El ocaso de Merkel da alas a los euroesc¨¦pticos
Las fuerzas partidarias de reducir las competencias de Bruselas ven una oportunidad de ganar terreno

Angela Merkel, la superviviente de todas las crisis europeas, inicia la retirada tras convertirse en la l¨ªder m¨¢s influyente de la UE en el transcurso del siglo XXI. Su decisi¨®n de abandonar la pol¨ªtica en 2021 ha desencadenado ya la lucha por el espacio que su ausencia abrir¨¢ en Europa. Y en primera fila para ocupar el inmenso vac¨ªo se sit¨²an las fuerzas m¨¢s extremistas del continente, tanto dentro del partido europeo de Merkel (desde el canciller austriaco Sebastian Kurz al primer ministro h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n) como fuera (Matteo Salvini, vicepresidente del gobierno italiano, o Jaroslaw Kaczynski, el l¨ªder en la sombra del Gobierno polaco).
La canciller alemana se hab¨ªa convertido en la enemiga a batir de las formaciones partidarias de reducir las competencias de la Uni¨®n Europea, blindar las fronteras nacionales y aplicar un proteccionismo comercial al estilo de la nueva administraci¨®n estadounidense. Y esas fuerzas han salido en tromba y envalentonadas apenas 48 horas despu¨¦s de que el pasado lunes Merkel fijase su fecha de caducidad.
El gobierno austriaco de Kurz (coalici¨®n de conservadores y extrema derecha) anunciaba el mi¨¦rcoles su retirada del Pacto de la Inmigraci¨®n, un acuerdo global impulsado por la ONU y respaldado por Europa frente al rechazo de los EE UU de Donald Trump. Hasta ahora, solo la Hungr¨ªa de Orb¨¢n hab¨ªa osado desmarcarse de la posici¨®n com¨²n europea. Pero la decisi¨®n de Kurz ha abierto la espita que puede marcar el final del apoyo europeo al pacto
El frente econ¨®mico tambi¨¦n se abr¨ªa el viernes. Los pa¨ªses agrupados en la autodenominada Liga Hanse¨¢tica (desde Holanda a los B¨¢lticos) reclamaron por escrito que se retiren a la Comisi¨®n Europea las competencias de vigilancia presupuestaria para traspas¨¢rselas a un organismo intergubernamental como es el Mecanismo europeo de Estabilidad o fondo de rescate de la zona euro.
"Orb¨¢n, Salvini y el resto piensan que han ganado, pero a la larga saldr¨¢n perdiendo", pronostica Corinna H?rst, subdirectora en Bruselas de The German Marshall Fund (GMF), organizaci¨®n dedicada a fortalecer la relaci¨®n transatl¨¢ntica. H?rst cree que "las tendencias m¨¢s temibles que existen reactivar¨¢n a las fuerzas del otro lado y habr¨¢ una respuesta europea de la opini¨®n p¨²blica en Polonia, Italia....".
Pero el optimismo no cunde en c¨ªrculos comunitarios, donde se han disparado todas las alarmas. "La decisi¨®n de Austria sobre el Pacto de Migraci¨®n es la primera se?al simb¨®lica de la estampida post-Merkel", se alarma una fuente europea. "Kurz, probablemente, no se hubiera atrevido a dar ese paso si no fuera porque ya considera que Merkel es el pasado. Muchos otros pueden empezar a quitarse la careta", a?ade otra fuente del Consejo Europeo.
En la recta final de su carrera pol¨ªtica, Merkel cosecha lo sembrado durante la gesti¨®n de la crisis de la zona euro (en la que impuso el modelo de la troika), los bandazos en la crisis migratoria (de la apertura total al control de fronteras) y sus continuas desautorizaciones a la Comisi¨®n Europea (puesta bajo la tutela del FMI).
La desbandada en pol¨ªtica migratoria y econ¨®mica remata el legado europeo de una canciller que ha dominado el club comunitario durante casi d¨¦cada y media y ha marcado, en letra y esp¨ªritu, el presente y el futuro de la Uni¨®n.
Las actuales normas del club (Tratado de Lisboa, en vigor desde 2009) nacieron gracias a su impulso y a su inveterada vocaci¨®n por el compromiso. La crisis del euro convirti¨® a Berl¨ªn en la capital de facto de Europa y al despacho de Merkel en el lugar de consulta imprescindible para las autoridades comunitarias, desde el presidente de la Comisi¨®n al del Banco Central Europeo. La canciller ha sido el alfa y el omega de los rescates de Grecia, de las tensiones con los pa¨ªses del Este por la crisis de refugiados, y de las relaciones europeas con EE UU, Rusia, Turqu¨ªa o China.
"En cierto modo, Merkel encarna la estabilidad de Europa", se?ala Eric Maurice, responsable de la delegaci¨®n en Bruselas de la Fundaci¨®n Robert Schuman, firme defensora del proyecto europeo. "Es parad¨®jico porque ella no era el problema, pero s¨ª parte del problema por su lenta reacci¨®n en algunos momentos de la crisis", a?ade Maurice.
H?rst cree que el estilo de liderazgo de Merkel "ha consistido en escuchar y buscar compromisos, algo que no es muy habitual y que encaja muy bien en un contexto como el europeo". Fuentes diplom¨¢ticas lamentan, sin embargo, que la canciller se haya limitado a la gesti¨®n de los problemas a corto plazo sin dar ning¨²n impulso para el largo plazo. "Merkel nunca ha dado su visi¨®n sobre el futuro de Europa", se?ala Maurice, que echa en falta alg¨²n discurso comparable al de Macron en La Sorbona.
Nada en la biograf¨ªa de Merkel (nacida en 1957) indicaba que un d¨ªa se convertir¨ªa de en la referencia inevitable de una Uni¨®n a la que lleg¨® por azar hist¨®rico. La repentina ca¨ªda del muro de Berl¨ªn convirti¨® a Angela Merkel en ciudadana de la comunidad europea a sus 35 a?os de edad. Y de manera tambi¨¦n repentina, la canciller alemana ha anunciado que en 2021 pondr¨¢ fin a su brillante carrera pol¨ªtica y se refugiar¨¢ tras el muro de una vida privada tan sencilla como enigm¨¢tica.
Entre los dos muros ha asistido a m¨¢s de 80 cumbres europeas, muchas de ellas, sobre todo desde 2010, con la propia supervivencia de la UE en juego. Sali¨® indemne de casi todas mientras ve¨ªa caer uno tras otro a sus colegas del Consejo Europeo, arrastrados por una sucesi¨®n de crisis cuya soluci¨®n pasaba siempre por Berl¨ªn, una capital que se mov¨ªa al lento, cauto e interesado ritmo de Merkel.
Entre mayo de 2010 (primer rescate de Grecia) y julio de 2012 (cuando Mario Draghi pronunci¨® su famoso "lo que haga falta" para mantener el euro), 17 de los 20 l¨ªderes que afrontaron elecciones perdieron el cargo, seg¨²n el recuento del ensayo National Leaders and the Making of Europe. Entre los sacrificados, destaca el presidente franc¨¦s Nicolas Sarkozy, que parec¨ªa llamado a dominar Europa hasta que la debacle financiera coloc¨® a Merkel en el centro del tablero.
El ¨ªmpetu desbocado de Sarkozy se estrell¨® contra los pies de plomo de Merkel durante la crisis del euro. Ambos formaron un t¨¢ndem bautizado Merkozy, encargado de liderar a trancas y barrancas la respuesta de Europa al desastre econ¨®mico. Pero fue un t¨¢ndem totalmente descoordinado. Sarkozy pedaleaba en el aire mientras Merkel frenaba con las dos manos. Ahora ha decidido soltar el manillar y bajarse en marcha de una Europa en plena deriva populista y renacionalizadora.
Los 'populares' debaten su giro hacia la derecha m¨¢s dura tras la salida de la canciller
El principio del fin de la era Merkel marcar¨¢ el congreso que celebra esta semana el Partido Popular Europeo (PPE) en Helsinki. La cita parec¨ªa un mero tr¨¢mite para elegir al candidato de los populares a presidir la Comisi¨®n Europea, una carrera en la que el eurodiputado alem¨¢n Manfred Weber parte como favorito.
Pero la decisi¨®n de Merkel de retirarse de la pol¨ªtica en 2021 convierte a Helsinki en el pistoletazo de salida de una futura refundaci¨®n del PPE, que se debate entre mantenerse como una formaci¨®n dem¨®crata-cristiana en la tradici¨®n francoalemana de postguerra o dar un dr¨¢stico giro hacia el nacionalismo identitario que apuntan desde Sebasti¨¢n Kurz en Austria a Pablo Casado en Espa?a.
Algunas fuentes del PPE consideran que la batalla decisiva se libar¨¢ tras las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2019. Pero otras fuentes apuntan a un desenlace mucho m¨¢s prematuro, que depender¨¢ en gran medida del relevo en diciembre de Merkel al frente de su partido (CDU).
La salida de Merkel tambi¨¦n deja al PPE sin uno de sus principales activos para mantener el control de Bruselas, donde el partido copa ahora las tres presidencias (Comisi¨®n, Consejo y Parlamento). La canciller sonaba como posible candidata popular a alguno de los puestos en 2019, pero ha dejado claro que aspira a seguir en Berl¨ªn hasta 2021 y que despu¨¦s no ejercer¨¢ ning¨²n cargo.
"Ella es consciente de que ha llegado el momento de marcharse y adem¨¢s Europa necesita un revujenecimento, con nuevos l¨ªderes, nuevas perspectivas, nuevo lenguaje", se?ala Corinna H?rst, de The German Marshall Fund. Eric Maurice, de la fundaci¨®n Robert Schuman, coincide en que la canciller no debe seguir camino hacia Bruselas porque "en parte, ella es la causa de la actual indefinici¨®n de la UE, situada en un terreno de nadie entre la salida de la crisis y la refundaci¨®n".
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