Un dios extranjero en el coraz¨®n del mundo maya
El hallazgo de una gran cueva en Chich¨¦n Itza abre interrogantes sobre la relaci¨®n del mundo maya con los pueblos del centro de M¨¦xico
Durante varios d¨ªas, los arque¨®logos esperaron a que la serpiente se apartara de su camino. ¡°Era una serpiente coralillo¡±, recuerda el investigador Guillermo de Anda. Un reptil de unos 60 cent¨ªmetros de largo, pintada de anillos rojos, amarillos, blancos y negros. El bi¨®logo de la expedici¨®n, Arturo Bayona, aseguraba que no era venenosa, pero los vecinos del lugar, conciencia de los arque¨®logos, desaconsejaban cualquier desaf¨ªo. El paso era estrecho, un t¨²nel de 80 cent¨ªmetros de ancho por 40 de alto. Deb¨ªan reptar junto a la serpiente, pasarla a cinco cent¨ªmetros y rezar por su ignorancia: el hast¨ªo del ofidio.
Decidieron esperar. Salieron de la cueva y volvieron al d¨ªa siguiente, pero la serpiente segu¨ªa all¨ª. Lo mismo ocurri¨® al otro d¨ªa. Y al otro. Pero por fin, al cuarto d¨ªa, la serpiente se hab¨ªa ido. De Anda, Bayona y otros dos investigadores siguieron reptando cueva abajo.
Era emocionante. Los arque¨®logos hab¨ªan encontrado la cueva por indicaciones de los vecinos, que la conoc¨ªan de hac¨ªa d¨¦cadas. De hecho, el Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH), el centro gravitacional de la arqueolog¨ªa mexicana, hab¨ªa sabido de la cueva en la d¨¦cada de 1960. Un arque¨®logo lleg¨® a verla y alert¨® al instituto de su probable importancia, pero por motivos que hoy se desconocen tapi¨® la entrada y no dej¨® registro alguno. Tampoco hay registro de otra actividad por parte del instituto. Tan extraordinario el hallazgo del equipo contempor¨¢neo, como el ocultamiento de sus colegas cinco d¨¦cadas atr¨¢s.
En cualquier caso, los arque¨®logos recorrieron la cueva por primera vez hace unos meses, al menos en parte, una enorme red de cavidades subterr¨¢neas en plena pen¨ªnsula de Yucat¨¢n. Encontraron cantidad de ofrendas y otros restos de hace cientos de a?os. Una cueva en el coraz¨®n de una de las ciudades m¨¢s famosas del viejo mundo maya, Chich¨¦n Itza, imagen de los folletos vacacionales de la Riviera Maya. La cueva de Balamk¨², as¨ª la han bautizado, ¡°ayudar¨¢ a reescribir la historia de Chich¨¦n Itz¨¢, en Yucat¨¢n¡±, dijo De Anda en la presentaci¨®n del hallazgo esta semana en Ciudad de M¨¦xico.
Conforme pasan los a?os, los investigadores dibujan una imagen peculiar de Chich¨¦n, construida sobre m¨¢s de una veintena de cenotes y cuevas. Y no de cualquier manera. La pir¨¢mide de Kukulc¨¢n, la de las fotos, yace sobre un cenote y figura justo en el centro de otros cuatro, dispuestos en forma de cruz bajo el vetusto templo.
En entrevista con EL PA?S, De Anda, investigador principal del proyecto Gran Acu¨ªfero Maya, que mapea el subsuelo del Yucat¨¢n, dice: ¡°Para los mayas, el subsuelo es el nivel del inframundo, donde existen las deidades, los esp¨ªritus, de donde vienen las cosas buenas, la vida misma. La salud, la lluvia, la agricultura vienen de las cuevas. Pero tambi¨¦n pueden venir cosas malas. Si percibimos las cuevas como el punto de inicio de la vida, tal como lo percib¨ªan los mayas, podemos entender su importancia¡±.
Uno de los hallazgos m¨¢s interesantes de esta primera inspecci¨®n de las galer¨ªas son los incensarios con forma de Tl¨¢loc, dios de la fertilidad de los pueblos del centro de M¨¦xico, caso por ejemplo de los mexicas. Prueba, por un lado, la influencia de estos pueblos en el ¨¢rea maya. Ya se sab¨ªa de la presencia de artistas y personalidades mayas en el centro de M¨¦xico, por ejemplo en la vieja ciudad de Teotihuac¨¢n, anterior al advenimiento de los aztecas en M¨¦xico-Tenochtitlan. E incluso los arque¨®logos dan por v¨¢lido que pueblos del centro de M¨¦xico llegaron a Yucat¨¢n. Pero Balamk¨² podr¨ªa llevar ese encuentro mucho m¨¢s all¨¢, matizando las condiciones de ese encuentro, su contexto.
Hay ofrendas en otros cenotes de Chich¨¦n Itz¨¢, pero destacan las de Balamk¨². ?Por qu¨¦ llevar ofrendas a galer¨ªas tan remotas, de tal dif¨ªcil acceso, si pod¨ªan dejarlas en cualquier otro cenote? Para De Anda podr¨ªa indicar un caso extremo de sequ¨ªa. Cuanto m¨¢s cerca de la tierra, m¨¢s cerca de los dioses, m¨¢s f¨¢cil que la ofrenda les agrade y m¨¢s probable que llueve.
Queda abierto el gran interrogante. ?Por qu¨¦ Tl¨¢loc y no Chaac, el dios maya de la fertilidad y la lluvia? Los pr¨®ximos a?os de investigaciones podr¨ªan dar una respuesta.
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