Stacey Abrams: ¡°Estados Unidos es m¨¢s fuerte por la presencia de inmigrantes, no de muros¡±

¡°Estados Unidos es m¨¢s fuerte por la presencia de inmigrantes, no de muros¡±. As¨ª de contundente se ha mostrado Stacey Abrams, la elegida por el Partido Dem¨®crata para dar la r¨¦plica al discurso sobre el estado de la Uni¨®n de Donald Trump. La igualdad de oportunidades, la justicia social, la lucha contra el cambio clim¨¢tico, los derechos del colectivo LGTB. Quien fuera candidata a gobernadora del Estado de Georgia en las elecciones de noviembre ha logrado sintetizar, en apenas 11 minutos frente a la hora y media que ha empleado el presidente, el ideario de un partido, el dem¨®crata, que lleva dos a?os mostr¨¢ndose incapaz de marcar su agenda, arrasado por el torbellino de Trump. En un pa¨ªs polarizado, solo cabe celebrar que una figura encuadrada en el ala izquierdista del partido haya llamado a la cooperaci¨®n con un presidente republicano. ¡°Estoy decepcionada por c¨®mo aborda nuestros problemas, pero no quiero que fracase¡±, ha dicho Abrams.

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Una voz negra y literaria para responder a Trump

Desde el arranque, Abrams ha recurrido a su historia personal. La de una de los seis hijos de una madre bibliotecaria y un padre trabajador en un astillero, que oscilaban ¡°entre la clase media y la clase trabajadora¡± en el Misisipi rural. La de una familia que sufri¨®, como tantas en el pa¨ªs, para pagar las facturas del tratamiento del c¨¢ncer del padre. La de una joven afroamericana de origen humilde que logr¨® licenciarse en Yale, fundar dos empresas, escribir ocho novelas y convertirse en congresista estatal. ¡°Vivimos en una naci¨®n donde la oportunidad es posible¡±, ha recordado.

Abrams, de 45 a?os, cuya campa?a para gobernadora energiz¨® al progresismo, aunque acabara perdiendo por la m¨ªnima, representa al electorado que proporcion¨® a los dem¨®cratas la victoria en las legislativas de noviembre. Votantes j¨®venes, diversos, mujeres y ajenos al establishment, movilizados por su rechazo a Trump. As¨ª lo ha querido escenificar, arropada, a sus espaldas, por una grada con p¨²blico abrumadoramente femenino, en un sindicato de electricistas de Atlanta. En un Estado, Georgia, tradicionalmente republicano, que vot¨® republicano en noviembre, pero que atraviesa, como otros, un paulatino cambio demogr¨¢fico (representado por la propia capital) que lo acerca a las ambiciones de los dem¨®cratas. ¡°Debemos m¨¢s a esos millones de personas que hacen que nuestra econom¨ªa funcione¡±, ha advertido.

No ha eludido Abrams ataques en los asuntos m¨¢s urgentes. El pulso por el muro, que llev¨® al cierre gubernamental m¨¢s largo de la historia y que el presidente amenaza con reeditar si no alcanza un acuerdo, es ¡°una desgracia¡± y ¡°un truco¡±.

Abrams ha recordado que el cambio es posible. ¡°Pero necesitamos poder votar¡±, ha advertido, poniendo sobre la mesa el tema que ha convertido en su causa, el de las dificultades para el ejercicio del voto de los m¨¢s desfavorecidos en determinados Estados, a lo que achac¨® su derrota en noviembre. ¡°La supresi¨®n del voto es real. No acepto los intentos de limitar nuestro derecho a votar. Esa es la pr¨®xima batalla de nuestra democracia¡±, ha concluido.