Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador por encima de todo
Lo m¨¢s inquietante del nuevo presidente mexicano es su desprecio por la ley tal y como existe y su disposici¨®n a manipularla seg¨²n su conveniencia
M¨¦xico vive una situaci¨®n in¨¦dita. Enrique Pe?a Nieto, presidente en funciones, y sus secretarios de Estado desaparecieron ¨Csalvo el de Econom¨ªa que parece ser el m¨¢s responsable o el ¨²nico que tiene la conciencia tranquila- como si se hubieran dado a la fuga el 2 de julio, es decir, al d¨ªa siguiente de la elecci¨®n que dio un s¨®lido 53% del voto a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Su partido, Morena, se asegur¨® la mayor¨ªa en el Congreso con 191 diputaciones y 55 senadur¨ªas; y de ocho gubernaturas en juego los lopezobradoristas alcanzaron cuatro. As¨ª que han quedado bien servidos quienes se quejaban de los gobiernos divididos en los que el presidente ten¨ªa que gobernar con un congreso de oposici¨®n. Desde 1997 no ten¨ªamos un gobierno con mayor¨ªa; la aplanadora legislativa est¨¢ de vuelta.
Fue tan abrumadora la victoria de Morena que los pe?istas se sintieron descalificados y dejaron el paso franco al lopezobradorismo. El 2 de julio se inici¨® un interregno que ha durado cinco meses; mientras el gobierno saliente se desmorona, incapaz de defender lo que podr¨ªa ser su legado, o a ciudadanos que no son lopezobradoristas, el entrante avanza despiadado emitiendo disposiciones que son y no son leyes, organizando consultas populares que son y no son vinculatorias, porque su naturaleza jur¨ªdica es materia de discusi¨®n, en la medida que estamos hablando de acciones de un gobierno que en t¨¦rminos estrictos aun no lo es porque el plazo constitucional de inicio es el 1? de diciembre.
En estas condiciones a los ciudadanos toca mirar at¨®nitos e indefensos una tramoya que no tiene nada de espont¨¢nea. Parecer¨ªa que en realidad los pactos siguen siendo la base de una continuidad que L¨®pez Obrador y Pe?a Nieto mostraron al mundo cuando el presidente electo invit¨® a comer a su casa a su antecesor para agradecerle ¡°todas sus atenciones¡±. Aunque todo sugiere que Andr¨¦s Manuel tuvo m¨¢s atenciones hacia Pe?a cuando declar¨® que no perseguir¨ªa a los corruptos, incluso si eso supone violar la ley.
Desde su elecci¨®n en julio pasado, L¨®pez Obrador ha retomado el discurso populista tradicional que ve en el pueblo solo bondad, pureza y sabidur¨ªa, y se presenta ¨¦l mismo como su servidor, como un simple ejecutor de sus decisiones. Pese a que siempre supimos que L¨®pez Obrador cojeaba de ese pie, durante la campa?a electoral de 2018, moder¨® actitudes y palabras para conjurar el riesgo de que sus adversarios lo denunciaran como un ¡°peligro para M¨¦xico¡±, como ocurri¨® en 2006 cuando contendi¨® contra Felipe Calder¨®n, candidato de la vieja derecha mexicana.
En 2018 uno de sus principales objetivos era tranquilizar a sus opositores, el empresariado en primer lugar, y luego, a sectores de clase media, sobre todo en la ciudad de M¨¦xico, que recordaban con ansiedad la toma de Paseo de la Reforma que llevaron a cabo los lopezobradoristas para protestar contra el fraude que seg¨²n ellos, se hab¨ªa cometido contra AMLO. Tambi¨¦n busc¨® desmentir a aqu¨¦llos que lo denunciaban como agente del chavismo venezolano. Mostr¨® una buena disposici¨®n a discutir con periodistas y con intelectuales, aunque el verbo no es su fuerte. M¨¢s de uno se felicitaba de la aparente transformaci¨®n del agitador en pol¨ªtico serio, respetuoso de las instituciones y las leyes.
Sin embargo, el 53% y su efecto intimidatorio sobre Pe?a Nieto y los suyos, trajeron de regreso a nuestro viejo conocido, para quien la pol¨ªtica de la calle es el ox¨ªgeno que le da vida y energ¨ªa. L¨®pez Obrador es otra vez el pol¨ªtico insolente que ridiculiza a las oposiciones, que hace pol¨ªtica de la intuici¨®n ¨Cpor no decir de la tripa--; el que todo lo politiza, que desconf¨ªa del conocimiento y de los especialistas, porque seguramente son neoliberales, enemigos del pueblo. El ejemplo emblem¨¢tico de esta actitud y del imposicionismo que la acompa?a es haber suspendido la construcci¨®n del aeropuerto de Tezcoco. Contra los estudios de ingenier¨ªa aeron¨¢utica que dictaminaron que esa ubicaci¨®n era la m¨¢s recomendable para una instalaci¨®n que urge a la ciudad de M¨¦xico, y al pa¨ªs, L¨®pez Obrador quiso mostrar m¨²sculo y poner en pr¨¢ctica una decisi¨®n con la que lleg¨® al poder: cambiar la ubicaci¨®n del aeropuerto. Poco importa lo gastado en 30 por ciento de avances de la obra, menos todav¨ªa los dict¨¢menes de especialistas en aeron¨¢utica de la OACI o de MITRE. As¨ª pretende castigar el ¡°mayor acto de corrupci¨®n de la historia¡±, y lo hace de esta manera porque ha renunciado a aplicar las leyes que castigan a los corruptos, a los que generosamente ha amnistiado.
En los meses de septiembre y octubre L¨®pez Obrador se entreg¨® a un frenes¨ª de proyectos que fueron anunciados como actos de gobierno, dado que ten¨ªan el apoyo de la mayor¨ªa morenista en el Congreso. Cegado por el ¨¦xito, hace a un lado leyes, reglamentos, instituciones, patrones de acci¨®n, principios de pol¨ªtica, guiado por la obsesiva determinaci¨®n de extirpar el neoliberalismo de la faz del territorio nacional. Anuncia proyectos ambiciosos, por ejemplo, la creaci¨®n de cien universidades, la construcci¨®n de una o dos refiner¨ªas de petr¨®leo, del tren maya que le dar¨¢ la vuelta a la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n, programas de salud universal, de ingreso universal, de internet gratuito hasta en carreteras. Nada de esto se apoya en una planeaci¨®n ordenada, en c¨¢lculos presupuestales m¨¢s o menos cre¨ªbles, pero se toman decisiones relativas a cada proyecto como si todo estuviera resuelto. Nunca el voluntarismo del l¨ªder hab¨ªa alcanzado estas dimensiones.
Al mismo tiempo, el secretario de Hacienda propuesto, Carlos Urz¨²a, prepara un presupuesto austero que es mucho m¨¢s serio que las promesas desorbitadas de L¨®pez Obrador. Se prev¨¦ una reducci¨®n del 30% a los salarios de funcionarios y servidores p¨²blicos, as¨ª como planes de austeridad para las instituciones de ense?anza superior. En resumen, se anticipa una carnicer¨ªa de la administraci¨®n p¨²blica que provocar¨¢ la reducci¨®n del escu¨¢lido intervencionismo estatal del que ya se hab¨ªan hecho cargo los aborrecidos neoliberales, cuyo caballito de batalla era el mismo que el de L¨®pez Obrador: austeridad presupuestal y equilibrio fiscal.
Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador se propone borrar treinta a?os de reformas neoliberales, y yo me pregunto si tiene calculado el costo de la vasta destrucci¨®n que ello implica para la administraci¨®n p¨²blica, por ejemplo, para las relaciones con el sector privado, los proyectos de inversi¨®n de largo plazo, el funcionamiento regular de las instituciones.
Lo m¨¢s inquietante del nuevo presidente mexicano es su insistencia en la superioridad de la democracia directa, su desprecio por la ley tal y como existe, su disposici¨®n a manipularla seg¨²n su conveniencia, su proclividad a justificar sus decisiones con el recurso a posteriori de la aprobaci¨®n de un pueblo, que no es el pueblo mexicano sino el pueblo lopezobradorista, y este, despu¨¦s de todo en julio pasado representaba solamente al 53% del electorado.
Soledad Loaeza es profesora investigadora del Centro de Estudios Internacionales en el Colegio de M¨¦xico
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.