En tiempo de descuento y sin capit¨¢n
Avanzan los caudillos antieuropeos al tiempo que los l¨ªderes del hist¨®rico proyecto, con Macron a la cabeza, se desmoronan cuando m¨¢s se les necesita
Pocas im¨¢genes describen mejor el peligro que se cierne sobre Europa que las del s¨¢bado en Par¨ªs y en Roma. Mientras el europe¨ªsta presidente Emmanuel Macron se encastillaba en el El¨ªseo para resistir otro asedio, el xen¨®fobo ministro del Interior Matteo Salvini se daba un ba?o de masas en la capital italiana. Avanzan sin freno los caudillos de la anti-Europa al tiempo que los l¨ªderes del hist¨®rico proyecto, con el mandatario franc¨¦s a la cabeza, se desmoronan cuando m¨¢s se les necesita.
Faltan solo seis meses para la gran batalla que, por encima de ideolog¨ªas y clases, enfrentar¨¢ a europe¨ªstas contra nacionalistas, a quienes quieren avanzar contra quienes quieren retroceder, a progresistas contra populistas, a dem¨®cratas contra caudillistas. A las puertas de unas cruciales elecciones europeas, retroceden los adalides europeos, como lo evidencian la adelantada retirada de Angela Merkel y el galopante debilitamiento de Macron, reaparecido tras largos d¨ªas de temeroso silencio.
En el continente se tambalea la operaci¨®n Macron para asaltar la Euroc¨¢mara con una coalici¨®n paneuropea basada en un pacto de La Rep¨²blica en Marcha y los liberales, con la aportaci¨®n espa?ola de Ciudadanos.
Intentaba Macron extender a toda la UE el triunfal experimento de En Marche! para sustituir a los desgastados partidos cl¨¢sicos, el conservador y el socialista, pero su debilidad ha envalentonado a quienes ¨¦l pretend¨ªa combatir. ¡°Ya no es mi adversario¡±, le ha espetado Salvini.
El panorama en el exterior tambi¨¦n juega a favor de los populistas. Estados Unidos coincide por vez primera en la historia con Rusia ¡ªque financia a Marine Le Pen¡ª a la hora de empujar para que el proyecto europe¨ªsta descarrile. Solo as¨ª puede interpretarse la indisimulada alegr¨ªa tuitera de Trump por los aprietos de Macron.
Si la semana pasada acab¨® mal para los europe¨ªstas, la actual promete disgustos mayores si Londres no desbloquea por fin el Brexit, lo que mantendr¨¢ a la UE varada en un doble psicodrama: para los brit¨¢nicos, porque no saben salir de su laberinto ni con el ox¨ªgeno envenenado que les insufl¨® este lunes el Tribunal de Luxemburgo; y para los europeos, porque su proyecto no crece, sino que se resquebraja con la primera salida de un socio.
Las se?ales para frenar esta deriva no llegan o son muy d¨¦biles, como las emitidas en Lisboa, tambi¨¦n el s¨¢bado, por los integrantes del otrora potente Partido Socialista Europeo (PSE), que hoy solo tiene los Gobiernos de Espa?a ¡ªcon inestables apoyos parlamentarios¡ª, Portugal, Eslovaquia, Rumania y Malta. Por eso, las llamadas de Pedro S¨¢nchez desde Portugal a favor de un nuevo ¡°contrato social¡± en Europa tienen buenas intenciones, pero escasas posibilidades. Y, sin embargo, es tan necesaria como urgente una reacci¨®n europea ante la avalancha nacionalpopulista. Hoy, un centenar de eurodiputados xen¨®fobos, nacionalistas, ultraderechistas o neofascistas trabajan para destruir Europa desde dentro. Sin esa reacci¨®n, en mayo pueden ser el doble o el triple. Y estamos en tiempo de descuento y sin capit¨¢n. Tic, tac, tic, tac¡
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