Medios de comunicaci¨®n y libertad de prensa
La ausencia de prensa fuerte y libre es el mejor caldo de cultivo para los radicalismos, la desinformaci¨®n y los populismos
Al hacer un balance sobre la libertad de prensa en Colombia se podr¨ªan hacer tres grandes conclusiones. Por un lado, los riesgos contra la vida a¨²n contin¨²an, pero son mucho menores a los que padec¨ªa el pa¨ªs en la peor ¨¦poca de violencia. De hecho, durante los a?os ochenta y noventa del siglo XX, el oficio del periodismo era uno de los m¨¢s riesgosos. El asesinato de Guillermo Cano, director del diario El Espectador, a manos de miembros del C¨¢rtel de Medell¨ªn, marc¨® el inicio de una larga noche que padeci¨® el periodismo en Colombia. Se llegar¨ªa a otro punto muy alto en medio de la ofensiva paramilitar, la cual se manifest¨® con el asesinato de Jaime Garz¨®n y el secuestro y violaci¨®n de una periodista colombiana. Tambi¨¦n, a?os despu¨¦s, la hoy exguerrilla de las FARC puso un carro bomba al frente de las instalaciones de Caracol Radio. En medio de estos hitos, centenares de periodistas fueron amenazados, secuestrados y asesinados.
A¨²n hoy el riesgo profesional se mantiene, pero con mucha menor intensidad que en el pasado. Ahora hay un nuevo riesgo, esta es tal vez la segunda conclusi¨®n. El riesgo mayor ya no es la utilizaci¨®n de la violencia, sino lo que se denomina la autocensura. En Colombia, como en todo el mundo, hay una gran crisis econ¨®mica en los medios de comunicaci¨®n. A nivel regional y local, esto ha llevado a que sean las alcald¨ªas y gobernaciones las que mayor dinero aporten a la prensa v¨ªa pauta. Lo cual a su vez lleva a que los periodistas tengan que guardar silencio frente a acciones o casos de corrupci¨®n de estos entes territoriales. Decenas de periodistas locales se quejan de la autocensura que deben aplicar para poder tener un trabajo m¨¢s o menos digno.
La libertad de expresi¨®n y el derecho a la informaci¨®n es uno de los tres pilares fundamentales de las democracias
Por ¨²ltimo, esta situaci¨®n que vive la prensa local y regional desde hace a?os contrasta con la situaci¨®n de la prensa nacional, la cual ha logrado mantenerse independiente y con niveles importantes de recursos para la investigaci¨®n. En todo caso, no ha sido ajena a la brutal crisis econ¨®mica que padece la prensa mundial. El reto, por tanto, para las sociedades democr¨¢ticas es salvar esta prensa. La libertad de expresi¨®n y el derecho a la informaci¨®n es uno de los tres pilares fundamentales de las democracias; su crisis, es una crisis de la democracia.
Es cierto que las empresas, y en este caso los medios de comunicaci¨®n, se deben adaptar a los cambios sociales. Es cierto que deben innovar y dar cuenta de los cambios tecnol¨®gicos, pero tambi¨¦n la sociedad debe aportar a la defensa de los pilares democr¨¢ticos. La ausencia de prensa fuerte y libre es el mejor caldo de cultivo para los radicalismos, la desinformaci¨®n y los populismos.
Recientemente conoc¨ª una encuesta hecha para la ciudad de Bogot¨¢, donde se le preguntaba a los ciudadanos por qu¨¦ medio se informaban. Las respuestas fueron m¨¢s que incre¨ªbles: Twitter llega al 1%, Instagram llega al 7%, Facebook ha ca¨ªdo vertiginosamente, aunque se mantiene segundo, y ahora poco m¨¢s del 60% de la poblaci¨®n manifiesta que se informa por WhatsApp. All¨ª llega todo tipo de informaci¨®n basura y es casi imposible controlar o garantizar la veracidad de esta. De hecho, varias cadenas falsas de informaci¨®n se han vuelto virales en Colombia. Uno de los casos m¨¢s complicados se dio en plena campa?a por el plebiscito por la paz. En una de esas cadenas se dijo que los miembros de la entonces guerrilla de las FARC ingresar¨ªan a las Fuerzas Militares y que se iba a retirar a centenares de militares para dejar cupos para los exguerrilleros. Aunque el Gobierno desminti¨® esto por televisi¨®n, radio y comunicados, y las propias FARC dijeron que no, para miles de colombianos era una realidad que repet¨ªan hasta la saciedad. Al final, el plebiscito se perdi¨® por informaci¨®n falsa como esta.
Todo lo anterior me permite decir que es hora de que la ciudadan¨ªa tambi¨¦n aporte a la sostenibilidad de la democracia y no se deje sola a la prensa, pues nuestro sistema caer¨¢ en manos de populistas, fan¨¢ticos y extremistas.
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