?Le han creado una emboscada al papa Francisco?
El documento de Benedicto XVI sobre la pederastia en la Iglesia, no es s¨®lo una burla a las v¨ªctimas, es tambi¨¦n una groser¨ªa con la que intenta redimir a la instituci¨®n de sus pecados
El documento que lleva la firma del papa dimisionario Benedicto XVI, el alem¨¢n ultraconservador Joseph Ratzinger, en el que se culpa a la revoluci¨®n progresista de los j¨®venes franceses del Mayo del 68 por los esc¨¢ndalos de pederastia perpetrados por la Iglesia, no es s¨®lo una burla a las v¨ªctimas, es tambi¨¦n una groser¨ªa antihist¨®rica con la que intenta redimir a la instituci¨®n de sus pecados.
El documento de Ratzinger es grave por varias razones, que van m¨¢s all¨¢ de su car¨¢cter eclesial y obliga a rememorar su biograf¨ªa y su itinerario doctrinal. Lo recuerdo a¨²n como un joven y brillante te¨®logo del Episcopado progresista alem¨¢n, durante los a?os del revolucionario Concilio Vaticano II, que fue considerado como la primavera de la renovaci¨®n de la Iglesia y del que me toc¨® informar para el diario Pueblo, de Madrid, durante la dictadura franquista.
Ratzinger, junto con otro joven te¨®logo alem¨¢n, Hans Kung, fueron dos pilares de la parte m¨¢s abierta del Concilio. Acabado ¨¦ste, Kung continu¨® fiel a la apertura de la Iglesia en sus libros y conferencias. Ratzinger, al rev¨¦s, acab¨® renegando del Concilio. Lo consider¨® un "error" de la Iglesia. Acab¨® siendo premiado. Le hicieron obispo y despu¨¦s cardenal. Y ya en Roma, fue el Prefecto de la Congregaci¨®n de la Fe, el antiguo tribunal de la Santa Inquisici¨®n. Y fue all¨ª cuando conden¨® al silencio a los te¨®logos de la liberaci¨®n, como al brasile?o Leonardo Boff. Era a su dicasterio donde llegaban las denuncias desde varios lugares del mundo sobre los esc¨¢ndalos de pederastia en la Iglesia, que ¨¦l, sistem¨¢ticamente, dejaba morir en el olvido.
Ya Papa, fue uno de los sucesores de Pedro m¨¢s conservadores del siglo. Retirado por voluntad propia, del papado, permaneci¨® estos a?os ya muy enfermo en silencio, dejando el mando al moderno Francisco, que en vez de usar zapatos rojos de Prada como ¨¦l, sigui¨® usando los viejos zapatos de campesino con los que lleg¨® al C¨®nclave del que sali¨® como su sucesor.
El documento del Papa em¨¦rito, del que no existe certeza de qui¨¦n pudo redactarlo dadas sus condiciones de salud, es grave por varios motivos. No s¨®lo porque en ¨¦l se intenta culpar al Mayo 68 franc¨¦s de los pecados de pederastia de la Iglesia, sino porque adem¨¢s ha querido que se sepa que escribi¨® en el documento "de acuerdo con el papa Francisco", coloc¨¢ndole as¨ª en una encrucijada. ?Subrayar¨¢ Francisco un documento que ofende a las v¨ªctimas de pederastia?perpetradas por sacerdotes y obispos? Despu¨¦s de sus innumerables demostraciones contra ese pecado de la Iglesia y tras haberles pedido perd¨®n en nombre de la Iglesia, ?preferir¨¢ ahora Francisco el silencio para no enfrentarse con Benedicto XVI? No dudar¨ªa en decir que Francisco se encuentra en medio de una emboscada, propia de las tramas y mafias de la Curia, de la que no le ser¨¢ f¨¢cil salir.
El documento es, adem¨¢s, antihist¨®rico y pueril al culpar al 68 franc¨¦s de la?pederastia en la Iglesia, como si los abusos en materia de sexo, y hasta las peores aberraciones perpetradas en la Igesia, no hubieran existido hasta entonces. Como ha escrito con humor un lector: "Solo si se trata del 68 despu¨¦s de Cristo". ?Es que nadie se acuerda de los esc¨¢ndalos sexuales de los conventos masculinos y femeninos de la Edad Media? ?Es que antes del 68 padres y obispos y hasta papas eran santos e inocentes? Se trata de la eterna hipocres¨ªa de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica.
El texto papal no solo encierra ese absurdo an¨¢lisis del progresismo del 68 que habr¨ªa pervertido hasta a los religiosos arrastr¨¢ndoles a sus desmanes sexuales y casi a justificarlos. Llega, adem¨¢s, en un momento en el que el mundo crecen los movimientos de ultraderecha, con nostalgias de nazismos y fascismos. Ning¨²n regalo mejor que ese documento del Papa intelectual para los intentos de demonizar hoy a los movimientos libertarios en su b¨²squeda de nuevas formas de vivir la sexualidad?en paz y libertad. Ning¨²n regalo mejor para intentar parar la resistencia contra los nuevos autoritarismos, que el denunciar que fue un movimiento revolucionario juvenil de izquierdas, como el del Mayo franc¨¦s, el que lleg¨® a prostituir a la misma Iglesia Cat¨®lica. Algo que deber¨ªa, seg¨²n el Papa, ser visto por los j¨®venes cristianos de hoy como demon¨ªaco, ya que fueron capaces de dejarse subyugar, en materia de sexo, por aquellos que proclamaban el inocente "haced el amor, no la guerra".
Dif¨ªcil entender que el papa Francisco, pueda caer en esa doble trampa que le ha preparado su antecesor, Ratzinger, que ha conseguido que la Iglesia se lave las manos ¡ªcomo Pilatos¡ª de sus esc¨¢ndalos y cr¨ªmenes contra ni?os y j¨®venes inocentes que eran dejados bajo su tutela, achacando las culpas al clima de libertinaje sexual que habr¨ªa creado el 68. Al mismo tiempo, condena a aquel movimiento libertario y juvenil de izquierdas como culpable por haber denigrado las costumbres cristianas y hasta haber contaminado (?pobrecita!) a la mism¨ªsima Iglesia de Dios.
Ning¨²n regalo mejor que ese documento sibilino del Papa en este momento, de vuelta a los rigores conservadores de las costumbres, con nostalgias de teocracias y borracheras ideol¨®gicas totalitarias que parec¨ªan haber sido derrotadas. ?Hasta la Iglesia del libertario profeta de Galilea parece querer sumarse a ese baile macabro de los tiempos inquisitoriales? Todo menos reconocer sus culpas y pedir perd¨®n al mundo. Y todo menos dar paso, dentro de la Iglesia, a una democracia en la que haya espacio para que los cristianos puedan respirar sin que nadie les sofoque sus justos anhelos de libertad.
Y sin esos tab¨²s de celibatos obligatorios y obsoletas virginidades. Y sin esos machismos impermeables a dar paso a las mujeres para participar de la jerarqu¨ªa. Todo el resto es hipocres¨ªa.
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