Corea del Norte y EE UU chocan sobre las razones del fracaso de la cumbre de Han¨®i
Pyongyang niega que exigiera el levantamiento total de sanciones a cambio de destruir un centro nuclear
Un gran fiasco. La cumbre de Han¨®i entre el presidente de EE UU, Donald Trump, y el l¨ªder norcoreano, Kim Jong-un, ha concluido sin acuerdo, sin una hoja de ruta sobre c¨®mo proceder y con la credibilidad del proceso de negociaci¨®n considerablemente tocada. Despu¨¦s de que los l¨ªderes se marcharan cada un por su lado del hist¨®rico hotel Metropole, les corresponder¨¢ ahora a los equipos negociadores de los dos bandos recoger los pedazos. Y, con versiones encontradas de Pyongyang y Washington sobre lo ocurrido, sobre Trump pende ahora la responsabilidad de demostrar que este proceso de conversaciones puede arrojar resultados y es algo m¨¢s que un car¨ªsimo reality show diplom¨¢tico.
Las versiones son contradictorias. Seg¨²n Trump, el fracaso se ha debido a que Corea del Norte exigi¨®, a cambio de desmantelar su centro nuclear de Yongbyon, el levantamiento de todas las sanciones internacionales impuestas contra el r¨¦gimen, algo a lo que Estados Unidos no estaba dispuesto.
Pero a ¨²ltima hora de la noche, en una rueda de prensa, el ministro de Exteriores norcoreano, Ri Yong-hong, desminti¨® esa versi¨®n. Seg¨²n subray¨®, Corea del Norte solo reclamaba un levantamiento parcial de las sanciones; pero a ¨²ltima hora, Estados Unidos introdujo una condici¨®n adicional que, a ojos de Pyongyang, dej¨® claro que no hab¨ªa una aut¨¦ntica voluntad negociadora.
Ri no ha precisado cu¨¢l era esa condici¨®n. S¨ª ha declarado que, dado c¨®mo se ha desarrollado la negociaci¨®n, Kim ¡°tuvo la sensaci¨®n de que no entend¨ªa el modo en que los estadounidenses hacen c¨¢lculos¡± y el l¨ªder norcoreano ¡°puede haber perdido la voluntad¡± de continuar el proceso de conversaciones.
La versi¨®n de Trump suscitaba numerosos interrogantes: ?no era obvia la enorme diferencia en posiciones antes de la cumbre? Y si lo era, ?c¨®mo no se lleg¨® a Han¨®i con una contraoferta aceptable para Pyongyang? Y si no hab¨ªa contraofertas aceptables, ?para qu¨¦ celebrar la cumbre?
El secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, ya a bordo del avi¨®n de regreso a Washington intentaba explicarlo: "cuando te las ves con un pa¨ªs de la naturaleza de Corea del Norte, a menudo ocurre que solo los l¨ªderes m¨¢s altos tienen la capacidad de tomar esas importantes decisiones".
¡°Estaban dispuestos a desnuclearizar una gran parte de las ¨¢reas que quer¨ªamos, pero no todas. As¨ª que tuvimos que levantarnos de la mesa¡±, hab¨ªa indicado Trump.
Pese a todo, la parte estadounidense quiso poner buena cara. No se han levantado de la mesa y han dejado plantados a sus interlocutores, insisten. Hubo un apret¨®n de manos final. Las conversaciones van a continuar, aunque ahora a nivel t¨¦cnico, para tratar de aproximar posiciones.
De momento, no hay una tercera reuni¨®n de los l¨ªderes en el horizonte. Y la sensaci¨®n que deja Han¨®i es la de una oportunidad desperdiciada que, quiz¨¢, no vuelva a presentarse.
Y lo malo es que el tiempo corre. Pronto el Gobierno de Trump y todo Estados Unidos dedicar¨¢ toda su atenci¨®n a la campa?a electoral del a?o pr¨®ximo. No conseguir resultados puede pasar factura en las urnas al presidente estadounidense, que ha hecho del problema norcoreano su principal prioridad en pol¨ªtica exterior. El reloj no est¨¢ tampoco del lado norcoreano: la prioridad que la Casa Blanca ha concedido a este proceso hasta ahora puede verse relegada en aras de asuntos m¨¢s rentables en el ¨¢rea dom¨¦stica.
Antes de romperse abruptamente, las conversaciones hab¨ªan comenzado este jueves en un tono aparentemente cordial, tanto que incluso Kim accedi¨® a contestar algunas preguntas de la prensa internacional, algo que no hab¨ªa ocurrido nunca. ?Qu¨¦ perspectivas ve a la cumbre? ¡°Es demasiado pronto para pedirlo, pero no puedo decir que sea pesimista. Tengo el presentimiento de que veremos buenos resultados¡±, apuntaba el l¨ªder norcoreano.
Los dos l¨ªderes mantuvieron primero una reuni¨®n a solas, por espacio de 45 minutos, asistidos ¨²nicamente por sus int¨¦rpretes. M¨¢s tarde se les agregaron sus respectivos equipos para una sesi¨®n negociadora de dos horas. La cancelaci¨®n lleg¨® inmediatamente antes del almuerzo: en el comedor del Metropole qued¨® abandonada la mesa, ya con la vajilla puesta, donde hubieran comido las dos delegaciones.
"La estrategia de Trump no ha conseguido nada nuevo y no se ha acercado siquiera a resolver la amenaza nuclear norcoreana", explicaba desde Pek¨ªn Paul Haenle, director del centro Carnegie-Tsinghua de Pol¨ªtica Global.
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