El silencio sobre el zika oprime a las mujeres
El virus demuestra c¨®mo Brasil y Venezuela han abandonado a las mujeres y sus necesidades
No se habla m¨¢s del zika. La palabra ¡°epidemia¡± es incorrecta para describir los nuevos casos de reci¨¦n nacidos afectados por el virus. Seg¨²n los epidemi¨®logos los n¨²meros bajan cada a?o. Desde noviembre de 2016,?no hay situaci¨®n de ¡°emergencia global¡± para la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Es sabido que el virus del zika, durante el embarazo, puede provocar el s¨ªndrome cong¨¦nito en el feto, m¨¢s conocido como microcefalia. Por razones complejas y algunas a¨²n inexplicables por la ciencia, el virus del zika fue una amenaza global por el riesgo que supon¨ªa que cruzara fronteras, pero el epicentro de ni?os afectados y mujeres en riesgo est¨¢ todav¨ªa Am¨¦rica Latina. En la regi¨®n, dos pa¨ªses vecinos, Brasil y Venezuela, muestran c¨®mo el silencio es perjudicial para las mujeres.
En 2018, se registraron 1.657 casos de reci¨¦n nacidos?que estaban en riesgo por los efectos del zika en Brasil. Las mujeres tienen el mismo perfil que el que determinaban las estad¨ªsticas cuando se hablaba de epidemia. Son pobres, viven en la regi¨®n m¨¢s vulnerable del pa¨ªs y forman parte de sector de la poblaci¨®n acostumbrado a que sus problemas no aparezcan en los peri¨®dicos. Para las mujeres en riesgo o afectadas por el virus, la epidemia es una palabra que a¨²n existe, pues toman m¨²ltiples medidas para cuidar a sus hijos y temen contraer el zika durante el embarazo. Esperan desde hace tres a?os que la Suprema Corte brasile?a decida proteger los derechos amenazados por la llegada del zika. La decisi¨®n del tribunal est¨¢ programada para el 22 de mayo, pero no es inocente el silencio que antecede al juicio. Poco se habla del riesgo de transmisi¨®n sexual del virus y de que los repelentes desaparecieron de los servicios prenatales. Hablar de la acci¨®n judicial es tocar temas sensibles para la pol¨ªtica de Bolsonaro, tales como salud reproductiva y pol¨ªticas de asistencia social.
Si en Brasil el silencio supone el desamparo, en Venezuela, el silencio es violencia. Seg¨²n la Organizaci¨®n Panamericana de la Salud, no hay un solo ni?o afectado por el virus del zika en el pa¨ªs, mientras que en Brasil hay 17.041 casos de ni?os en investigaci¨®n y 3.975 confirmados. No hay explicaci¨®n razonable para este disparate entre pa¨ªses con frontera clim¨¢tica. Es claramente un pacto de silencio sobre la vida de las mujeres en una situaci¨®n de crisis humanitaria que asola al pa¨ªs. Desde 2016, Venezuela no publica boletines epidemiol¨®gicos de salud p¨²blica ¡ªno hay casos porque no hay transparencia en la salud p¨²blica¡ª. Pero se puede ver, buscando en redes sociales, que las mujeres venezolanas hablan sobre sus hijos y buscan informaci¨®n inexistente en el pa¨ªs. Ante la ausencia de cifras, es necesario contar la historia de la epidemia a partir del testimonio de las propias mujeres.
Keyla supo de la microcefalia de Josu¨¦ al final de la gestaci¨®n e insisti¨® en que se recogiera material para la investigaci¨®n del reci¨¦n nacido por un grupo de cient¨ªficos internacionales. Keyla tiene el certificado del laboratorio de tener una infecci¨®n por zika y de la transmisi¨®n vertical, pero ni siquiera como estad¨ªstica de salud p¨²blica, su caso ha sido registrado. El marido trabaja en el mercado informal, la familia vive en una casa pobre en el centro de Caracas. Cuando se le pregunt¨® sobre las expectativas acerca del cuidado del hijo, el marido de Keyla se resigna a decir "las cosas son dif¨ªciles, no salgo del pa¨ªs a causa de mi hijo. Me sentir¨ªa triste de dejarlo aqu¨ª".
Bolsonaro hizo de Maduro el espejo invertido de su narrativa pol¨ªtica: parte de la agenda pol¨ªtica para elegirse fue amenazar con que Brasil ser¨ªa una nueva Venezuela si no hubiera cambio en el poder. El zika nos muestra c¨®mo los dos pa¨ªses abandonan a las mujeres y sus necesidades. Son l¨ªderes populistas que las ignoran con el silencio de la enfermedad, instituciones pol¨ªticas que no enfrentan las consecuencias de la epidemia, sea por pol¨ªticas p¨²blicas o garant¨ªa de derechos. El silencio puede asumir diferentes formas para oprimir: s¨ª, en Brasil es por la negligencia, en Venezuela es por la violencia. La historia del zika es parte de la historia pol¨ªtica de Am¨¦rica Latina en la que las mujeres est¨¢n cada vez m¨¢s en el centro de la ola populista.
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