Relato de un crimen en una barriada de Caracas
Una ma?ana en la rutina del presidente interino, de una reuni¨®n con la madre de un joven asesinado por las fuerzas especiales a la llamada de un primer ministro
Dos sof¨¢s. Algunas sillas de pl¨¢stico. Una mesita reconvertida en un peque?o altar dom¨¦stico. La imagen de una sencilla vivienda de Caracas invadida por el dolor que el 25 de enero golpe¨® a una familia, a una madre que perdi¨® a su hijo, asesinado por un comando de las fuerzas especiales de la polic¨ªa venezolana.
Minutos despu¨¦s de las diez y media de la ma?ana, Juan Guaid¨®, presidente interino del pa¨ªs, entra en la casa a la que se desplaz¨® Cecilia Buitrago. La mujer rememora lo sucedido entre sollozos mientras el pol¨ªtico que desafi¨® al aparato chavista escucha su historia. Johnny Godoy, activista de un sector popular del oeste de la ciudad, hubiera cumplido 30 a?os el viernes. Estaba a punto de ser padre e, igual que m¨¢s de tres millones de venezolanos, seg¨²n datos de Naciones Unidas, hab¨ªa intentado migrar para huir de la miseria. Pero alguien no se limit¨® a ahogar su rabia contra Nicol¨¢s Maduro, sino que par¨® en seco su vida. Agentes de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), unas brigadas que pertenecen a la Polic¨ªa Nacional Bolivariana, llegaron a su domicilio, quiz¨¢ tras una delaci¨®n, y all¨ª, en la puerta, lo asesinaron a tiros.?
El encuentro, propiciado por Roberto Pati?o, gestor de comedores sociales y dirigente del partido opositor Primero Justicia, ocup¨® ayer buena parte de la agenda de Guaid¨®, quien el s¨¢bado impuls¨® movilizaciones multitudinarias en todo el pa¨ªs, en las que los cr¨ªticos con el chavismo demostraron su determinaci¨®n a seguir adelante hasta lograr un cambio de Gobierno y la convocatoria de elecciones. Y m¨¢s all¨¢ de la fotograf¨ªa, el momento encierra las reivindicaciones clave de los millones de ciudadanos, en su mayor¨ªa de barrios populares, que viven bajo el yugo del r¨¦gimen: la lucha contra la carest¨ªa y la represi¨®n de unos cuerpos policiales que, sobre todo en medio de las protestas, act¨²an al margen de la ley.
Desde el pasado 23 de enero, cuando el presidente del Parlamento jur¨® como presidente interino, han fallecido casi 70 j¨®venes. As¨ª lo cuenta Guaid¨® tras recibir la llamada del primer ministro de Canad¨¢, Justin Trudeau. Ese fue uno de los pa¨ªses que junto con EE?UU reconoci¨® de inmediato su cargo de presidente encargado. El pol¨ªtico cree que la presi¨®n internacional, en la que la postura de la Uni¨®n Europea ser¨¢ determinante esta semana, y las demostraciones de hartazgo en la calle acabar¨¢n por acorralar al r¨¦gimen, forzando no solo el fin de la violencia policial sino tambi¨¦n un cambio de bando de la mayor¨ªa de los agentes. De hecho, en su opini¨®n, ya se produjo un giro. ¡°Un elemento muy importante de ayer es que hubo solo tres detenidos en todo el pa¨ªs. Eso me llama poderosamente la atenci¨®n¡±, dice a EL PA?S.
Guaid¨®, que a¨²n se pregunta por qu¨¦ no ha sido detenido, en este momento no teme tanto a las fuerzas de seguridad chavistas como a los colectivos armados, grupos de paramilitares que siembran el terror en las situaciones de tensi¨®n. ¡°Ayer [por el s¨¢bado] me lleg¨® un reporte de Maduro diciendo que ¨ªbamos a elecciones parlamentarias y a obligar a una negociaci¨®n a trav¨¦s de Bolivia y Uruguay. Habl¨® de que la emergencia no es necesaria porque ser¨ªa como recibir limosnas. Creo que no est¨¢ muy cerca de la realidad. Creo que est¨¢ absolutamente alejado de lo que est¨¢ pasando en las calles. Ayer negaron la emergencia humanitaria. Es criminal¡±, lament¨® ante los familiares de Johnny.
¡°Nos quieren humillar, nos quieren aplastar. Los de los Consejos Comunales nos dicen que no van a vender las bolsas de comida si seguimos en eso¡±, relata Marbelis Paredes, prima de Godoy, qui¨¦n trabaja en uno de los comedores que coordina Pati?o. Su hermana falleci¨® hace poco de c¨¢ncer. Ella afirma que la escasez de medicinas tuvo mucho que ver con el desenlace.
"Hay mucha gente desde afuera que est¨¢ opinando y dice que no, que [los chavistas] apuestan a un di¨¢logo", lamenta Madelin Amaral, otra prima de la v¨ªctima. "Vengan ac¨¢, vivan la realdad, vean lo que se vive, el hambre, la miseria, c¨®mo llegan y no te piden permiso. No tienen consideraci¨®n con una madre, te apuntan y... el derecho a la vida ac¨¢ no se respeta", contin¨²a. "?Qu¨¦ pasa? ?D¨®nde est¨¢n los derechos humanos? No es solamente el caso de mi t¨ªa, sino de tantas madres. Hay gente que cree que lo que est¨¢ pasando aqu¨ª es algo normal y no lo es. Estamos en una dictadura. Esto es horrible".?
"Se?or, no permitas que una de esas balas sea para ¨¦l"
El joven Johnny Godoy era uno de los muchos activistas espont¨¢neos que hab¨ªa emergido de las zonas deprimidas del extrarradio de Caracas ganados a la causa de producir un cambio pol¨ªtico en Venezuela. Estaba a punto de cumplir 30 a?os y su pareja estaba embarazada y pr¨®xima a dar a luz.
Johnny era conocido entre sus vecinos por haberse convertido en un furibundo cr¨ªtico del l¨ªder chavista Nicol¨¢s Maduro. Agitaba banderas, arengaba a los vecinos, procuraba dar a conocer los videos virales m¨¢s comprometedores contra el Gobierno. Era apasionado y carism¨¢tico; por estos d¨ªas encabez¨® las caminatas que, desde el Barrio El Sina¨ª, de La Vega, al oeste de Caracas, donde resid¨ªa, fueron a engrosar las dos gigantescas concentraciones convocadas por la oposici¨®n para pedir la salida de Maduro del poder.
Las zonas populares de las ciudades venezolanas tienen una enorme carga de violencia social, pero es muy poco com¨²n que se produzcan ajusticiamientos por causas pol¨ªticas. El procedimiento se ha estado repitiendo en otros vecindarios populares caraque?os en estos d¨ªas. La polic¨ªa busca a aquellos furibundos que promueven el descontento. Godoy era un ciudadano com¨²n, un vecino sin v¨ªnculos con la pol¨ªtica.
La madre de Godoy, Cecilia Buitrago, est¨¢ aterrorizada. Habla muy bajo, tiene el aliento entrecortado y hay zonas de lo sucedido a su hijo a las cuales no se quiere referir. Desde su casa pudo escuchar los disparos que asesinaron a su hijo. Se ha mudado a la casa de su hermana. Alentada por familiares y vecinos, que la han respaldado masivamente, sin embargo, ha decidido denunciar lo que le ha sucedido.
¡°Vi desde arriba como los polic¨ªas lo ten¨ªan apuntado¡±, cuenta ¡°Hijo, suba, le dije.¡± ¡°Le quer¨ªa dar la c¨¦dula para que se la diera a los polic¨ªas. Me met¨ª a la casa y comenzaron a sonar disparos. No quer¨ªa creer que le estaban disparando. Dije ¡°Jehov¨¢, ay¨²dame, t¨² tienes el poder de ayudarme. Se?or, no permitas que una de esas balas sea para ¨¦l¡±.
¡°Me encerraron en mi cuarto con mi nieto¡±, prosigue. ¡°No lo vi m¨¢s. Luego los polic¨ªas entraron a mi casa, y uno me dijo que hab¨ªa muerto en un enfrentamiento. Yo le dije que aqu¨ª no hab¨ªa ning¨²n enfrentamiento. ¡°Estamos cumpliendo ¨®rdenes¡±, nos dijeron. Cuando estaban afuera, uno de los funcionarios le dijo al otro que se pod¨ªan meter en problemas. Pens¨¦ en decirles ¡°?Y a ustedes no les da l¨¢stima estar matando gente as¨ª?¡±. Pero me dio miedo.¡±
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