El baile prohibido que ha conquistado las aulas en Ir¨¢n y enfurece a las autoridades
La ¨²ltima canci¨®n de Sasy Mankan, un cantante exiliado en EE UU, causa furor entre los adolescentes
Los adolescentes de Ir¨¢n no pueden dejar de moverse al ritmo de Gentleman, el ¨²ltimo ¨¦xito de Sasy Mankan. En cualquier otro pa¨ªs tal entusiasmo resultar¨ªa quiz¨¢s un fuego fatuo, pero la furia de las autoridades iran¨ªes ante la popularidad de la canci¨®n ha hecho que se difundiera a¨²n m¨¢s y puesto de relieve su desconexi¨®n con la juventud. Aunque tras la revoluci¨®n de 1979 quedaron prohibidos tanto el canto en p¨²blico de las mujeres como el baile en general, las nuevas generaciones no son tan sumisas como sus padres.
As¨ª lo prueban los numerosos v¨ªdeos en los que puede verse a alumnos y alumnas que repiten en sus colegios la coreograf¨ªa de Gentleman. Las grabaciones, que empezaron a difundirse en las redes sociales a principios de mes con motivo del d¨ªa del maestro, no solo rompen el tab¨² del baile y del canto femenino, sino que adem¨¢s encumbran a un cantante exiliado en Estados Unidos y que en Ir¨¢n se escucha de forma clandestina, Sasan Heidari Yafteh, conocido como Sasy Mankan.
Algunos internautas se apresuraron a denunciar la canci¨®n como inapropiada debido a sus connotaciones er¨®ticas. Los sectores m¨¢s conservadores aprovecharon la ocasi¨®n para criticar al ministro de Educaci¨®n, Mohamad Batha¨ª. Pero ha sido sobre todo el fuerte rechazo de las autoridades lo que m¨¢s ha contribuido a su ¨¦xito.
Resultado: en los ¨²ltimos d¨ªas han proliferado los v¨ªdeos de apoyo en los que adolescentes, en su mayor¨ªa chicas vestidas de uniforme, bailan y corean la melod¨ªa. El propio artista ha buscado con astucia el apoyo de las j¨®venes en el v¨ªdeo oficial de su canci¨®n, ya que en algunas secuencias las bailarinas aparecen con el atuendo t¨ªpico de los colegios iran¨ªes, que incluye el velo isl¨¢mico.
Ali Motahar¨ª, vicepresidente del Parlamento, ha calificado el contenido de la canci¨®n de ¡°tonto y absurdo¡± y considera ¡°inaceptable que los alumnos bailen en horario escolar¡±. Incluso ha exigido ¡°el despido de los directores de los centros implicados¡±. A lo que el cantante ha respondido a trav¨¦s de su p¨¢gina en Instagram desafi¨¢ndole a que escuche Gentleman sin arrancarse a bailar.
Por si eso fuera poco, el ministro de Educaci¨®n, durante una entrevista televisada, lleg¨® a poner en duda la veracidad de los v¨ªdeos alegando que ¡°fueron producidos fuera de los centros docentes¡± y pidi¨® a la polic¨ªa cibern¨¦tica que detuviera a los autores de las grabaciones. ¡°Lo ¨²nico que puede proteger a los alumnos ante el peligro es el rezo colectivo en las escuelas¡±, declar¨® para estupefacci¨®n de una sociedad cada vez m¨¢s harta de la manipulaci¨®n de la religi¨®n por parte de los gobernantes.
En respuesta a estas declaraciones, las adolescentes han empezado a grabar v¨ªdeos de sus bailes en grupo, generalmente con las caras tapadas por miedo a posibles represalias, desafiando las restricciones que le imponen las leyes de su pa¨ªs. Hace cinco a?os por estas mismas fechas, tres chicos y tres chicas fueron detenidos y juzgados por haber colgado en YouTube un v¨ªdeo en el que bailaban al ritmo de Happy de Pharrell Williams. Cuatro meses despu¨¦s fueron condenados a seis meses de c¨¢rcel y 91 latigazos, aunque luego se les suspendi¨® parte de la pena.
Los expertos se?alan que a falta de acceso legal a productos culturales no es sorprendente que los j¨®venes accedan a materiales inapropiados para su edad. En las redes sociales, algunos usuarios tambi¨¦n han destacado el hecho de que las alumnas coreen de memoria la letra de la canci¨®n, algo que consideran ¡°una se?al del fracaso de planes culturales del sistema isl¨¢mico¡±.
Desde la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Isl¨¢mica hace cuatro d¨¦cadas, el aparato de propaganda oficial ha difundido su interpretaci¨®n de la moral isl¨¢mica entre todos los sectores sociales sin dejar mucho margen a las libertades individuales. Ahora, las redes sociales han roto ese monopolio. El sinf¨ªn de v¨ªdeos que se graban a diario en espacios p¨²blicos con la canci¨®n de Sasy muestra el descontento de los iran¨ªes por las limitaciones que se les imponen.
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