La lucha de una remota regi¨®n rusa por no ser el vertedero de Mosc¨²
Los vecinos de la zona vieron c¨®mo en pocos meses se inici¨® la construcci¨®n del mayor basurero de Europa. El maid¨¢n ruso empieza en la taiga
¡°Esta es nuestra tierra y no permitiremos que Mosc¨² la envenene¡±. Ciudadanos rusos de distintas edades, profesiones y procedencias concentrados en medio de la taiga responden de esta manera cuando se les pregunta por qu¨¦ han venido a un improvisado campamento levantado junto a la estaci¨®n de tren de Shies, a 1.200 kil¨®metros al norte de la capital rusa. Centenares de personas esperaban aqu¨ª esta semana a que Vlad¨ªmir Putin, el presidente de Rusia, oyera y atendiera sus deseos el 20 de junio durante su cita anual con la ciudadan¨ªa mediante conexiones televisivas directas con distintos puntos de Rusia.
El campamento de Shies se remonta al pasado diciembre, cuando un peque?o grupo de ciudadanos de la provincia de Arjangelsk decidi¨® impedir y controlar con su presencia unas gigantescas y misteriosas obras que hab¨ªan comenzado en el verano. En agosto unos cazadores hab¨ªan dado la voz de alarma, al descubrir un enorme despliegue de obreros y veh¨ªculos, que hab¨ªan talado pinos para abrir un amplio claro en el bosque, hab¨ªan llenado de escombros unos pantanos y segu¨ªan trabajando febrilmente. En el oto?o ya fue imposible ocultar que junto a la estaci¨®n ferroviaria de Shies se estaba construyendo un gran vertedero para la ciudad de Mosc¨². En Yarensk, la capital del distrito, no hab¨ªan sido informados de los planes de la capital y en Urdam¨¢, la ciudad m¨¢s cercana al futuro vertedero (a 30 kil¨®metros), tampoco.
Los constructores no pod¨ªan mostrar ni permisos de obras, ni informes ecol¨®gicos ni ninguno de los documentos necesarios para una intervenci¨®n de tal envergadura en la naturaleza. ¡°Incumplen todos y cada uno de los reglamentos legales para hacer una obra as¨ª¡±, dice Svetlana Babenko, una jubilada que en el pasado trabaj¨® para la empresa de gas rusa Gazprom, y que hoy es una de las l¨ªderes del movimiento contra el vertedero. Babenko vive en Urdam¨¢, una localidad de 5000 habitantes, parte de los cuales trabajan en los servicios vinculados con un gasoducto vecino. La industria forestal que antes daba vida a Shies se ha desplazado a otros lugares m¨¢s adaptados a nuevas tecnolog¨ªas y, aparte del gasoducto, la poblaci¨®n de la zona vive del mantenimiento del ferrocarril y de explotar los recursos de la taiga, tales como la recogida de bayas o setas, y la caza. Ahora temen que el vertedero de Mosc¨² ponga fin a su modo de vida y transforme su entorno en un infierno irrespirable. Afirman que la basura puede filtrarse por el sistema de aguas subterr¨¢neas a los r¨ªos del norte y acabar en el mar Blanco, afectando al ecosistema del ?rtico.¡±Tendr¨¢ 3.000 hect¨¢reas y recibir¨¢ 2,3 millones de toneladas de basuras al a?o. Ser¨¢ el mayor vertedero de Europa¡±, afirma Babenko.
El enfrentamiento entre los constructores y los habitantes de la provincia de Arjangelsk en torno al vertedero ha ido en aumento. Los primeros vagones de vigilancia donde se instalaron los ciudadanos han desaparecido (uno quemado, otro confiscado), pero se plantaron tiendas de campa?a bautizadas con nombres que evocan resistencias heroicas contra el nazismo, como Leningrado o Stalingrado, y ha surgido todo un campamento organizado de forma espont¨¢nea que atrae a gentes de toda Rusia. Vienen en tren, cargados de v¨ªveres y provisiones, porque los responsables del gaseoducto, preocupados por la afluencia de gente, han cortado la carretera al tr¨¢fico a 12 kil¨®metros del campamento por razones de seguridad.
La situaci¨®n es tranquila actualmente, desde que la administraci¨®n presidencial en Mosc¨² pidi¨® a los protagonistas del conflicto que dialogaran. La empresa constructora del pol¨ªgono, Ekotecnopark, acept¨® paralizar las obras a partir del 15 de junio y retirar el equipo y los trabajadores hasta que se hayan hecho estudios ecol¨®gicos sobre la idoneidad del proyecto, es decir, hasta que se hayan efectuado los estudios de planificaci¨®n que deber¨ªan haberse hecho antes de comenzar a construir. Ekotecnopark instal¨® tambi¨¦n un ¡°centro informativo¡± para convencer a los activistas de que la basura de Mosc¨² llegar¨¢ ¡°bien empaquetada¡± a Shies. ¡°No se puede excluir que quede algo de materia org¨¢nica, pero la basura ser¨¢ separada en Mosc¨² antes de ser enviada aqu¨ª¡±, afirma Maxim Lodingents, un empleado de Ekotecnopark, enviado al centro informativo. Sus explicaciones no convencen a los ciudadanos movilizados. ¡°No me creo ni una palabra. Nos han enga?ado montones de veces. Nos enga?an sistem¨¢ticamente.?Por qu¨¦ habr¨ªamos de creerlos?¡±, dice Babenko.
Dos provincias rusas se han movilizado en contra del vertedero, Arjangelsk y Komi. Desde ambas regiones, los vecinos de la zona (que se encuentra en Arjangelsk pero muy cerca de los l¨ªmites administrativos de Komi) se han dirigido a Putin para que ponga fin al proyecto. Los rusos del norte est¨¢n ofendidos por no haber sido informados y, sobre todo, por la arrogancia y actitud colonial de una ciudad como Mosc¨², que no ha podido hasta ahora organizar la separaci¨®n y reciclado de su basura y pretende quit¨¢rsela de encima envi¨¢ndola a otras regiones. ¡°?Qui¨¦nes se han cre¨ªdo que son? ?En qu¨¦ mundo viven? Llevan decenas de a?os diciendo que hay que prepararse para organizar la separaci¨®n y el reciclado de basuras y son ellos los que no est¨¢n preparados. Nosotros s¨ª lo estamos¡±, afirma Babenko.
En la cocina del campamento, la separaci¨®n de los desperdicios cotidianos es estricta. Hay una bolsa para los pl¨¢sticos, otra para materia org¨¢nica y cada uno se limpia su plato y su cubierto. Se han sembrado ¨¢rboles para sustituir a los que ha talado Ekotecnopark, y tambi¨¦n un huerto con cebollas. Hay un foso donde se produce compost. Con respuesta de Putin o sin ella, los ciudadanos irritados y ofendidos siguen llegando a Shies. Vienen de las ciudades de Arjangelsk y Komi, vienen de San Petersburgo y la provincia de Leningrado, del centro de Rusia, de Mosc¨², de Yekaterinburg e incluso de Jab¨¢rovsk. ¡°Se est¨¢ produciendo una revoluci¨®n, la revoluci¨®n de la dignidad. Y son los j¨®venes los que la impulsan. Quieren decidir ellos sobre su entorno y no quieren que les echen encima la basura de la capital¡±, afirma Vlad¨ªmir Loiter, presidente de la Uni¨®n de Periodistas de Arjangelsk. ¡°Esta situaci¨®n, de no resolverse, puede engendrar tendencias separatistas¡±, opina, a su vez, el analista Andr¨¦i Churakov, en Arjangelsk.?
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