Guerra fr¨ªa en la Embajada de Venezuela en Washington
Las autoridades estadounidenses cortan la electricidad y cercan las entradas de la delegaci¨®n diplom¨¢tica, ocupada por activistas pro Maduro desde hace un mes
La creciente tensi¨®n entre los seguidores de Nicol¨¢s Maduro y Juan Guaid¨® se ha trasladado al elegante barrio de Georgetown, en Washington. Desde hace un mes al menos una docena de estadounidenses chavistas se alojan en la Embajada venezolana, a la que este mi¨¦rcoles le han cortado la luz. La oposici¨®n venezolana ha montado decenas de tiendas de campa?a alrededor de la sede, desde donde cuelgan lienzos con esl¨®ganes que llaman a Estados Unidos a ¡°quitar las manos¡± de Caracas. Una cerca met¨¢lica rodea gran parte del edificio, que tiene las puertas bloqueadas por los servicios secretos. Los carteles pegados a las vallas reclaman que Rusia y Cuba se alejen del pa¨ªs caribe?o. La estrategia del equipo de Guaid¨® para ganar esta batalla diplom¨¢tica es obstruir el acceso a la electricidad y a la comida a los que se hospedan dentro.
Por orden de Carlos Vecchio, el embajador venezolano ante EE UU designado por el l¨ªder opositor, la Embajada no cuenta con luz el¨¦ctrica. "A los invasores de nuestra Embajada que defienden c¨®modamente al r¨¦gimen usurpador, hemos decidido darles un poco de la experiencia de vivir en Venezuela bajo el socialismo fracasado de Maduro. A partir de este momento no tendr¨¢n energ¨ªa el¨¦ctrica. Pr¨®ximo paso: su salida", tuite¨® este mi¨¦rcoles por la noche Vecchio.
Sin electricidad, tarde o temprano el grupo autodenominado Colectivo de Protecci¨®n de la Embajada se quedar¨¢ sin carga en los m¨®viles y ordenadores, herramientas claves para difundir su lucha por las redes sociales. Ellos dicen "proteger" el edificio para evitar que sea tomado por un Gobierno "falso", no el del "presidente Maduro". La misi¨®n diplom¨¢tica de Guaid¨®, reconocido como mandatario interino por una cincuentena de pa¨ªses, invit¨® este mi¨¦rcoles a seis activistas afines a la oposici¨®n para mejorar la relaci¨®n entre la comunidad venezolana y los pol¨ªticos, seg¨²n una de las asistentes al encuentro. En la cita participaron Vecchio, el asesor del embajador Francisco M¨¢rquez, entre otros, quienes discutieron con los invitados la estrategia de presi¨®n sobre los ocupantes del edificio.
Gabriela Febres, venezolana de 28 a?os, particip¨® en la reuni¨®n. ¡°La comunidad le ha pedido a los diplom¨¢ticos que les corten la luz y el agua a los de la embajada. El tema con el agua es que el edificio puede sufrir da?os irreparables que pueden costar much¨ªsimo dinero reparar, poreso no lo hacen¡±, relata fuera de la sede diplom¨¢tica mientras se escucha por un altavoz Vivir mi vida, de Marc Anthony. La tardanza en cortarles la electricidad, explica, se debi¨® a que cuando Vecchio dio la orden, uno de los ocupantes llam¨® a la compa?¨ªa el¨¦ctrica y aleg¨® que las cuentas estaban pagadas. ¡°El Departamento de Estado tuvo que mandarles una carta diciendo que Vecchio era el embajador y que ten¨ªa el poder de cortar la luz¡±, afirma Febres. Junto con un grupo cre¨® una campa?a para recibir ayuda econ¨®mica a los que hacen guardia fuera del recinto: ¡°Donaciones para hotel en Georgetown¡±. El objetivo era reunir 1.500 d¨®lares, pero en tres d¨ªas ya han triplicado la cifra.
La disputa verbal entre los manifestantes de ambos lados se caracteriza por su tono agresivo. De un lado a otro se han escuchado ofensas raciales e incriminaciones. Este jueves, la estadounidense Madea Benjamin, directora de Code Pink, el movimiento autodenominado pacifista que lidera la ocupaci¨®n de la Embajada, se dio un provocador paseo alrededor del edificio con un letrero que dec¨ªa en espa?ol ¡°No a los golpes, no a la guerra¡±. Mientras caminaba, acompa?ada de un pu?ado de simpatizantes a su favor, una venezolana daba instrucciones a sus compatriotas que le gritaban: ¡°No la ataquen, hoy no, la est¨¢n grabando¡±. Le dijeron terrorista, ladrona y delincuente, entre otras acusaciones.
Benjamin, que fue una de las activistas que se aloj¨® en la Embajada cuando a¨²n estaban los diplom¨¢ticos de Maduro a comienzos de abril, alega que no la dejan entrar al edificio. El 30 de abril fue a su casa a buscar ropa y cuando volvi¨®, seg¨²n cuenta, los simpatizantes de Guaid¨® le impidieron el paso. ¡°Desde el 1 de mayo no nos dejan pasar comida a los que est¨¢n dentro. A veces buscamos meterla a escondidas, pero ahora ya saben nuestras maniobras y es cada vez m¨¢s dif¨ªcil¡±, sostiene. Se queja de la agresividad de los venezolanos, pero la noche anterior un estadounidense hiri¨® a una mujer venezolana y lo apresaron. Este caso se suma al de otros 11 detenidos prochavistas, seg¨²n cuenta la l¨ªder de Code Pink, ahora, desde fuera del recinto.
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