Los pa¨ªses del Este entorpecen la lucha de la UE contra el cambio clim¨¢tico
Los Veintiocho intentan fijar por primera vez el objetivo de una econom¨ªa continental liberada de di¨®xido de carbono para 2050
La Uni¨®n Europea tropieza en la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Al menos, por ahora. Los 28 Gobiernos de la Uni¨®n intentaron pactar en la cumbre europea de este jueves en Bruselas un hist¨®rico compromiso que fijase por primera vez para 2050 el objetivo de una econom¨ªa continental liberada de emisiones de CO2. Pero algunos socios de Europa del Este, encabezados por Polonia, han impedido el pacto y han obligado a rebajarlo a una mera declaraci¨®n de intenciones suscrita por una mayor¨ªa de los socios. El pacto pretend¨ªa ser una respuesta pol¨ªtica a las pol¨ªticas energ¨¦ticas de Donald Trump, que ha cuestionado la lucha contra el cambio clim¨¢tico y el Acuerdo de Par¨ªs. Pero la contraofensiva de la Uni¨®n ha quedado, de momento, en el aire.

La lucha contra el cambio clim¨¢tico ha entrado en la agenda europea con fuerza en pleno ascenso electoral de Los Verdes. Pero pese a que fuentes diplom¨¢ticas resaltaban en los ¨²ltimos d¨ªas que todos los miembros del club han asumido que es necesario actuar, entre los 28 conviven todav¨ªa sensibilidades dispares. La prueba lleg¨® en la noche del jueves en Bruselas.
La mayor¨ªa de Gobiernos buscaba cerrar un acuerdo para garantizar una transici¨®n hacia la neutralidad clim¨¢tica de la UE en 2050. Esto es, que no emitan m¨¢s gases de efecto invernadero de los que se pueden absorber. Pero la oposici¨®n de pa¨ªses como Polonia, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa y Estonia frustr¨® el acuerdo, tejido laboriosamente durante las ¨²ltimas semanas.
El gobierno polaco se neg¨® en redondo por la falta de concreci¨®n de los mecanismos de financiaci¨®n y compensaci¨®n que ayudar¨ªan a los pa¨ªses con m¨¢s dificultades para alcanzar la descarbonizaci¨®n en 2050. "Llevamos dos a?os negociando ese mecanismo pero sigue sin concretarse", se?alaron fuentes polacas tras vetar el acuerdo.
Las mismas fuentes se?alaron la disposici¨®n de Varsovia a volver a la mesa de negociaci¨®n "tan pronto como el resto de socios demuestren la voluntad de llegar a un acuerdo sobre la financiaci¨®n". Pero el veto polaco, de momento, ha puesto en peligro la contribuci¨®n de Europa a la cumbre sobre el clima que Naciones Unidas organizar¨¢ en septiembre y que pretend¨ªa ser la reafirmaci¨®n de la lucha contra el cambio clim¨¢tico frente a Gobiernos como el de Trump.
Los partidarios de reforzar la posici¨®n europea parecen condenados a conformarse a una declaraci¨®n suscrita por la inmensa mayor¨ªa de socios, en la que se comprometen a apostar por la neutralidad clim¨¢tica en 2050. La referencia a ese compromiso, impulsado inicialmente por Francia y Espa?a y al que ya se han sumado 15 socios europeos, quedar¨ªa relegada a una nota a pie de p¨¢gina en las conclusiones de la cumbre europea que concluye este viernes en Bruselas.
Aunque las m¨¢s de tres d¨¦cadas por delante pueden hacer pensar que hay tiempo de sobra para tomar medidas, el compromiso, de alcanzarse, conllevar¨ªa transformaciones de calado a muy largo plazo. Hace solo unos meses, una propuesta as¨ª ni siquiera parec¨ªa planteable dada la resistencia de pa¨ªses con importante dependencia del carb¨®n como Polonia o Alemania. Pero los vientos empezaron a girar bajo el impulso de Francia y Espa?a. Y hace un mes ya se puso en marcha una iniciativa para incorporar el objetivo de cero emisiones en 2050.
B¨¦lgica, Dinamarca, Francia, Luxemburgo, Holanda, Portugal, Espa?a y Suecia comandaron ese grupo inicial. "Entonces firmaron ocho pa¨ªses, ahora ya somos 15", se felicit¨® el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, a su llegada a la cumbre europea de este jueves. "Hay un consenso creciente para una conclusiones ambiciosas en esta cumbre", a?adi¨®.
El pron¨®stico no termin¨® de cumplirse.?Alemania, que se hab¨ªa resistido al objetivo, cambi¨® hace unas semanas de posici¨®n, pero no fue suficiente para decantar las fuerzas hacia el acuerdo. Y aunque parece improbable que el pacto acabe muriendo en la orilla, la negativa de Varsovia aplaza el movimiento.
Los temores de Polonia y otros pa¨ªses de Europa central y del Este a que la descarbonizaci¨®n ponga en peligro la competitividad de sus industrias se mantuvieron vivos pese a que se incorporaron al texto numerosas salvaguardas sobre el posible impacto de la transici¨®n energ¨¦tica. Todo se resume en una palabra: dinero. La Comisi¨®n Europea ya puso sobre la mesa dedicar el 25% del presupuesto comunitario para 2021-2027 a pol¨ªticas medioambientales, y Francia ofrec¨ªa elevar ese umbral hasta el 40% para convencer a los pa¨ªses renuentes, pero Polonia busca asegurarse un colch¨®n suficiente para afrontar un cambio tan dr¨¢stico.
Fuentes del El¨ªseo elud¨ªan calificar de "compensaciones" los fondos que han puesto a disposici¨®n de los pa¨ªses con m¨¢s problemas para desarrollar la transici¨®n energ¨¦tica. En su lugar, prefer¨ªan hablar de "acompa?amiento financiero" a empresas y regiones y de "compartir esfuerzos" mediante un despliegue de "solidaridad europea". Con uno u otro nombre, el minero polaco puede pasar a ser el s¨ªmbolo de una especie en v¨ªas de extinci¨®n si se superan las trabas, con lo que Varsovia busca obtener suficientes garant¨ªas para esa reconversi¨®n.
El resultado final congela las ambiciones europeas justo en un momento geoestrat¨¦gico muy delicado para el futuro de las pol¨ªticas mundiales de clima y energ¨ªa. Solo 24 horas antes, la Administraci¨®n de Donald Trump aprobaba su nueva estrategia energ¨¦tica (tras derogar la de Obama) en la que apuesta claramente por una recuperaci¨®n del carb¨®n.
Pese a la decepci¨®n, fuentes diplom¨¢ticas ven un viraje general, tambi¨¦n en los pa¨ªses m¨¢s reticentes. Polonia permaneci¨® durante semanas enrocada en una posici¨®n que calificaban de "dogm¨¢tica" al respecto, pero estiman que ning¨²n Estado cuestiona ya la legitimidad y necesidad de descarbonizar la econom¨ªa, un objetivo que hasta los acuerdos de Par¨ªs era puesto en duda por ciertos gobiernos, incluidos algunos europeos, y que ahora se ha vuelto un eje transversal que abarca campos tan diversos como la reducci¨®n de emisiones del transporte, el mix energ¨¦tico y la firma de acuerdos comerciales.
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