?Ganar¨¢ Trump de nuevo? Pregunte en Wilkes-Barre
El presidente m¨¢s divisivo en d¨¦cadas lanza este martes su campa?a a la reelecci¨®n. Luzerne, un condado de Pensilvania crucial en su victoria en 2016, refleja c¨®mo la bonanza econ¨®mica y la fidelidad de su base desaf¨ªan a una mayor movilizaci¨®n de los dem¨®cratas.
A cuatro horas en coche desde Washington y dos desde Nueva York, se encuentra uno de esos condados donde Hillary Clinton se dio el morrazo pol¨ªtico de su vida. No eleg¨ªa Luzerne un presidente republicano desde 1988; hab¨ªa votado y vuelto a votar a Barack Obama, pero en las presidenciales de 2016, los vecinos de este pedazo del cintur¨®n industrial americano optaron por Donald Trump. Joe Padavan, el presidente regional del sindicato de trabajadores del acero, no daba cr¨¦dito en los meses previos: ¡°Hab¨ªa de todo, tipos que votaron a Trump, tipos que quer¨ªan a Bernie Sanders y luego no quisieron votar a Clinton¡ Hay que ver esta vez, si se presenta Joe Biden¡ Es de aqu¨ª al lado, de Scranton, puede ganar¡±, opinaba este s¨¢bado.
El presidente lanza formalmente este martes en Orlando su campa?a para la reelecci¨®n a la presidencia, si bien, en puridad, Estados Unidos no parece haber salido nunca de ella. Una econom¨ªa en el ciclo expansivo m¨¢s largo de su historia, la mayor rebaja de impuestos desde la era Reagan y la simple y llana fidelidad de partido, mayor entre republicanos que entre dem¨®cratas, juegan su favor. La mayor movilizaci¨®n de estos ¨²ltimos, que se demostr¨® en su victoria en las legislativas de noviembre, puede dar la vuelta a la situaci¨®n. La ¨²nica certidumbre para 2020: la polarizaci¨®n.
¡°Yo no veo su base erosionada en este condado, la diferencia esta vez van a ser los dem¨®cratas de este condado, no los que votaron a Trump, los que se quedaron en casa. Si los dem¨®cratas logran un candidato que los movilice y los lleve a las urnas, tienen una oportunidad¡±, opina Bill O'Boyle, un veterano reportero y columnista del diario local Times Leader. ¡°Los dem¨®cratas tienen que ver por qu¨¦ un tipo vulgar y eg¨®latra se convirti¨® en portavoz de la Am¨¦rica trabajadora, ¨¦l les habl¨® de cosas que les importan, como recuperar empleos que se fueron del pa¨ªs y proteger las fronteras¡±.
Es s¨¢bado, 10 de la ma?ana, en la plaza p¨²blica de Wilkes-Barre, la principal ciudad del condado. Dos docenas de personas se re¨²nen para o¨ªr hablar de sanidad al congresista del distrito, el dem¨®crata Matt Cartwright, decidido, dice, a dar la batalla de la sanidad accesible para todos. ¡°Uno no debe tener que elegir entre pagar sus medicinas y pagar su hipoteca¡±, clama. Marlee Stefanelli, de 41 a?os, madre de un ni?o de siete a?os con diabetes tipo 1, dice literalmente que la reforma sanitaria de Obama, uno de los asuntos m¨¢s contestados por los republicanos, le cambi¨® la vida. ¡°Ahora pagamos un seguro mensual de 1.000 d¨®lares para los cuatro miembros de familia que somos, pero sin Obamacare sencillamente no tendr¨ªamos ning¨²n seguro, no nos aceptar¨ªan¡±, afirma.
La sanidad es uno de los elementos que agitaron a los votantes dem¨®cratas en noviembre y Dwayne Heisler, jefe territorial del caucus progresista, cree que lo mismo ocurrir¨¢ ahora. ¡°Lo de 2018 fue muy alentador, yo no veo mucho cambio entre los votantes de Trump pero s¨ª que los dem¨®cratas se han movilizado mucho m¨¢s, la comunidad latina especialmente, se han incorporado al caucus, van a muchos actos¡¡±.
El pueblo, de unos 40.000 habitantes, tiene algo de postal de suburbio estadounidense en su ¨¦poca dorada. Rodeado de monta?as, las casas bajas con porche y bandera de barras y estrellas dominan el paisaje, aunque las naves cerradas y lo desvencijado de muchas viviendas recuerda que este trozo de Am¨¦rica lo ha pasado mal en las ¨²ltimas d¨¦cadas. The Forgotten (Los olvidados), un libro escrito por Ben Bradlee Jr. despu¨¦s de las presidenciales, relata una tormenta perfecta: las minas de carb¨®n empezaron a cerrar y las factor¨ªas en las que muchos hijos de aquellos mineros encontraron trabajo, tambi¨¦n. La gran f¨¢brica de l¨¢pices Eberhard Faber se fue a M¨¦xico a mediados de los 80 y hoy ya no queda ni el solar. Los empleados de mono azul se sustituyeron por servicios, peor pagados. Y mientras, la poblaci¨®n hispana del condado se multiplic¨® por 10 con el tir¨®n, sobre todo en Hazleton, que ha vivido una revoluci¨®n demogr¨¢fica en el lapso de solo 15 a?os: en 2000, el 95% de sus habitantes eran a¨²n blancos; en 2016, eran el 44% y los hispanos, mayor¨ªa con el 55%.
El congresista republicano Lou Barletta se erigi¨® en azote de la inmigraci¨®n irregular en 2006, como alcalde de Hazleton, aprobando unas ordenanzas ¡ªsuspendidas en los tribunales¡ª seg¨²n las cuales cualquier empresario que, con conocimiento de causa, diese empleo a un irregular, perder¨ªa la licencia de su negocio, igual que un casero si alquilaba una vivienda a un extranjero indocumentado. ¡°La inmigraci¨®n sigue siendo un asunto muy importante para la gente de este condado. La lucha contra la ilegal no es [una lucha] antinmigrante, y la prueba es que la poblaci¨®n hispana no dej¨® de crecer mientras yo fui alcalde¡±, afirma por tel¨¦fono.
Barletta se present¨® al Senado en las ¨²ltimas legislativas pero perdi¨® frente al dem¨®crata Bob Casey. Annie M¨¦ndez, de 48 a?os, reivindica parte del cr¨¦dito de ese resultado. ¡°Hicimos mucha campa?a contra ¨¦l, la comunidad latina se est¨¢ movilizando mucho ahora¡±, afirma. La de M¨¦ndez , descendiente dominicana criada en New Jersey, fue una de las primeras familias hispanas en mudarse a Hazleton, en 1994 y luego en 2000, dice. ¡°Tambi¨¦n abrimos uno de los primeros negocios latinos, un taller de reparaciones. Como pusimos la banderita y habl¨¢bamos espa?ol ven¨ªan muchos latinos, yo ayudaba mucho a otra gente que no entend¨ªa bien ingl¨¦s a hacer gestiones, a ir al m¨¦dico, fuimos creando una comunidad¡±, explicaba este s¨¢bado en un almuerzo comunitario dentro de los eventos organizados en junio con motivo de la celebraci¨®n del Orgullo Gay.
Eran, ¡°los newcomers¡±, los nuevos, los reci¨¦n llegados. Ahora los hispanos son mayor¨ªa en la poblaci¨®n y a Michelle W. le llevan los demonios muchas veces. ¡°Esto est¨¢ muy mal, hay much¨ªsimo crimen, aqu¨ª han venido muchas cosas malas y mucha gente de toda la vida se est¨¢ marchando¡±, asegura esta empleada administrativa de 50 a?os. El n¨²mero de robos se ha sextuplicado entre 2000 y 2014, seg¨²n los datos del FBI. Cuando se le pregunta si relaciona el aumento de los delitos con la inmigraci¨®n responde sin dudas: ¡°Absolutamente, absolutamente¡±.
Una serie de inercias ayuda a Trump en esta campa?a. En general, el candidato que pugna por mantenerse en el cargo suele tener m¨¢s probabilidades de ganar y aquel que vive un ciclo alcista de la econom¨ªa, tambi¨¦n. Para Geoffrey Skelley, analista electoral de FiveThirtyEight, ¡°la polarizaci¨®n del pa¨ªs tambi¨¦n juega en su favor, ya que, aunque el neoyorquino es muy impopular [apenas ha llegado al 40% durante toda su presidencia], una vez los dem¨®cratas nominen a un candidato, los republicanos moderados, incluso aquellos a los que no les gusta Trump, pueden acabar aline¨¢ndose con ¨¦l para evitar que gane el otro¡±. Su popularidad entre los republicanos, de hecho, sigue por encima del 80%.
Esa l¨®gica, la lealtad al partido es lo que explica principalmente la victoria del republicano en 2016. La figura del trumpista febril y enfadado, tan com¨²n en los m¨ªtines y en las cr¨®nicas periodistas, esa imagen del obrero dem¨®crata revirado, es una proporci¨®n muy menor de los votantes de Trump, aunque estridente. Al magnate lo eligieron, en realidad, los republicanos de toda la vida, un 80% de ellos, y muchos, preguntados lejos del calor de los actos electorales, respond¨ªan que el candidato no les gustaba, pero que jam¨¢s votaban dem¨®cratas y sab¨ªan que les bajar¨ªa los impuestos y asegurar¨ªa jueces conservadores en el Tribunal Supremo.
Y as¨ª ha hecho. En general, ha cumplido en aquello que no le ha impedido el Capitolio o la justicia, desde trasladar la Embajada de Tel Aviv a Jerusal¨¦n, hasta aplicar mano dura contra los inmigrantes. Ha llevado a cabo la mayor rebaja de impuestos desde la era Reagan y colocado a dos jueces conservadores en la m¨¢s alta instituci¨®n judicial estadounidense, una medida que tiene repercusi¨®n en la pol¨ªtica durante d¨¦cadas. La econom¨ªa est¨¢ a punto de batir su r¨¦cord de expansi¨®n m¨¢s prolongado, pese a los problemas de productividad y las desigualdades. En Luzerne, a primeros de 2018, compa?¨ªas como Patagonia o Adidas anunciaron la apertura de centros log¨ªsticos en el condado, la compa?¨ªa Berkshire Hathaway Guard, la aseguradora de Warren Buffett, ubic¨® su sede internacional en Wilkes-Barre.
¡°Mi casa ha mejorado en valor, unos 20.000 d¨®lares m¨¢s, y ahora lo que falta son trabajadores, cuesta encontrar un fontanero o alguien que te arregle el tejado¡±, explica Ernie Schmid, que lleva desde que era un cr¨ªo trabajando junto a su hermano en el diner S&W, abierto desde 1954 por su abuelo Lorenzo, un exminero de origen italiano.
La partida se juega en un tablero de gran fractura. Dem¨®cratas y republicanos se hallan cada vez m¨¢s alejados entre s¨ª en su visi¨®n de lo que el pa¨ªs necesita. Seg¨²n The? New York Times, por primera vez en un siglo, todos los Estados, salvo Minnesota, tienen sus Parlamentos estatales (la C¨¢mara baja y la alta) controladas por un solo partido, en muchas ocasiones, tambi¨¦n con un gobernador del mismo color, lo que est¨¢ haciendo casi imposible la pol¨ªtica bipartita.
La ¨²ltima crisis abierta por el republicano con M¨¦xico a cuenta de la inmigraci¨®n ha resultado satisfactoria. Sus votantes despertaron un d¨ªa con el presidente amenazando al pa¨ªs vecino con aranceles a sus importaciones si no impon¨ªa m¨¢s controles en inmigraci¨®n y al cabo de unos d¨ªas le¨ªan los titulares de que el Gobierno mexicano llenar¨ªa de militares la frontera con Guatemala y se quedar¨ªan con m¨¢s solicitantes de asilo.
Theodor H. White, autor del cl¨¢sico The Making of a President (La construcci¨®n de un presidente, 1960), dec¨ªa que los estadounidenses eligen a su presidente en un equilibrio entre su pasado y su futuro. ¡°El pasado consiste en su bagaje ¨¦tnico, en lo que su padre votaba, los cuentos que su madre le contaba, los prejuicios que ha acumulado y el estatus social heredado¡±, escribi¨®, mientras que el futuro ten¨ªa que ver con los sue?os y los miedos: ¡°Si es un granjero, el miedo de perder el trabajo, si es un negro, su aspiraci¨®n a la libertad igualitaria¡¡±.
Marlee Stefanelli votar¨¢ pensando en las inyecciones de insulina de su hijo, Michele W. en las ¨²ltimas cifras de robos de la ciudad y Annie M¨¦ndez en que no quiere volver a sentirse nunca una newcomer. El men¨² que ofrece Trump es conocido, con alguna variaci¨®n de temporada: en 2015 hablaba de muros, ahora la cosa va de aranceles. El que dise?en los dem¨®cratas es el que puede cambiar el resultado.
La oportunidad dem¨®crata en los suburbios
La profesora de Harvard Theda Skocpol ha pasado meses investigando en los condados que, como Luzerne, se volcaron en Trump en 2016. A su juicio, los dem¨®cratas est¨¢n recuperando terreno en zonas suburbanas a nivel nacional, incluido entre mujeres republicanas y dem¨®cratas moderados de perfil empresarial, como se vio en 2018. Algo similar se espera en 2020, en sitios clave como Pensilvania, Wisconsin o Michigan, pero Trump resiste en aquellos con ¡°tensiones por la inmigraci¨®n¡±.
Sobre la firma
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Elecciones EE.UU. 2020
- Donald Trump
- Partido Republicano EE UU
- Inmigraci¨®n irregular
- Estados Unidos
- Elecciones EE.UU.
- Pol¨ªtica migratoria
- Fronteras
- Elecciones presidenciales
- Norteam¨¦rica
- Parlamento
- Elecciones
- Pol¨ªtica exterior
- Migraci¨®n
- Partidos pol¨ªticos
- Am¨¦rica
- Demograf¨ªa
- Relaciones exteriores
- Econom¨ªa
- Pol¨ªtica
- Sociedad
- Conflictos
- Redacci¨®n EEUU
- Edici¨®n Am¨¦rica