Un afroamericano se convierte en el l¨ªder de un grupo neonazi en Estados Unidos para acabar con ¨¦l
El activista californiano James Stern se gan¨® la confianza del dirigente del Movimiento Nacional Socialista, ubicado en Detroit, hasta conseguir que le cediera el cargo
Lo que ha ocurrido este invierno en Detroit podr¨ªa ser perfectamente la copia de un guion tragic¨®mico de Hollywood, el ¨²ltimo de Spike Lee, sin ir m¨¢s lejos, Infiltrado en el KKKlan, ese que cuenta la historia del polic¨ªa afroamericano que en los 70 logr¨® colarse hasta la m¨¦dula del Ku Klux Klan. Pero es tan real como los documentos que reflejan que el nuevo l¨ªder del Movimiento Nacional Socialista (NSM, por sus siglas en ingl¨¦s), uno de los grandes grupos neonazis del pa¨ªs, es un hombre negro llamado James Stern. La noticia comenz¨® a circular de forma algo confusa en los medios estadounidenses el pasado jueves. El viernes el flamante dirigente empez¨® a conceder entrevistas para anunciar su primera medida al frente de la organizaci¨®n: acabar con ella.
Usando un s¨ªmil pol¨ªtico, se podr¨ªa decir que Stern ha dado un golpe de Estado; usando uno financiero, que ha lanzado una opa hostil; pero, en realidad, el asalto al grupo ultra con sede en la gran ciudad del motor ha sido consentido por el propio neonazi que lo dirig¨ªa hasta entonces, Jeff Schoep. Stern, un veterano activista de 54 a?os de California, se gan¨® la confianza del ultra a lo largo de los a?os y a mediados de enero, seg¨²n consta en el registro licencias a corporaciones y entidades del Estado de Michigan, que comparti¨® The Washington Post, consigui¨® que le cediera formalmente la presidencia del grupo.
El NSM afronta una seria demanda judicial por su participaci¨®n en la gran marcha racista de Charlottesville (Virginia) del verano de 2017, que acab¨® con graves disturbios, y en la que una mujer blanca muri¨® atropellada por el coche que se lanz¨® premeditadamente contra los manifestantes antifascistas y que conduc¨ªa un joven supremacista. Este asunto ten¨ªa muy inquieto a Schoep por las repercusiones personales y econ¨®micas, as¨ª que el cargo se hab¨ªa convertido en una patata caliente. ¡°?l sab¨ªa que ten¨ªa los miembros m¨¢s vulnerables e impredecibles que hab¨ªa habido jam¨¢s en la organizaci¨®n¡±, explic¨® James Stern este viernes en una entrevista al Post. ¡°Se dio cuenta de que alguien cometer¨ªa un delito y que ¨¦l iba a acabar siendo considerado responsable de ello¡±, a?adi¨®.
La cuesti¨®n es c¨®mo, de todos los seres humanos en el mundo, este ultra cedi¨® el testigo a un activista negro, a espaldas de los militantes extremistas. Seg¨²n la versi¨®n de Stern, ambos se conocieron a?os atr¨¢s. Cuando el activista afroamericano estaba cumpliendo una pena en una prisi¨®n de Misisipi por un delito de fraude de correo, tuvo como compa?ero de celda a un conocido l¨ªder del Ku Klux Klan, Edgar Ray Killen, encarcelado en el caso de los asesinatos a tres trabajadores de derechos civiles en 1964. De alguna manera, aunque Killen le sol¨ªa insultar de forma racista, tambi¨¦n acab¨® confiando en Stern y, aunque suena rocambolesco, le cedi¨® poderes sobre sus activos, aunque la familia de Killen lo niega, seg¨²n recoge el Post. En 2016, fuera de la c¨¢rcel, Stern cuenta que los us¨® para disolver la organizaci¨®n de Killen.
En 2014, dice, el l¨ªder del grupo de Detroit le contact¨® para preguntarle por aquella relaci¨®n con Killen, fallecido en 2018. Era, dec¨ªa, la primera vez que su organizaci¨®n contactaba a un afroamericano desde Malcom X. Se conocieron y comenzaron una peculiar relaci¨®n en la que discut¨ªan sobre pol¨ªtica, historia o raza. A inicios de 2019, Schoep le confi¨® su angustia por el litigio a ra¨ªz de Charlottesville. Y Stern se ofreci¨® a cargar con la losa.
El exl¨ªder neonazi de Detroit se lamentaba de su suerte este viernes en una entrevista telef¨®nica con Associated Press. Dec¨ªa, en resumen, que James Stern le hab¨ªa enga?ado haci¨¦ndole creer que los demandantes dejar¨ªan de perseguir al grupo si ¨¦l dejaba de dirigirlo y, como de todos modos pensaba abandonar el cargo, lo vio como una soluci¨®n interina. "Me convenci¨® de que para proteger a nuestro miembros deb¨ªa pasarle la presidencia a ¨¦l", corrobor¨® m¨¢s tarde en el Post. ¡°?l tiene ese trozo de papel, pero no est¨¢ reconocido de ninguna manera como l¨ªder del Movimiento Nacional Socialista¡±, recalc¨® Schoep a AP. Seg¨²n su versi¨®n, fue Stern quiense puso en contacto con ¨¦l a recomdanci¨®n de Killen, y no al rev¨¦s.
Por poco reconocido que est¨¦ entre los neonazis de la organizaci¨®n de Detroit, Stern ya est¨¢ ejerciendo como dirigente y, en calidad de ello, present¨® el jueves ante el juez una moci¨®n sobre la tragedia de Chalottesville en la que dice: ¡°Es decisi¨®n del Movimiento Nacional Socialista declararse culpable de todas las acciones recogidas en la demanda con ¨¦l¡±. Cuando acabe ese pleito quiere convertir la web del grupo en una plataforma de educaci¨®n sobre lo que fue el Holocausto. "Quiero cambiarlo, revertirlo y, en ¨²ltima instancia, destruirlo", dijo a CNN.
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