El Gobierno israel¨ª pretende deportar al director de HRW que denunci¨® a Airbnb
Omar Shakir se convierte en testigo molesto de la ocupaci¨®n y la expansi¨®n de los asentamientos
En la v¨ªspera de la prevista comparecencia ante los jueces del Tribunal Supremo que iban a fallar sobre su deportaci¨®n, el director de Human Rights Watch (HRW) para Israel y Palestina continuaba con su trabajo. ¡°Las ¨²ltimas demoliciones reflejan la intenci¨®n del Gobierno israel¨ª de proseguir con el desalojo de familias palestinas¡±, explicaba esta semana Omar Shakir en un hotel de Jerusal¨¦n Este. ¡°No se trata de una estrategia de seguridad, como alegan las autoridades, sino de mantener una mayor¨ªa de poblaci¨®n jud¨ªa en la ciudad¡±, se desped¨ªa camino de Wadi Humus, la barriada donde el pasado lunes fueron demolidas 70 viviendas con excavadoras y explosivos.
Acompa?aba a responsables de ONG humanitarias internacionales que se hab¨ªan movilizado para asistir a una vista clave para sentar un predecente sobre el derecho al escrutinio externo en Israel. El viacrucis legal de Shakir, nacido en Estados Unidos hace 34 a?os en una familia de origen iraqu¨ª, comenz¨® antes de aterrizar en el aeropuerto de Tel Aviv. Hace ahora tres a?os, el Ministerio del Interior le neg¨® el visado para trabajar con su organizaci¨®n. Tard¨® siete meses en recibir el permiso, pero en mayo del a?o pasado le fue revocado bajo la acusaci¨®n de haber respaldado el boicot a Israel.
¡°Hace un par de a?os, el pretexto del Gobierno era tachar a las ONG de propagandistas propalestinas; ahora ha recalibrado su estrategia hacia el BDS [siglas de la campa?a Boicot, Desinversi¨®n y Sanciones]. Nosotros no apoyamos el BDS, solo cuestionamos a empresas que, como [la plataforma de alquileres tur¨ªsticos] Airbnb, hacen negocios en Cisjordania bajo la ocupaci¨®n sin respetar la ley internacional y discriminando a los palestinos¡±, alega el director de HRW, graduado en Derecho y Relaciones Internacionales por la Universidad de Stanford y m¨¢ster en Estudios ?rabes por la de Georgetown.
El pasado mes de abril, un tribunal de Jerusal¨¦n ratific¨® la orden de expulsi¨®n de Shakir, dictada por el Gobierno al amparo de una reforma legal de 2017 que vet¨® el paso a Israel a los extranjeros partidarios del BDS. El Supremo suspendi¨® su deportaci¨®n mientras examinaba un ¨²ltimo recurso, que deb¨ªa de haberse fallado el jueves.
El ministro de Seguridad P¨²blica, Gilad Erdan, acus¨® a Shakir de ser ¡°un activista del boicot enmascarado como defensor de los derechos humanos¡±. ¡°Ning¨²n extranjero tiene derecho a establecerse en Israel mientras causa perjuicio a sus ciudadanos [con el BDS]¡±, advirti¨® el ministro que lidia con la hasbar¨¢ (diplomacia p¨²blica). ¡°Debe saber que acabar¨¢n pagando un precio¡±.
En el ¨²ltimo minuto, el Supremo decidi¨® aplazar la vista sobre la deportaci¨®n hasta septiembre, tras la personaci¨®n de Amnist¨ªa Internacional y de un grupo de exdiplom¨¢ticos israel¨ªes junto a la defensa de Shakir. Su caso es el primero en el que se prev¨¦ aplicar la expulsi¨®n de un observador internacional despu¨¦s de haberle sido concedido visado de residencia.
¡°Estamos intentando sentar un precedente constitucional. En mi trabajo es mejor ser optimista¡±, ironizaba el director de HRW en Jerusal¨¦n Este. Ya fue expulsado de Egipto en 2014 a consecuencia de su informe sobre la matanza de manifestantes islamistas en la mezquita de Rabaa al Adawiya del El Cairo el a?o anterior. Este experto en derechos humanos ¡ªque ha denunciado tambi¨¦n los malos tratos a detenidos de las fuerzas de seguridad palestinas¡ª, fue en EE UU asistente legal de presos internados en Guant¨¢namo.
¡°No tengo miedo a que me expulsen de Israel. A fin de cuentas, soy un privilegiado, con pasaporte norteamericano y que trabaja para una ONG internacional. A m¨ª no me van tratar con la misma violencia que a un palestino¡±, reflexionaba en voz alta. ¡°Este caso tiene ramificaciones que van mas all¨¢. Versa sobre los l¨ªmites de la cr¨ªtica y la disensi¨®n en Israel. Hoy es el boicot y una deportaci¨®n. Ma?ana puede ser la prohibici¨®n de cuestionar los asentamientos y la clausura de ONG extranjeras¡±.
¡°El Supremo tiene que mostrar qu¨¦ tipo de pa¨ªs quiere ser Israel, que presume de ser la ¨²nica democracia en Oriente Pr¨®ximo¡±, apuntaba su conclusi¨®n. ¡°Puede acabar incorpor¨¢ndose a un club [de pa¨ªses que vetan a HRW] en el que figuran Corea del Norte, Egipto o Venezuela¡±.
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