La represi¨®n de Ortega sit¨²a al di¨¢logo con la oposici¨®n al borde de la ruptura
M¨¢s de 160 detenidos en una jornada violenta. Espa?a y EE UU condenan la "reacci¨®n desproporcionada de la fuerza"
A las nueve de la noche los portales de la Direcci¨®n de Auxilio Judicial, en Managua, se abrieron para permitir la salida de cuatro autobuses cargados de detenidos. M¨¢s de 160 personas hab¨ªan sido apresadas este s¨¢bado cuando intentaron participar en una manifestaci¨®n en repudio al r¨¦gimen del presidente Daniel Ortega, quien hab¨ªa prohibido la protesta. Era la primera en seis meses, desde que Ortega las ilegaliz¨® en septiembre. La caravana avanzaba seguida de coches que se le un¨ªan, mientras la gente sal¨ªa de sus casas para saludar a los liberados. ¡°?Libertad!¡± ¡°?Libertad!¡±, gritaban llenos de j¨²bilo. Era el fin de una jornada violenta, en la que el Ejecutivo sandinista demostr¨® su rostro represivo: centenares de oficiales antidisturbios y colectivos sitiaron Managua para impedir la movilizaci¨®n de la poblaci¨®n. Las escenas mostraban a j¨®venes golpeados con dureza, mujeres lanzadas con violencia dentro de las patrullas, se?oras detenidas a golpes y periodistas asediados y agredidos. Daniel Ortega demostraba que no est¨¢ dispuesto a dejar el poder de forma pac¨ªfica. A casi un a?o de la crisis desatada en abril de 2018, la violencia de ayer amenaza con liquidar el di¨¢logo que el r¨¦gimen mantiene con la opositora Alianza C¨ªvica.
Entre los liberados estaban la abogada constitucionalista Azahalea Sol¨ªs, el estudiante Max Jerez y la sindicalista Sandra Ramos. Los tres forman parte de la mesa de negociaci¨®n por parte de la Alianza. Sol¨ªs gritaba jubilosa desde la ventanilla del autob¨²s que la trasladaba. Relat¨® m¨¢s tarde que fue golpeada, aunque no sufri¨® heridas de gravedad. Ella hab¨ªa apoyado la decisi¨®n del grupo de estudiantes que son un bloque importante de la Alianza de retirarse temporalmente de las negociaciones con el Gobierno como forma de presi¨®n. Al descender de los autobuses la gente se abrazaba y mostraba su repudio al r¨¦gimen de Ortega. Sof¨ªa Montenegro, feminista, veterana periodista y una de las voces m¨¢s cr¨ªticas contra el r¨¦gimen, dijo con un grito de desahogo cuando los periodistas le preguntaron c¨®mo se sent¨ªa: ¡°?Con ganas de matar a estos cabrones!¡±
La manifestaci¨®n estaba prevista a iniciar a las dos de la tarde, hora de Managua. El punto de concentraci¨®n ser¨ªa la c¨¦ntrica garita Centroam¨¦rica, desde donde marchar¨ªan por la Carretera a Masaya, el centro neur¨¢lgico de las protestas de abril, cuando cientos de miles de nicarag¨¹enses exigieron el fin de la ¡°dictadura¡±. Esas protestas tambi¨¦n fueron reventadas con violencia y en una de ellas, la del 30 de mayo, Ortega desat¨® una matanza: las cifras de las organizaciones de derechos humanos recogen entre 11 y 15 asesinados ese d¨ªa, la mayor¨ªa j¨®venes universitarios. Este s¨¢bado los oficiales antidisturbios dispararon perdigones contra los manifestantes. Esta vez no hubo muertos, pero las im¨¢genes recogidas por los opositores son de una brutalidad que sobrecoge: las patrullas entraron a un centro comercial donde los manifestantes se hab¨ªan refugiado, decenas de antidisturbios cargaron contra ellos, algunos golpeando con sus armas a j¨®venes, mujeres y hasta ancianos. En una imagen se muestra a un joven golpear con una silla a un oficial que daba una golpiza a un manifestante. La reacci¨®n en las redes sociales fue de j¨²bilo ante lo que consideraron un acto de valent¨ªa. En las calles cercanas, adem¨¢s, los oficiales deten¨ªan los coches y bajaban y apresaban a j¨®venes. La gente que grababa las detenciones ped¨ªa con desesperaci¨®n a los detenidos que gritaran sus nombres, para poderlos entregar a los organizadores de la manifestaci¨®n, que intentaban llevar un listado de los encarcelados. En unas pocas horas el r¨¦gimen hab¨ªa apresado a m¨¢s de 160 personas, seg¨²n el recuento de la Unidad Nacional Azul y Blanco, un colectivo que re¨²ne a m¨¢s de 40 organizaciones opositoras, y que convoc¨® a la protesta que fue denominada ¡°?A la calle!¡±
Xochilt Villareina, una de las manifestantes, relat¨® a EL PA?S que vio c¨®mo fueron apresadas tres personas que como ella intentaban llegar hasta la protesta. ¡°Nos arrinconaron, tuvimos que replegarnos. Se llevaron a tres personas. Hemos sido reprimidos por polic¨ªas y antimotines serviles al Gobierno¡±, dijo la mujer. ¡°Ven¨ªamos para pedir libertad para toda Nicaragua, libertad para todos nuestros presos pol¨ªticos, que est¨¢n detenidos por defender los derechos que la misma Constituci¨®n nos da¡±. Los antidisturbios tambi¨¦n agredieron a periodistas que cubr¨ªan la protesta. Entre ellos a Luis Sequeira, reportero gr¨¢fico de France Presse, quien report¨® a este diario la agresi¨®n en su contra. ¡°Estaba grabando la detenci¨®n de una mujer, se la llevaban arbitrariamente, y lleg¨® la Polic¨ªa, me vio grabar y me detuvo, me quit¨® la c¨¢mara, me tir¨® al piso. Yo les dije: ¡°estoy trabajando, dame la c¨¢mara¡± y ellos me respondieron: ¡°p¨ªdesela a tu madre¡±. Los empuj¨¦ para que no me llevaron preso. Me dejaron en el piso¡±.
La represi¨®n desat¨® una condena internacional. El Ministerio de Asuntos Exterior de Espa?a critic¨® en un comunicado lo que llam¨® ¡°una reacci¨®n desproporcionada de las fuerzas del orden¡± y asegur¨® que ¡°actuaciones como esta ponen en peligro la b¨²squeda de una actuaci¨®n sostenible para el pa¨ªs a trav¨¦s del recientemente retomado di¨¢logo nacional¡±. Estados Unidos, por su parte, dijo que ¡°manifestaba su preocupaci¨®n por la violencia¡±. Kimberly Breier, asistente del Departamento de Estado para el Hemisferio Occidental, escribi¨® en Twitter: ¡°Si bien afirma que apoya el di¨¢logo, el primer recurso del r¨¦gimen de Ortega es encarcelar a manifestantes y periodistas. Las voces democr¨¢ticas nunca ser¨¢n silenciadas por t¨¢cticas brutales. El mundo tambi¨¦n est¨¢ observando, Nicaragua¡±. Costa Rica, pa¨ªs donde se han refugiado m¨¢s de 40 000 nicarag¨¹enses desde el inicio de la crisis, tambi¨¦n expres¨® su rechazo a la violencia del Estado: ¡°Costa Rica condena la escalada de represi¨®n y uso arbitrario de la fuerza por parte de las autoridades nicarag¨¹enses, contra la poblaci¨®n civil, medios de prensa y defensores de los derechos humanos, que se manifestaban pac¨ªficamente¡±, escribi¨® en su cuenta de Twitter la vicepresidenta Epsy Campbell.
La represi¨®n del s¨¢bado abre una gran inc¨®gnita sobre el futuro de las negociaciones entre Ortega y la oposici¨®n, que hab¨ªa pedido muestras de voluntad pol¨ªtica de parte del r¨¦gimen. La Alianza C¨ªvica exige como condiciones para el di¨¢logo la liberaci¨®n de m¨¢s de 500 detenidos, considerados presos pol¨ªticos, el cese de la represi¨®n y las garant¨ªas de libertades civiles para la poblaci¨®n. Ortega, sin embargo, responde con garrote mientras acusa a los opositores de ¡°terroristas¡± y ¡°golpistas¡±. ¡°Ortega no ha cambiado nada su actitud¡±, dijo Violeta Granera, integrante de la Unidad Nacional Azul y Blanco. ¡°No es posible que est¨¦ hablando de negociaci¨®n y est¨¦ haciendo estas barbaridades. Saca a algunos presos pol¨ªticos para lavarse la cara, pero al mismo tiempo sigue apresando gente¡±, dijo jadeante la activista, mientras intentaba resguardarse el s¨¢bado en el estacionamiento de un banco cercano al punto de partida de la protesta. Por la noche, tras la liberaci¨®n de los detenidos, Juan Sebasti¨¢n Chamorro, que forma parte del equipo negociador de la Alianza C¨ªvica, dijo que se reunir¨¢n para valorar su participaci¨®n en el di¨¢logo con el r¨¦gimen de Ortega. ¡°Esto es inaceptable, no es posible que se trate as¨ª, como se ha tratado hoy, al pueblo¡±.
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