Lo que hay al otro lado
La espectacularidad del proceso contra El Chapo no se redujo a su log¨ªstica; lo estuvo en su contenido
Importante la captura y condena a El Chapo. Y, en ello, espectacular su proceso judicial en Brooklyn y la parafernalia para desplazarlo diariamente desde la prisi¨®n de alta seguridad en Manhattan en la que se encuentra detenido desde hace dos a?os (Centro Correccional Metropolitano). Por esa misma c¨¢rcel han pasado diversos personajes de un abanico que va desde Ramzi Ahmed Yousef, autor intelectual del ataque terrorista de 1993 al World Trade Center, a Bernard Madoff, expresidente de una empresa de inversi¨®n a trav¨¦s de la cual cometi¨® una estafa de 20.000 millones de d¨®lares usando el sistema Ponzi.
Pero la espectacularidad del proceso no se redujo a su log¨ªstica; lo estuvo en su contenido. Antes de recibir la semana pasada el veredicto de ¡°culpable¡±, se escuch¨® en el tribunal el arborescente testimonio tanto de v¨ªctimas de sus cr¨ªmenes como de exc¨®mplices y colaboradores los que, seg¨²n ha trascendido, aportaron elementos de informaci¨®n muy importantes sobre c¨®mo operaban los abastecedores del cartel de Sinaloa en varios pa¨ªses as¨ª como sus rutas de tr¨¢nsito hacia Estados Unidos.
Hasta all¨ª, claro y ¨²til lo que se desprende del proceso a este narcotraficante y homicida de cuidado. De lo que ha trascendido, y algunos otros elementos de informaci¨®n, saltan a la vista tres asuntos de dimensiones.
El primero es que la ruta de El Chapo y del Cartel de Sinaloa para meter droga en EE UU era ¡ªy sigue siendo¡ª a trav¨¦s de puntos oficiales de frontera y no abstrusas rutas a trav¨¦s del desierto de Arizona o Texas. Como ya ha sido reiteradamente demostrado, el hipot¨¦tico muro en zonas alejadas de los puntos de frontera tendr¨ªa un efecto igual a cero en la reducci¨®n del tr¨¢nsito de drogas hacia territorio estadounidense.
Segundo: con El Chapo preso y condenado, el tr¨¢fico de drogas por esos puntos de frontera contin¨²a sin mella y el cartel de Sinaloa, por lo visto, goza ¡°de buena salud¡±. El mismo d¨ªa que terminaban las audiencias del juicio al Chapo la polic¨ªa estadounidense de fronteras en Arizona anunciaba la incautaci¨®n del cargamento de fentanilo m¨¢s grande detectado en la historia: 100 millones de dosis en ese embarque camuflado en cajas con pepinos. Y as¨ª, siguen fluyendo otras drogas il¨ªcitas por esos puntos, incluida la coca¨ªna, cuya producci¨®n aument¨® 25% el ¨²ltimo a?o.
Tercero: no se conoci¨® la verdad completa. La conducci¨®n del proceso por los fiscales estuvo visiblemente orientada a concentrarse en conocer las modalidades de operaci¨®n del Chapo y su estructura criminal en M¨¦xico y otros pa¨ªses latinoamericanos como Colombia, Per¨² y Ecuador, entre otros. Poco se pregunt¨® sobre las estructuras y nombres acerca de lo que se sabe es el eslab¨®n m¨¢s rentable de los circuitos de narcotr¨¢fico internacionales: las redes de distribuci¨®n en los pa¨ªses consumidores, en este caso EE UU.
El hecho es que luego de arrestos relevantes, como los de las cabezas de los carteles de Jalisco el 2014 o el del Chapo, no se hizo luz sobre qu¨¦ pasa al otro lado de la frontera pues los interrogatorios, manejo de pruebas y procesos se focalizaron en las rutas de abastecimiento. Sin embargo, confesiones y delaciones como las que se escucharon en el juicio al Chapo pudieron haber sido orientadas, tambi¨¦n, a indagar sobre sus enlaces dentro de EE UU en la distribuci¨®n, la pol¨ªtica y las finanzas.
En la medida en que la realizaci¨®n de la ganancia del narcotr¨¢fico tiene su punto estelar en la distribuci¨®n final, es incomprensible que se deje inmunes a actores pol¨ªticos o bancos al otro lado de la frontera, piezas sin las cuales el tr¨¢fico no se podr¨ªa completar.
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