Macri pide la destituci¨®n del juez que investiga al fiscal de ¡®la causa de los cuadernos¡¯
El magistrado argentino Alejo Ramos Padilla sigue un caso complejo que parece implicar en un asunto de extorsiones a Carlos Stornelli
El gobierno de Mauricio Macri quiere acabar con el juez Alejo Ramos Padilla. Ha pedido al Consejo de la Magistratura que le suspenda en su cargo, el de juez federal en Dolores (provincia de Buenos Aires), y le someta a juicio pol¨ªtico por mal desempe?o de sus funciones. Ramos Padilla investiga un complejo caso que parece implicar en un asunto de extorsiones al fiscal federal Carlos Stornelli, principal investigador de la presunta corrupci¨®n de la ex presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner. El caso tiene tintes partidistas: los kirchneristas jalean al juez Ramos Padilla y el fiscal Stornelli estuvo conectado con Macri. Por detr¨¢s, asoma un oscuro mundillo de espionaje y chantaje a trav¨¦s de los juzgados.
El presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, abri¨® este martes el a?o judicial con un discurso en el que alert¨® sobre la p¨¦rdida de legitimidad de los tribunales y la necesidad urgente de recuperar la confianza ciudadana. Mientras hablaba, la Corte Suprema hizo p¨²blica una decisi¨®n significativa: por unanimidad, sus cinco componentes aceptaron dotar de m¨¢s recursos al juez Ramos Padilla. Mientras el gobierno ped¨ªa su destituci¨®n, el alto tribunal otorgaba al juez un presupuesto adicional para contratar a dos personas y disponer de un autom¨®vil con el que proseguir sus investigaciones.
El estado de nerviosismo del gobierno argentino, por causas electorales o judiciales, parece evidente. Mauricio Macri admiti¨® durante el fin de semana que su padre, recientemente fallecido, hab¨ªa actuado de forma ilegal, quiz¨¢ para abrir un cortafuegos frente a la llamada ¡°causa de los cuadernos¡±, que implica a Fern¨¢ndez de Kirchner pero tambi¨¦n al grupo empresarial de los Macri. A la vez, su jefe de gabinete, Marcos Pe?a, lanzaba dur¨ªsimos ataques contra la oposici¨®n y culpaba al peronismo de todos los males pasados, presentes y futuros.
El pasado 28 de enero, el empresario agr¨ªcola Pedro Etchebest cont¨® al juez Ramos Padilla que Marcelo D?Alessio, un personaje de activa participaci¨®n en los medios que se presentaba como abogado, le hab¨ªa exigido dinero en nombre del fiscal Carlos Stornelli. A cambio, D¡¯Alessio ofrec¨ªa a Etchebest inmunidad en la ¡°causa de los cuadernos¡±, en la que Stornelli investiga una presunta red de corrupci¨®n liderada por Fern¨¢ndez de Kirchner para recaudar dinero negro de empresarios vinculados a la obra p¨²blica.
Etchebest entreg¨® al juez horas de grabaciones y capturas de mensajes telef¨®nicos como prueba de la relaci¨®n entre D¡¯Alessio y Stornelli. La repercusi¨®n pol¨ªtica, judicial y medi¨¢tica de la denuncia fue inmediata. La diputada oficialista Elisa Carri¨®, una luchadora anticorrupci¨®n que se erige como garant¨ªa de la transparencia del gobierno de Macri, denunci¨® enseguida que, como hombre de La C¨¢mpora (la agrupaci¨®n que re¨²ne a la juventud kirchnerista), el juez Ramos Padilla estaba al frente de una operaci¨®n pol¨ªtica para ensuciar a Stornelli y sacarlo de la causa de los cuadernos.
El 11 de febrero pasado, la diputada dijo que la denuncia de Etchebest era, en realidad, parte de un plan de antiguos altos cargos del kirchnerismo presos por presunta corrupci¨®n. Un d¨ªa despu¨¦s lleg¨® la reacci¨®n de Stornelli. El fiscal denunci¨® a D?Alessio por defraudaci¨®n. Admiti¨® entonces que conoc¨ªa al extorsionador, pero s¨®lo como habitual de la fiscal¨ªa por su participaci¨®n en diversas investigaciones. A partir de ese momento, todo se aceler¨®.
El juez Ramos Padilla allan¨® la casa de D¡¯Alessio y orden¨® detenerlo. Mientras tanto, la prensa ventilaba que el preso no era abogado y que se presentaba como agente de la DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos, a los periodistas que lo ten¨ªan como fuente (bastantes de ellos sometidos a investigaci¨®n clandestina, igual que pol¨ªticos macristas o peronistas). Ante el juez, D?Alessio fue m¨¢s cauto y neg¨® ser el ¡°cajero¡± de Stornelli. Dijo, incluso, que hab¨ªa sido enga?ado por la AFI, la agencia argentina de espionaje, como parte de una operaci¨®n contra el fiscal.
Ramos Padilla proces¨® finalmente a D¡¯Alessio como miembro de una asociaci¨®n il¨ªcita dedicada a realizar ¡°ablandes, carpetazos, operaciones de inteligencia y producir p¨¢nico¡± en personas que eran extorsionadas para que pagaran por su inmunidad judicial. Cit¨® luego a Stornelli a declarar. En un largo escrito, el juez dijo que el fiscal federal ¡°le solicitaba a D¡¯Alessio, a quien consideraba un agente de la inteligencia estadounidense, ¡®investigaciones paralelas¡¯ o ¡®extraoficiales¡¯ y hasta operaciones de espionaje para perjudicar a abogados que lo incomodaban¡±. Seg¨²n el juez, D?Alessio ¡°se pon¨ªa al servicio del fiscal para realizar tareas de investigaci¨®n y espionaje¡±.
El fiscal Stornelli se neg¨® a comparecer ante Ramos Padilla. Puso en cambio todos sus esfuerzos en lograr que el juez fuera apartado de la investigaci¨®n, con el argumento de que su jurisdicci¨®n no era la ciudad de Buenos Aires, escenario de la mayor parte de las denuncias. Stornelli es un hombre vinculado a Macri: fue directivo de Boca Juniors hasta 2015 y miembro de la comisi¨®n de seguridad del club por designaci¨®n del entonces presidente de la entidad y hoy presidente de Argentina, Mauricio Macri.
Los argentinos siguieron el caso a trav¨¦s de los medios, con detalles de acusaciones cruzadas entre periodistas, pol¨ªticos, abogados, ex esp¨ªas y hasta altos funcionarios macristas. El d¨ªa D fue el mi¨¦rcoles pasado, cuando el kirchnerismo recibi¨® a Ramos Padilla en una comisi¨®n del Congreso. El juez dijo entonces que la causa contra Stornelli era s¨®lo una ¡°¨ªnfima¡± porci¨®n de una trama mucho m¨¢s grande de espionaje interno. ¡°La metodolog¨ªa era la recopilaci¨®n de informaci¨®n, la producci¨®n de inteligencia y el almacenamiento de datos sensibles de distintas personas de manera paralela a las causas judiciales, para luego llevar a cabo acciones coactivas, intimidatorias y extorsivas, todo ello con la finalidad de influir en causas judiciales¡±, dijo. Abri¨® as¨ª su investigaci¨®n a una realidad mucho m¨¢s compleja e inc¨®moda para el poder. Tan inc¨®moda, que se le quiere apartar del caso.
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