Los cabos sueltos tras la masacre en Coatzacoalcos
La Fiscal¨ªa nacional reconoce que no tiene pruebas irrefutables contra el supuesto autor material y el pleito entre autoridades se agudiza tras el ataque que dej¨® 30 muertos en el oriente de M¨¦xico
"No fui yo". Ricardo Romero mira a la c¨¢mara de un tel¨¦fono m¨®vil y repite: "Quiero que sepan que no fui yo". As¨ª responde el supuesto autor de la masacre en Coatzacoalcos, que ha dejado al menos 30 muertos y ocho lesionados, a los se?alamientos que el Gobierno del Estado mexicano de Veracruz ha hecho en su contra. La Loca, como lo apodan, asegura en un v¨ªdeo divulgado en redes sociales que es un chivo expiatorio y que tuvo que dejar la ciudad, una de las m¨¢s peligrosas del pa¨ªs, para escapar de la persecuci¨®n de las autoridades. "Me torturaron; me dijeron que me iban a matar", asegura.
La Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR), que ha atra¨ªdo el caso a petici¨®n del presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, ha admitido 48 horas despu¨¦s del ataque que a¨²n no tiene evidencias suficientes para imputar a Romero, de 29 a?os. Y un pu?ado de corporaciones civiles, ministeriales y militares apuran el paso para blindar Coatzacoalcos de un nuevo ataque y para repartir responsabilidades tras la matanza. Las autoridades estatales tienen dos l¨ªneas de investigaci¨®n principales sobre el incendio del bar El Caballo Blanco: pudo tratarse de un "ajuste de cuentas" entre carteles o de una venganza relacionada al pago de "derecho de piso", como se llama a la extorsi¨®n contra negocios.
No hab¨ªan pasado m¨¢s de 12 horas despu¨¦s de la masacre, cuando La Loca fue se?alado directamente por el gobernador de Veracruz, Cuitl¨¢huac Garc¨ªa. El mandatario fue m¨¢s all¨¢ y acus¨® a la Fiscal¨ªa estatal, cuyo titular fue nombrado durante el Gobierno de su predecesor, de un partido en el extremo opuesto del espectro pol¨ªtico, de actuar en contubernio y liberarlo despu¨¦s de que fuera detenido dos veces en las ¨²ltimas semanas. Elementos de la Marina arrestaron a Romero el pasado 18 de julio con 50 dosis de cristal y 10 m¨¢s de coca¨ªna, y lo identificaron como jefe operativo del C¨¢rtel Jalisco Nueva Generaci¨®n (CJNG), que se disputa el control del puerto de Coatzacoalcos con el grupo delictivo de Los Zetas. La Loca fue detenido por segunda vez el pasado 7 de agosto, pero no hab¨ªa cargos formales en su contra y fue puesto en libertad.
Fue en cuesti¨®n de horas que el relato medi¨¢tico de uno de los hechos m¨¢s tr¨¢gicos que ha vivido M¨¦xico en los ¨²ltimos meses se convirti¨® en un sainete pol¨ªtico. El fiscal, Jorge Winckler, desminti¨® al gobernador Garc¨ªa y asegur¨® que la FGR fue la?responsable de liberar al principal sospechoso.?El Ejecutivo estatal sostiene que el CJNG est¨¢ detr¨¢s de la agresi¨®n, mientras que los fiscales locales y nacionales han sido, desde un inicio, m¨¢s cautos en sus aseveraciones p¨²blicas. El pleito sigue vivo con descalificaciones espor¨¢dicas, pero ambos bandos han dejado el combate a golpe de tuit y han reducido sus apariciones medi¨¢ticas.
Aunque el mensaje es de un mando coordinado, en el terreno se palpa el traslape de competencias y la desconfianza entre las corporaciones. Coatzacoalcos ha visto el despliegue de la Guardia Nacional, creada por L¨®pez Obrador como una soluci¨®n a la crisis de violencia; la Polic¨ªa naval y soldados del Ej¨¦rcito; miembros de la ahora extinta Polic¨ªa Federal; peritos y cient¨ªficos de la FGR, formalmente independiente del Ejecutivo desde finales de 2018; la Polic¨ªa Estatal, que depende del Gobierno de Veracruz; uniformados ministeriales, que responden a la Fiscal¨ªa estatal, y agentes municipales, que trabajan para la ciudad. El despliegue es de m¨¢s de 120 refuerzos, ha dicho la Administraci¨®n estatal. La ¨²ltima en anunciar su colaboraci¨®n fue la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n (Ministerio del Interior). El conflicto ha escalado hasta las altas esferas del Gobierno mexicano, poniendo en entredicho la? capacidad de L¨®pez Obrador de combatir la ola de inseguridad.
A pie de calle se percibe el miedo y la tensi¨®n. Cada fuerza del orden es acusada de solapar a un grupo delictivo o tiene un historial de abusos contra los ciudadanos o es se?alada por su escasa efectividad en la resoluci¨®n de los delitos. Coatzacoalcos es el reflejo de un pa¨ªs que en la mayor¨ªa de los casos no conf¨ªa en las autoridades y que no est¨¢ acostumbrado ¡ªla ley se reform¨® en 2008 y se ha aplicado de forma diferenciada en el resto del pa¨ªs desde entonces¡ª al trabajo independiente y complementario entre los cuerpos policiales y los investigadores ministeriales.
Con todas las v¨ªctimas identificadas y tras el traslado de los heridos m¨¢s graves a hospitales especializados de M¨¦xico y Estados Unidos, las intrigas, las dudas y las suspicacias dominan el debate p¨²blico despu¨¦s de la masacre. Coatzcacoalcos vela y entierra a sus v¨ªctimas, la mayor¨ªa de pocos recursos, en los cementerios municipales. El saldo mortal se desagrega con 25 muertos en la noche del suceso y cuatro muertos m¨¢s en hospitales, el ¨²ltimo dado a conocer este jueves.
Las autoridades no se han pronunciado sobre la autenticidad del v¨ªdeo de La Loca ni tampoco sobre los resultados de un operativo durante la noche del mi¨¦rcoles, en el que supuestamente se logr¨® la captura de otros dos sospechosos, ambos de 23 a?os, y el decomiso de c¨®cteles molotov que tienen una relaci¨®n con el incendio de El Caballo Blanco, seg¨²n medios locales. Tampoco se conoce qu¨¦ indicios ten¨ªa el gobernador Garc¨ªa para se?alar a Romero como culpable y que no han bastado a la Fiscal¨ªa nacional para presentar una acusaci¨®n. "Busquen qui¨¦n sea en realidad, no na¡¯m¨¢s agarren a cualquiera", desaf¨ªa La Loca, pero con un tono t¨ªmido, intentado dejar atr¨¢s el retrato amenazante y los antecedentes que se le adjudican. En el fondo del asunto, la carga de prueba est¨¢ en los fiscales. La gran inc¨®gnita es si conseguir¨¢n demostrarlo. En medio de la telenovela f¨¢rsica de la procuraci¨®n de justicia en M¨¦xico, 30 familias a¨²n exigen respuestas.
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