El algoritmo tambi¨¦n era democristiano
El Movimiento 5 Estrellas, edificado sobre las virtudes de la Red y la democracia directa, es ahora reh¨¦n de los vicios de la vieja pol¨ªtica tras el pacto con su gran enemigo
¡°Moriremos democristianos¡±, se repet¨ªa durante un tiempo en Italia hasta que una hist¨®rica portada del peri¨®dico Il Manifesto os¨® decir lo contrario tras las elecciones 1983 (gan¨® tambi¨¦n la Democracia Cristiana, pero por los pelos). Pasaron los a?os y las rep¨²blicas, pero la gen¨¦tica democristiana, despojada ya de su diab¨®lico refinamiento, se impone de una forma u otra en la pol¨ªtica italiana desde 1946. El Movimiento 5 Estrellas (M5S), el partido que deb¨ªa romper con la vieja l¨®gica del poder, con aquella legendaria capacidad del partido que fund¨® Alcide De Gasperi de mirar indistintamente a un lado y otro del arco parlamentario para buscar aliados y mantener intacto el poder, ha traicionado su esencia para conservar el 33% obtenido en las ¨²ltimas elecciones.
El M5S est¨¢ a punto de ejecutar una hist¨®rica pirueta pol¨ªtica para deshacerse de la Liga de Matteo Salvini, su hasta ahora socio de Gobierno, y firmar un nuevo acuerdo con el Partido Democr¨¢tico (PD), un rival pol¨ªtico al que ha acusado incluso de robar ni?os a familias pobres para d¨¢rselos a los ricos. A pesar de la mayor cercan¨ªa en temas sociales, tambi¨¦n de cierto trasvase de votos entre ambas foormaciones, conviene recordar que durante el Gobierno de Matteo Renzi (PD) los grillinos fueron el mayor azote del primer ministro, llegando a provocar su ca¨ªda con una tremenda campa?a en la calle contra el refer¨¦ndum constitucional en diciembre de 2016.
El problema para el M5S adquiere ahora tambi¨¦n una dimensi¨®n interna. Su heterodoxa militancia ¡ªseg¨²n algunos estudios alrededor de un 60% se inclina a la derecha y el 40% a la izquierda¡ª est¨¢ digiriendo con dificultad que los l¨ªderes del partido, empezando por el fundador, Beppe Grillo, apuesten por un hist¨®rico giro de 180 grados con el ¨²nico objetivo de evitar unas elecciones en las que ser¨ªan barridos por Salvini, que ha ca¨ªdo considerablemente en los sondeos tras la ruptura que provoc¨®, pero mantiene una amplia ventaja sobre el resto de partidos. Una actitud propia de la vieja pol¨ªtica contra la que durante a?os se desga?itaron en la calle con su emblem¨¢tivo "vaffanculo" [a tomar por culo].
Mientras tanto, Luigi di Maio, quiz¨¢ el m¨¢s democristiano de los grillinos, ha continuado jugando a la pol¨ªtica "dei due forni [de los dos hornos]¡±, expresi¨®n acu?ada por el siete veces primer ministro Giulio Andreotti que define el cl¨¢sico juego a dos bandas de su partido que ha permitido hasta el ¨²ltimo minuto mantener un canal abierto con la Liga por si todo se iba al garete. Porque, llegados al final del camino, conviene no equivocarse: ?morir o vivir como democristianos?
El partido, debido a este malestar creciente en las bases, someter¨¢ la decisi¨®n final a votaci¨®n en la plataforma tecnol¨®gica que bautizaron como Rousseau, un instrumento clave para articular su fallido discurso sobre la democracia directa y la participaci¨®n ciudadana. El problema, como siempre, es que el nivel de opacidad del artefacto ¡ªcreado y administrado de forma privada por uno de los fundadores¡ª es total y el n¨²mero de personas autorizadas a participar en la votaci¨®n es tremendamente limitado en comparaci¨®n con sus votantes: en la ¨²ltima convocatoria participaron unos 50.000 inscritos.
M¨¢s all¨¢ de las dudas que plantea, la votaci¨®n, que deber¨¢ llevarse a cabo despu¨¦s de que el presidente de la Rep¨²blica haya encargado al futuro primer ministro formar Gobierno, se considera una enorme descortes¨ªa institucional hacia el jefe del Estado. En las formas, eso s¨ª, los grillinos todav¨ªa siguen muy alejados de la legendaria finezza los democristianos.
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