El Vaticano abrir¨¢ dos tumbas para buscar a una adolescente desaparecida en 1983
La familia cree que los restos de Emanuela Orlandi, protagonista de uno de los cr¨ªmenes sin resolver m¨¢s famosos de Italia, est¨¢n en un peque?o camposanto de la Santa Sede
Italia afronta un nuevo cap¨ªtulo del crimen sin resolver m¨¢s famoso del pa¨ªs. Emanuela Orlandi, la chica de 15 a?os que desapareci¨® en 1983 cuando sal¨ªa de su clase de m¨²sica en el centro de Roma, podr¨ªa estar en el peque?o cementerio alem¨¢n del Vaticano. La Santa Sede ha anunciado este martes que el pr¨®ximo 11 de julio abrir¨¢ dos de las tumbas que se encuentran en dicho camposanto para comprobar si las ¨²ltimas informaciones de las que dispone la familia son ciertas y en una de ellas se encuentra el cad¨¢ver de la joven, hija de un funcionario del Vaticano. "Buscad donde indica el ¨¢ngel", rezaba el ¨²ltimo an¨®nimo que recibieron junto a una fotograf¨ªa de la tumba.
La Santa Sede nunca hab¨ªa dado tanta credibilidad a una informaci¨®n de este tipo. Nunca se hab¨ªa implicado de forma activa en la b¨²squeda de una joven cuya desaparici¨®n siempre apuntaba al otro lado del T¨ªber. De hecho, unos obreros encontraron el pasado noviembre huesos humanos en la reforma de la nunciatura apost¨®lica en Roma. Las primeras informaciones apuntaron que pod¨ªa tratarse de Orlandi y de Mirella Gregori, otra chica de 15 a?os que desapareci¨® aquel a?o sin dejar rastro y cuya historia se cruz¨® en algunos puntos. La Santa Sede deleg¨® la investigaci¨®n en la Fiscal¨ªa de Roma y, despu¨¦s de un nuevo y largo circo medi¨¢tico, las pruebas de ADN determinaron que no se trataba de ninguna de las dos. Esta vez la informaci¨®n procede de una carta que recibi¨® la familia y a la que el Vaticano, despu¨¦s de estudiarla, ha dado la verosimilitud suficiente para llevar a cabo una operaci¨®n tan delicada y ruidosa medi¨¢ticamente.
La abogada de la familia, Laura Sgr¨°, explic¨® hace algunos meses que tras haber recibido la carta, se realizaron algunas investigaciones y descubrieron que la tumba se hab¨ªa abierto una vez y que hab¨ªa algunos elementos estructurales que no coincid¨ªan, como la fecha de la estatua que indicaba el an¨®nimo y la de la losa donde se encuentra una inscripci¨®n. Algo que har¨ªa pensar que el espacio fue utilizado a escondidas para dar sepultura a la joven.
El portavoz de la Santa Sede ha explicado en un comunicado que la decisi¨®n se ha tomado "despu¨¦s de una fase de investigaci¨®n en la que el fiscal junto con la Gendarmer¨ªa vaticana ha llevado a cabo estudios a fondo destinados a reconstruir las principales etapas judiciales de este largo y doloroso y complejo caso", reza la nota remitida a los periodistas. "La decisi¨®n se ha tomado en el ¨¢mbito de uno de los sumarios abiertos tras la denuncia de la familia de la joven, que indic¨® el posible ocultamiento de su cad¨¢ver en este peque?o cementerio ubicado dentro del Estado Vaticano", contin¨²a.
El caso Orlandi es una pieza clave en el entramado de cr¨ªmenes sin resolver en Italia. Lo tiene todo e implic¨® en su momento a la mayor¨ªa de grandes poderes del pa¨ªs. La adolescente desapareci¨® el 22 de junio de 1983 sobre las siete de la tarde, cuando sal¨ªa de su clase de flauta, en un edificio pegado a la bas¨ªlica de San Apolinar, junto a la romana plaza Navona. Ten¨ªa 15 a?os, era hija de un funcionario del Vaticano que trabajaba directamente con el Papa y siempre se pens¨® que su secuestro pod¨ªa haberse utilizado para presionar a la Santa Sede por los secretos que amasaba el padre.
Cada cierto tiempo alguien dice saber de ella. Orlandi, de quien hasta Ali Agca, el turco que intent¨® asesinar al Juan Pablo II, asegur¨® tener informaci¨®n ¡ªsostuvo p¨²blicamente que fue secuestrada para lograr su excarcelaci¨®n como moneda de cambio¡ª, form¨® un remolino de podredumbre en el desag¨¹e de la cloaca italiana que termin¨® implicando a la jerarqu¨ªa vaticana, a los servicios secretos y, como no, a la mafia. Nadie logr¨® jam¨¢s dar con ella o una pista realmente convincente. Pero cada cierto tiempo, alguien ha asegurado saber d¨®nde se encontraba. Es la primera vez, sin embargo, que el Vaticano toma seriamente en consideraci¨®n una informaci¨®n de este tipo.
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