El color de las plantas
Una familia de artesanos mexicanos lucha por preservar los tintes naturales frente al uso generalizado de qu¨ªmicos
Cuando Juana Guti¨¦rrez se detiene frente a un ¨¢rbol ve mucho m¨¢s que un tronco y unas ramas. Ve colores. Suaves marrones en el nogal, diferentes tonalidades de amarillo en el estrag¨®n y el musgo, negros en la c¨¢scara de la granada o intensos azules en la planta del ¨ªndigo.
Desde que era ni?a aprendi¨® de la tradici¨®n zapoteca que detr¨¢s de las hojas de los ¨¢rboles se encuentra una infinidad de colores por descubrir. Desde entonces ha dedicado su vida a experimentar e investigar las diversas tonalidades que puede extraer de la naturaleza.
Empez¨® aprendiendo diez pigmentos para decorar los tapetes que vend¨ªan sus padres en la peque?a localidad oaxaque?a de Teotitl¨¢n del Valle, famosa por sus textiles. Hoy en d¨ªa ya tiene 200 colores registrados en el taller familiar, donde lucha por conservar una t¨¦cnica que se encuentra al borde de la extinci¨®n.
¡°Nosotros seguimos manteniendo lo ancestral, la herencia que nos dejaron nuestros abuelos, y lo estamos haciendo con mucho respeto de seguir la tradici¨®n¡±, dice esta mujer de hablar pausado, que halla antes las palabras en zapoteco que en espa?ol.
Juana extiende la palma de la mano y aplasta sobre ella una cochinilla, que ti?e de rojo p¨²rpura su piel. Sabe que ese pulg¨®n diminuto que lleg¨® hasta los cuadros de?Vel¨¢zquez, Zurbar¨¢n o Van Gogh tambi¨¦n es clave para mantener viva la tradici¨®n de tintes naturales en la comunidad.
Si bien esa costumbre se remonta a m¨¢s de mil a?os en Teotitl¨¢n del Valle, actualmente menos del 5% de los artesanos del pueblo utilizan tintes naturales en sus textiles.
¡°Se podr¨ªa decir que esto va en contra de los principios de la mentalidad r¨¢pida, la tecnolog¨ªa, la mentalidad occidental¡±, dice el hermano de Juana, Porfirio Guti¨¦rrez. Ambos est¨¢n tan preocupados por preservar la tradici¨®n como el medioambiente, afectado por el uso generalizado de qu¨ªmicos en la comunidad.
En los a?os 60 los tapetes de la localidad alcanzaron reconocimiento internacional y se empezaron a comercializar en el extranjero, por lo que la necesidad de producir m¨¢s impuls¨® la utilizaci¨®n de tintes qu¨ªmicos, mucho m¨¢s f¨¢ciles y r¨¢pidos que los naturales.
Como tantos otros en el mundo rural mexicano, Porfirio se fue muy joven a probar suerte a Estados Unidos. Pas¨® 10 a?os sin regresar a casa, pero cuando lo hizo vio desde una perspectiva distinta su taller familiar. ¡°Estar ausente me ayud¨® a revalorizar mi cultura¡±, asegura.
A partir de entonces se convirti¨® en una especie de embajador de los tintes naturales, impartiendo conferencias en Estados Unidos, Reino Unido o Canad¨¢ y mostrando los textiles de su familia en instituciones como el Museo Nacional de los Indios Americanos en Washington.
En 2016 consigui¨® una residencia del Instituto Smithsonian para investigar la historia de esas t¨¦cnicas en Teotitl¨¢n del Valle y al volver organiz¨® en su comunidad un taller para j¨®venes en el que les mostraron los procesos que utilizan Juana y el resto de la familia.
¡°Para que esto pueda sobrevivir tienes que ense?ar a la siguiente generaci¨®n¡±, dice. Su esperanza es que iniciativas como la de su taller logren preservar esas t¨¦cnicas ancestrales para que no desaparezcan para siempre. Mientras tanto, Juana seguir¨¢ experimentando en busca de m¨¢s colores.
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