El pulso entre China e India amenaza la estabilidad de Sri Lanka
El s¨²bito reemplazo del primer ministro ceiland¨¦s alimenta el temor a que resurja el conflicto en la isla
Sri Lanka, que vivi¨® hasta 2009 m¨¢s de dos d¨¦cadas de guerra civil, ha entrado en una crisis institucional tras el nombramiento por sorpresa de un nuevo primer ministro, en una decisi¨®n que ha agravado las tensiones entre las comunidades ¨¦tnicorreligiosas de la isla del ?ndico y que amenaza con desestabilizar el fr¨¢gil equilibrio de fuerzas regionales, principalmente entre China e India.
El pasado fin de semana, el presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, suspendi¨® el Parlamento y nombr¨® unilateralmente al anterior presidente, Mahinda Rajapaksa, como nuevo primer ministro, en sustituci¨®n de Ranil Wickremesingh. El inesperado giro pol¨ªtico sorprendi¨® a embajadores y l¨ªderes locales. El entonces primer ministro, de viaje oficial, volvi¨® a la capital para denunciar el golpe a su Gabinete. Aunque el presidente se reuni¨® con diplom¨¢ticos extranjeros el lunes para explicarles que la constituci¨®n le da poder para revocar Gobierno y C¨¢maras, Estados Unidos emiti¨® un comunicado en el que ped¨ªa ¡°la inmediata reanudaci¨®n del Parlamento para que los representantes electos cumplan con sus responsabilidades¡±. Un golpe a la estabilidad de las instituciones de la democracia m¨¢s antigua del sur de Asia en un momento trascendental no solo para la estabilidad de su econom¨ªa de posguerra, sino tambi¨¦n para su posici¨®n en la regi¨®n.
El lunes, m¨¢s de 10.000 manifestantes marcharon en las calles de la capital, Colombo, en apoyo al jefe del Ejecutivo depuesto. La reacci¨®n internacional ha obligado al nuevo Gobierno a anunciar este jueves que el Parlamento adelantar¨¢ al pr¨®ximo lunes su reapertura, inicialmente prevista para el 16 de noviembre.
La naci¨®n ¨ªndica se ha convertido en otro sat¨¦lite en el equilibrio geoestrat¨¦gico dise?ado por las potencias regionales. China ha sido uno de los pocos pa¨ªses en dar la bienvenida al reci¨¦n anunciado nuevo Gobierno, considerado su aliado. Presidente de la rep¨²blica hasta 2015, Rajapaksa permiti¨® la entrada de submarinos chinos en el principal puerto del pa¨ªs y dio luz verde a las inversiones del coloso asi¨¢tico mediante la construcci¨®n de puertos, centrales el¨¦ctricas y autopistas como parte de la estrategia comercial de Pek¨ªn en el ?ndico.
Por su parte, la reacci¨®n oficial de India se ha limitado a pedir el regreso de la legalidad constitucional a Sri Lanka, aunque no se espera que las relaciones entre los dos pa¨ªses mejoren con el nuevo Ejecutivo. A Rajapaksa se le atribuye la victoria sobre el grupo terrorista del norte del pa¨ªs, los Tigres Tamiles, de religi¨®n hind¨². Pero su presidencia cre¨® una d¨¦cada de Gobierno autoritario en el que las minor¨ªas de Sri Lanka, especialmente las comunidades hind¨²es y musulmanas, denunciaban el hostigamiento de una mayor¨ªa cingalesa budista que India, de mayor¨ªa hind¨², siente como propia. Tras el fin del conflicto ¨¦tnico que balcaniz¨® el pa¨ªs durante d¨¦cadas, su etapa presidencial fue denunciada por grupos locales como una teocracia que persegu¨ªa a minor¨ªas religiosas, periodistas y activistas disidentes. Legado de aquel periodo son los continuos conatos de violencia interreligiosa en Sri Lanka, ahora centrados en la creciente minor¨ªa musulmana.
Organizaciones internacionales de derechos humanos alertan de que el regreso pol¨ªtico de Rajapaksa, ahora como primer ministro, pueda suponer el fin de las investigaciones de los abusos cometidos durante su anterior mandato presidencial, mientras que el actual portavoz del Parlamento, Karu Jayasuriya, se opone al nuevo Ejecutivo y advierte del riesgo de ¡°derramamiento de sangre¡± si el enfrentamiento pol¨ªtico se extiende por el pa¨ªs. El domingo, el a¨²n ministro de Energ¨ªa y Petr¨®leo, Arjuna Ranatunga, intent¨® entrar a su oficina desobedeciendo la decisi¨®n presidencial, lo que llev¨® a un brote de violencia callejera que dej¨® dos muertos.
Rajapaksa abandon¨® la presidencia en 2015, cuando la coalici¨®n formada por el actual presidente, Sirisena, y el primer ministro depuesto, Wickremesingh, vencieron en los comicios. Fueron elegidos para liderar reformas econ¨®micas, adoptar medidas dr¨¢sticas contra la corrupci¨®n e investigar los presuntos cr¨ªmenes de lesa humanidad cometidos durante el final de la guerra, denunciados por la ONU en repetidas ocasiones. Sin embargo, la relaci¨®n entre los dos pol¨ªticos llamados a transformar Sri Lanka se enturbi¨® por la falta de consenso sobre las necesidades econ¨®micas y administrativas. Hasta el punto de que Sirisena lanz¨® la acusaci¨®n de que hab¨ªan tratado de asesinarle: ¡°Ante los problemas pol¨ªticos y econ¨®micos, y el grave intento de asesinato contra mi persona, la ¨²nica alternativa ha sido designar al expresidente Mahinda Rajapaksa como primer ministro para que forme Gobierno¡±.
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