvestigaci¨®n period¨ªstica de Animal Pol¨ªtico y Mexicanos Contra la Corrupci¨®n y la Impunidad (MCCI)¡ª dej¨® al descubierto un fraude de 7.670 millones de pesos (unos 403 millones de d¨®lares). Involucr¨® a 11 instancias del Gobierno federal y a ocho universidades p¨²blicas que, en complicidad, decidieron desviar recursos p¨²blicos destinados a los m¨¢s pobres. Un fraude que permanece impune, porque ninguno de sus responsables ha sido procesado pese a las pruebas que existen.

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¡®La estafa maestra¡¯ llega al Congreso mexicano

Este martes, al menos, pudimos ver la primera comparecencia de un funcionario p¨²blico para explicar al nuevo Congreso ¡ªo tratar de hacerlo¡ª d¨®nde quedaron esos millones. No se hab¨ªa dado antes una comparecencia similar. Y le toc¨® a Rosario Robles, quien fuera la responsable del combate a la pobreza en buena parte del sexenio de Enrique Pe?a Nieto.

Robles, por supuesto, neg¨® cualquier responsabilidad en el desv¨ªo millonario confirmado incluso por la Auditor¨ªa Superior de la Federaci¨®n y durante siete horas dej¨® una decena de preguntas sin responder. No dijo nada de los documentos ni de las pruebas que demuestran que desde la dependencia que dirigi¨® desaparecieron millones.

Pero no se qued¨® ah¨ª. Sorprendi¨® a todos cuando dijo que en la investigaci¨®n period¨ªstica "se tom¨® la decisi¨®n editorial de poner el nombre y la cara de una mujer" y eso, dijo, "es violencia pol¨ªtica de g¨¦nero".

Habr¨ªa que recordarle a la funcionaria lo delicado que es hablar de violencia de g¨¦nero en un pa¨ªs en el que los c¨¢lculos m¨¢s conservadores hablan de siete feminicidios diarios (y subrayo que son c¨¢lculos, porque no hay estad¨ªsticas suficientes para saber cu¨¢ntos son en realidad). Un pa¨ªs en el que hay jueces que consideran que solo cuando hay mutilaciones en el cuerpo de la mujer y agresi¨®n sexual antes del asesinato se trata de un feminicidio.

En el que siete de cada 10 mujeres han sido v¨ªctimas de violencia a manos de su pareja, familiares, amigos o compa?eros de trabajo y donde aumentan las denuncias por agresiones sexuales, pero apenas tres de cada 100 ataques terminan en castigo.

La violencia de g¨¦nero que tanto da?a a M¨¦xico es la que nos oblig¨® ¡ªcomo a muchas mujeres cada d¨ªa¡ª a mi hermana y a mi a salir corriendo del metro cuando, al regresar de la secundaria, a las dos de la tarde, un tipo decidi¨® que pod¨ªa acorralarnos y atacarnos, con la seguridad de que nadie har¨ªa algo; la que aterroriza y asquea a las periodistas cuando un pol¨ªtico no deja de mirarte de forma lasciva y se toma el derecho de pedirte que salgas con ¨¦l para darte una entrevista; la que hace que cualquier mujer sepa que usar el transporte p¨²blico es correr un riesgo.

Eso nada tiene que ver con el desv¨ªo millonario de recursos p¨²blicos. Porque la corrupci¨®n no tiene g¨¦nero.

La investigaci¨®n period¨ªstica estuvo dirigida a revelar la corrupci¨®n en el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto y demostr¨® que la dependencia responsable de otorgar recursos p¨²blicos a los m¨¢s necesitados y olvidados de este pa¨ªs desapareci¨® 2.000 millones de pesos (unos 106 millones de d¨®lares). Nada m¨¢s.

M¨¢s all¨¢ de g¨¦neros, se document¨® corrupci¨®n, omisi¨®n, impunidad, cinismo...

Habr¨ªa tambi¨¦n que recordarle a Rosario Robles que M¨¦xico no ha dejado de caer en el ?ndice de Percepci¨®n de la Corrupci¨®n y que es uno de los pa¨ªses peor evaluados de Am¨¦rica Latina y el peor de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo en esa materia; que el Gobierno al que pertenece se ha resistido a que exista una Fiscal¨ªa Independiente y un Sistema Anticorrupci¨®n que conduzca investigaciones para evitar y castigar fraudes como los de La estafa maestra.

En un pa¨ªs en el que las mujeres luchan cada d¨ªa para no ser una m¨¢s en la ola de feminicidios y de constante violencia de g¨¦nero en el hogar, el trabajo o la v¨ªa p¨²blica, lo menos que podemos pedirle a la secretaria de Estado es que no utilice la condici¨®n de g¨¦nero para huir de sus responsabilidades como funcionaria p¨²blica.