Tres manifestaciones, dos v¨ªdeos virales: una historia de odio en Estados Unidos
El enfrentamiento en Washington entre estudiantes cat¨®licos simpatizantes de Trump, nativos americanos y un grupo supremacista se convierte en el s¨ªmbolo de la fractura del pa¨ªs y el papel incendiario de las redes sociales
El lugar no pod¨ªa resultar m¨¢s simb¨®lico, el monumento a Abraham Lincoln de Washington, y los protagonistas no pod¨ªan proceder de galaxias m¨¢s lejanas: un grupo de alumnos blancos de un instituto masculino cat¨®lico que se manifestaba contra el aborto; otro de nativos americanos que marchaban contra las injusticias que sufre el pueblo ind¨ªgena, y varios miembros de los llamados Israel¨ªes Negros Hebreos, registrado por la Southern Poverty Law Center como un movimiento de odio, supremacista y pol¨ªgamo, que se considera elegido por Dios. Estos, seg¨²n las cr¨®nicas de aquel d¨ªa, estaban protestando por todo un poco.
Cuando las tres manifestaciones coincidieron el pasado viernes en ese lugar santo de la historia americana ¡ªque homenajea al presidente que acab¨® con la esclavitud y donde Martin Luther King pronunci¨® su famoso ¡°Yo tengo un sue?o¡±¡ª, prendi¨® un enfrentamiento que mostr¨® con crudeza las tensiones raciales, religiosas y pol¨ªticas que asolan el pa¨ªs. Como si de una bola de nieve se tratase, el suceso ha ido engordando con los d¨ªas: ha sacado de quicio a medio pa¨ªs, agitado el debate sobre los v¨ªdeos virales y, c¨®mo no, provocado la reacci¨®n de Donald Trump. El instituto de los j¨®venes cerr¨® este martes por las protestas y algunos han recibido amenazas de muerte.
Los chicos, estudiantes del Covington High School de Kentucky, se encontraban de visita en la capital para participar en la gran manifestaci¨®n anual contra el aborto, la Marcha por la Vida. Un primer v¨ªdeo mostr¨® a decenas de ellos, todos blancos y muchos ataviados con gorras trumpistas?con el eslogan?Make America Great Again, burl¨¢ndose en c¨ªrculo de Nathan Phillips, un anciano de la tribu Omaha y veterano marine que se encontraba en la explanada con motivo de la Marcha del Pueblo Ind¨ªgena. Phillips, un curtido activista, aparec¨ªa danzando y tocando un tambor rodeado de adolescentes que se mofaban, canturreaban y re¨ªan. En otro fragmento, uno solo de los adolescentes se encontraba cara a cara, a escasos cent¨ªmetros de distancia y sonriendo con lo que parece suficiencia, con el nativo americano que cantaba y danzaba.
El anciano cuenta que los chicos hab¨ªan estado gritando previamente consignas como ¡°Construye el muro¡± ¡ªel gran lema de Trump contra la inmigraci¨®n irregular¡ª y ¡°Vuelve a tu reserva¡±, algo que tambi¨¦n mencionan unos testigos citados en un art¨ªculo de The Washington Post pero que los v¨ªdeos no recogen. Las im¨¢genes difundidas de los menores de edad rodeando al hombre, no obstante, transpiraban racismo y las redes sociales, como suele decirse, se incendiaron. A lo largo del s¨¢bado, los grandes medios nacionales se hicieron eco y los organizadores de la Marcha por la Vida emitieron un comunicado condenando esas actitudes.
El domingo el relato se dio la vuelta. El chico que protagoniza uno de los dos v¨ªdeos m¨¢s compartidos, Nick Sandmann, emiti¨® un comunicado en el que aseguraba que los menores de edad hab¨ªan sido insultados previamente (¡°racistas¡±, maricones¡±, ¡°ratas blancas¡±) por el grupo Israel¨ªes? Hebreos Negros y que los menores hab¨ªan pedido a sus monitores poder responder con c¨¢nticos ¡°en positivo¡±. Es entonces, relata el adolescente, cuando apareci¨® Phillips, que avanz¨® hasta ellos y se qued¨® frente a frente con Sandmann. ¡°Cre¨ª que permaneciendo quieto y tranquilo, ayudar¨ªa a suavizar la situaci¨®n¡±, se?al¨®.
Ese mismo d¨ªa, en efecto, otro v¨ªdeo, de dos horas, publicado en Facebook por uno de los miembros de los Israel¨ªes Negros, recog¨ªa insultos contra los chicos. Pero tambi¨¦n contra los nativos americanos que protestaban. Los organizadores de la Marcha por la Vida difundieron un segundo comunicado en el que advert¨ªan de que los nuevos v¨ªdeos mostraban que la historia era m¨¢s compleja de lo que parec¨ªa y se guardar¨ªan de opinar nada m¨¢s. Un congresista de Kentucky, Thomas Massie, defendi¨® que los chicos, asediados por los insultos, rechazaron responder y faltar el respeto a nadie.
En los medios de comunicaci¨®n se produjo una reacci¨®n pendular. ¡°Emerge una imagen m¨¢s completa del v¨ªdeo viral del hombre nativo americano y los estudiantes cat¨®licos¡±, titul¨® The New York Times. ¡°El plante viral entre un anciano de una tribu y un estudiante de bachillerato es m¨¢s complicado de lo que parec¨ªa al principio¡±, se?ala The Washington Post. Meghan McCain, comentarista de ABC, enton¨® el mea culpa en la televisi¨®n: ¡°Yo, como muchos, reaccion¨¦ demasiado r¨¢pido¡±. Los medios conservadores, con la Fox a la cabeza, tambi¨¦n salieron en defensa de los adolescentes.
Los v¨ªdeos posteriores y los insultos del grupo de Hebreos Negros al grupo de estudiantes no justificar¨ªan, a la postre, las burlas de los chicos contra Phillips. Este, acusado por algunos comentaristas de provocador, asegura que fue al encuentro de los chicos al o¨ªr sus ataques y con intenci¨®n de suavizar la situaci¨®n. Estos lo niegan. Pero el relato, en cualquier caso, ha cambiado. ¡°C¨®mo destruimos vidas hoy en d¨ªa¡±, escrib¨ªa el columnista David Brooks en el Times, reflexionando sobre el da?o a la imagen de los menores de edad.
Todo el episodio resume la atm¨®sfera polarizante de Estados Unidos, la tensi¨®n racial y lo maleable de las narrativas en la era de las redes sociales y la informaci¨®n al minuto. El chico, Sandmann, asegura que ha empezado a recibir amenazas de muerte. La escuela decidi¨® cerrar el martes (el lunes era festivo) para evitar problemas por algunas protestas que se convocaron delante. Por la ma?ana Trump hizo su aparici¨®n en la historia: ¡°Nick Sandmann y los estudiantes de Covington se han convertido en s¨ªmbolos de los medios mentirosos y cu¨¢n ruines estos pueden ser. Han captado la atenci¨®n del mundo y s¨¦ que aun as¨ª lo usar¨¢n para hacer el bien, quiz¨¢ para unir a la gente. Empez¨® como algo desagradable, pero puede acabar como un sue?o¡±, escribi¨® en su cuenta de Twitter, azuzando contra uno de sus enemigos predilectos.
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