Un pol¨ªtico honesto
El expresidente Fernando de la R¨²a no solo tuvo un importante apoyo popular, tambi¨¦n fue una persona que no utiliz¨® sus cargos para su enriquecimiento personal
El expresidente Fernando de la R¨²a falleci¨® en Buenos Aires el pasado 9 de julio. Fue un hombre de la democracia: electo tres veces senador nacional, una vez diputado; fue elegido por el voto popular, debido a la reforma constitucional de 1995, primer jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y, finalmente, presidente de la Naci¨®n en 1999. En todos los cargos en los que le toc¨® actuar, fue defensor de los derechos civiles y pol¨ªticos y cont¨® con una amplia popularidad en las clases medias. Esto ¨²ltimo se puso en evidencia cuando, a los 36 a?os, en 1973, gan¨® la elecci¨®n a senador en la ciudad de Buenos Aires, en un contexto donde el peronismo arras¨® en las elecciones nacionales y provinciales.
Esa popularidad lo acompa?ar¨ªa durante gran parte de su vida pol¨ªtica. Fue el principal referente del ala conservadora del radicalismo durante d¨¦cadas y perdi¨® la interna para la elecci¨®n presidencial de 1983 con la otra gran figura del radicalismo, Ra¨²l Alfons¨ªn, que habr¨ªa de ser desde entonces y hasta su muerte en 2009, el l¨ªder del partido.
La victoria en las elecciones presidenciales de 1999 fue el momento m¨¢s glorioso de su larga y exitosa carrera pol¨ªtica, pero, simult¨¢neamente, habr¨ªa de ser el comienzo de su decadencia, que lo llevar¨ªa dos a?os m¨¢s tarde a renunciar a la Presidencia de la Naci¨®n en el contexto de una de las mayores crisis econ¨®micas y pol¨ªticas de la historia argentina. ?Qu¨¦ explica que el pol¨ªtico exitoso y el legislador brillante, tuviera ese final? La respuesta no es sencilla, pero es a¨²n m¨¢s dif¨ªcil de entender la ¡°explicaci¨®n¡± que se habr¨ªa de generalizar, con ¡°la ayuda¡± de la oposici¨®n pol¨ªtica, que se?al¨® que la crisis econ¨®mica y pol¨ªtica se debi¨® a su incompetencia.
Comencemos se?alando que De la R¨²a tuvo que enfrentar una situaci¨®n econ¨®mica muy dif¨ªcil. La herencia o hipoteca que dej¨® el Gobierno del presidente Carlos Menem puede resumirse en unos pocos datos: d¨¦ficit fiscal y de cuenta corriente de 4,7% y 4,3% del producto, respectivamente; recesi¨®n econ¨®mica desde hac¨ªa m¨¢s de un a?o, y un r¨¦gimen de convertibilidad que hab¨ªa llevado a una absoluta dolarizaci¨®n de la econom¨ªa -casi la totalidad de los contratos financieros y comerciales estaban dolarizados. A eso se agrega que el desempleo era del 15% y la pobreza y la desigualdad alcanzaron los m¨¢ximos, hasta ese entonces, de la historia argentina.
El contexto externo tampoco ayudaba: los precios de los bienes de exportaci¨®n de la Argentina fueron los m¨¢s bajos de al menos los ¨²ltimos 20 a?os; la tasa de la Reserva Federal alcanzar¨ªa su m¨¢ximo nivel de los ¨²ltimos 28 a?os, y disminu¨ªan los ingresos de capitales en Am¨¦rica Latina. Es decir, un shock externo negativo sin posibilidad de utilizar el tipo de cambio para reducir el impacto.
Con la sabidur¨ªa que da la historia, se ha argumentado que hubiese sido necesario salir de la convertibilidad, una decisi¨®n dif¨ªcil por sus enormes costos econ¨®micos y pol¨ªticos, tema imposible de rese?ar en este espacio. Solo digamos que para ello hubiese sido necesario romper todos los contratos existentes, financieros y comerciales, cuya consecuencia hubiese sido el caos econ¨®mico y pol¨ªtico. Decir que eso es lo que termin¨® pasando, no es un argumento v¨¢lido al momento de tener que tomar la decisi¨®n ya que no era evidente que ese ser¨ªa necesariamente el desenlace. Simplemente para ilustrar que no es una decisi¨®n sencilla, a?os m¨¢s tarde y desde una posici¨®n pol¨ªtica distinta, Ecuador decidi¨® mantener la dolarizaci¨®n a pesar de un shock externo negativo mayor que el de la Argentina.
Lo que intento se?alar es que hay varios factores que pueden explicar los acontecimientos de 2001, a diferencia de la caricaturizaci¨®n que, por ignorancia o mala fe, puso el ¨¦nfasis en el proceso de toma de decisiones del presidente. Esta lectura de su presidencia, que no intenta negar errores en el manejo de la crisis, es lo que se merece el presidente De la R¨²a, un presidente que no solo fue un pol¨ªtico con un importante apoyo popular durante d¨¦cadas, sino que tambi¨¦n fue una persona que no utiliz¨® sus cargos pol¨ªticos para su enriquecimiento personal, o sea, fue un pol¨ªtico honesto, algo para destacar en la Argentina de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Jos¨¦ Luis Machinea es economista y ex ministro de Econom¨ªa de Argentina.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.