¡°La calle es nuestra¡±, las mujeres marchan contra el secuestro en el metro de Ciudad de M¨¦xico
Cientos de personas se manifestaron contra la violencia y la inseguridad que viven las mujeres en el metro y el transporte p¨²blico en la capital del pa¨ªs y alrededores
A Karina Flores le sigue doliendo el pu?etazo que tiene en la cara. No hace ni 24 horas que un hombre se abalanz¨® sobre ella a la salida del metro Chabacano en Ciudad de M¨¦xico e intent¨® meterla en un coche al grito de ¡°hija de puta y pendeja¡±. Sigue temblando cuando cuenta lo que le sucedi¨®, ¡°me tir¨¦ al piso y empec¨¦ a patearlo, los otros que estaban en el coche le dec¨ªan: ¡®Vale 20 [20.000 pesos], cabr¨®n, ll¨¦vatela¡±, cuenta la chica con la cara hinchada.
Karina opuso resistencia. Se tir¨® al suelo, empez¨® a gritar y comenz¨® a dar patadas a su agresor. Pese a que eran las cinco de la tarde, nadie acudi¨® a ayudar a la joven. Sus secuestradores decidieron salir corriendo y dejarla tirada en el piso. En su recuerdo, grabado a fuego, tiene la cara del secuestrador y del color del coche en que intentaron meterla, ¡°era oscuro, pero no vi las placas¡±, recuerda en entrevista con EL PA?S. Oscuro como la noche. Una noche que para las mujeres que viven en la Ciudad de M¨¦xico cada d¨ªa que pasa es m¨¢s negra y peligrosa.
El testimonio de Karina Flores se suma al relato de otras mujeres que intentaron ser secuestradas dentro del subterr¨¢neo de Ciudad de M¨¦xico y los alrededores de estaciones y paraderos de transporte p¨²blico desde el a?o pasado. Usuarias de redes sociales compartieron sus testimonios de lo que las pas¨® en la capital y el Estado de M¨¦xico con los que varias voluntarias crearon un mapa para ubicar las zonas de riesgo. En total llevan contabilizados m¨¢s de 104 casos, pero a medida que corre la voz, los testimonios siguen creciendo.
La mayor¨ªa de ellas coinciden en algo: no se atreven a denunciar porque les da miedo que haya represalias contra ellas y por el trato que reciben de las autoridades. La mayor¨ªa de mujeres no creen ni en la Polic¨ªa ni en la justicia. ¡°Me acerqu¨¦ a un polic¨ªa y le dije que me hab¨ªan intentado secuestrar, a lo que me respondi¨®: ¡®Ay, se?orita. ?Usted cree que vamos a agarrarlos?¡¯. No he denunciado por miedo, porque vamos al Ministerio P¨²blico y nos tratan peor que los que me hicieron esto¡±, cuenta Karina mientras sujeta entre sus manos un cartel que dice: ¡°De camino a casa, quiero ser libre, no valiente¡±.
A la sensaci¨®n de inseguridad y falta de protecci¨®n generalizada de estas mujeres se suma la rabia y el hartazgo de no poder caminar por la calle, de no poder viajar en el metro sin sentir que en cualquier momento alguien puede acosarlas o abusar de ellas. "La calle y la noche son nuestras", grita un grupo de mujeres con pa?uelos morados. "Con falda o pantal¨®n, resp¨¦tame, cabr¨®n", se escucha cantar a otro contingente.
Norma Hern¨¢ndez, de 29 a?os, participa junto a otras amigas en la manifestaci¨®n. Es cintur¨®n negro de taekwondo y aprendi¨® artes marciales hace cinco a?os, entre otras cosas, para defenderse. ¡°Tengo miedo de salir de casa, veo hombres a mi lado y estoy cansada de tener miedo y pensar que me van a hacer algo¡±, cuenta la joven. ¡°Cuando salgo a la calle siempre volteo al frente, a los lados y atr¨¢s. Y cuando es de noche, trato de ir cerca de otras personas. Lo suficientemente cerca para sentirme segura, pero lo suficientemente lejos para poder reaccionar y correr¡±, dice la chica que utiliza todos los d¨ªas el metro para ir a clase y a trabajar.
¡°Necesitamos leyes que nos protejan, pero mientras tanto nos tenemos que cuidar nosotras. Recomiendo a otras mujeres que carguen con gas pimienta, un t¨¢ser [inmovilizador el¨¦ctrico] incluso con una pinza para el cabello que acabe en pico para defendernos¡±.
Anel P¨¦rez, maestra de la UNAM en la Facultad de Filosof¨ªa y Letras, es testigo de la alerta de g¨¦nero que vive una de las principales universidades de M¨¦xico y ha decidido caminar junto a varias de sus alumnas para exigir que acabe la inseguridad que viven las mujeres en un pa¨ªs donde cada d¨ªa son asesinadas nueve mujeres. ¡°El nivel de violencia es algo que me alarma mucho. Escucho a mis alumnas al t¨¦rmino de la clase c¨®mo se organizan para irse en el transporte juntas o c¨®mo se acompa?an incluso para ir al ba?o en la noche en la Facultad porque no es seguro¡± y explica a este diario que desde la Coordinaci¨®n de Difusi¨®n Cultural de la UNAM se van a organizar clases de defensa personal con la luchadora Lola Dinamita.
Despu¨¦s de caminar m¨¢s de tres kil¨®metros, cientos de personas inundan la plancha central de la plaza del Z¨®calo de la capital. Desde diferentes organizaciones feministas se exige al Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico, liderado por Claudia Sheinbaum, del partido de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, que se vinculen estos intentos de secuestro con las redes de trata de mujeres que operan en la capital del pa¨ªs.
"Las medidas anunciadas ayer por el Gobierno de la ciudad son insuficientes e ineficaces para combatir este problema", han dicho las asociaciones convocantes quienes tambi¨¦n exigen que se traten las denuncias por violencia hacia las mujeres con perspectiva de g¨¦nero por parte de la justicia y la Polic¨ªa.
La Administraci¨®n de Sheinbaum anunci¨® el pasado 1 de febrero, junto a la fiscal de la Ciudad de M¨¦xico, que se reforzar¨¢ la seguridad dentro y fuera del metro, la instalaci¨®n de cinco Ministerios P¨²blicos m¨®viles cerca en algunas estaciones del subterr¨¢neo, la revisi¨®n de las carpetas de investigaci¨®n con denuncias para encontrar intentos de secuestro que fueron clasificados como asaltos y una l¨ªnea de atenci¨®n ciudadana.
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